Siria en el juego
EN EL decimotercer viaje del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, a Oriente Pr¨®ximo, el aspecto m¨¢s novedoso es la aparici¨®n, por primera vez, de una posibilidad de negociaci¨®n fruct¨ªfera entre Siria e Israel. Hasta ahora, ese tema estaba bloqueado por una actitud cerrada del presidente Hafez el Asad: o se discut¨ªa sobre la retirada israel¨ª de los altos del Gol¨¢n, o nada. Toda soluci¨®n parcial estaba descartada.No parece que esa t¨¢ctica haya estado equivocada. Como resultado de las numerosas presiones que ha recibido, el Gobierno israel¨ª ha iniciado una evoluci¨®n significativa de su posici¨®n, que el ministro de Exteriores, Sim¨®n Peres, ha plasmado en estas palabras: "Para la paz, tendremos que pagar a Siria el mismo precio que a Egipto". Ese precio fue la devoluci¨®n del Sina¨ª. La alusi¨®n es, pues, clar¨ªsima a la entrega del Gol¨¢n a Siria.
En estas condiciones, es decir, con una apertura en tomo al contencioso que hasta ahora ha sido un obst¨¢culo insalvable, van a empezar pr¨®ximamente en Washington las negociaciones sobre los temas de seguridad, con la participaci¨®n de los altos jefes militares. En la hip¨®tesis del abandono del Gol¨¢n, es obvio que Israel tendr¨ªa nuevos problemas de seguridad, ante los cuales se muestra muy sensible. Su aspiraci¨®n estriba en que puedan establecerse observadores extranjeros, y concretamente de EE UU, en puntos del Gol¨¢n, para garantizar que los sirios no realicen preparativos de un eventual ataque. Antes de iniciarse las negociaciones militares surgen ya dificultades: ?podr¨ªa Bill Clinton prometer el env¨ªo de observadores en un momento en que los republicanos hacen hincapi¨¦ en su oposici¨®n a toda presencia militar en el extranjero?
En todo caso, Clinton, despu¨¦s de hablar telef¨®nicamente con el presidente sirio, Asad, ha declarado que un acuerdo entre Siria e Israel es posible en 1995. Hip¨®tesis muy optimista si se piensa en los muchos problemas cuya discusi¨®n est¨¢ pendiente, pero que indica cierto compromiso de EE UU de dedicar esfuerzos especiales en la etapa actual a la soluci¨®n del problema sirio con un esp¨ªritu m¨¢s constructivo.
Por su parte, el primer ministro Isaac Rabin ha anunciado que, antes de aceptar la soluci¨®n del problema del Gol¨¢n, someter¨¢ el tema a un refer¨¦ndum. La pol¨ªtica interior se convertir¨ªa en tal caso en el obst¨¢culo principal para avanzar hacia la paz. Pero precisamente en ese terreno se han producido cambios significativos. El partido Likud, con una posici¨®n muy negativa en todo lo referente a la negociaci¨®n con los ¨¢rabes, ten¨ªa grandes posibilidades de ganar las pr¨®ximas elecciones, previstas para 1996.
Sin embargo, esa posibilidad se ve reducida por la escisi¨®n surgida en su seno por parte del l¨ªder de los sefard¨ªes, David Levy, que fue ministro de Exteriores en el ¨²ltimo Gobierno del Likud. Esta mala situaci¨®n que se perfila en el Likud ayuda a los laboristas en sus negociaciones de paz. Pueden avanzar en los temas en litigio sin excesivo temor de que sus compromisos sean anulados por una derrota electoral.
Durante mucho tiempo ha prevalecido la opini¨®n de que el tema palestino ser¨ªa el primero que quedar¨ªa resuelto en el contencioso de Oriente Pr¨®ximo. Sin embargo, si la negociaci¨®n militar en Washington permite avanzar en el tema de la seguridad para los israel¨ªes en la zona del Gol¨¢n, no es imposible que Siria se adelante.
Las negociaciones entre palestinos e israel¨ªes pasan por una etapa dif¨ªcil, y fuentes oficiales israel¨ªes ponen en duda ahora que se vaya a cumplir el compromiso de retirar sus tropas de los territorios ocupados para el 1 de julio. Sin embargo, esa fecha es decisiva para que los palestinos puedan empezar a gozar de una autonom¨ªa aut¨¦ntica y para que puedan preparar las elecciones indispensables para que se doten de ¨®rganos de gobierno democr¨¢ticos.
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