Pesca en el Atl¨¢ntico sur
GUILLERMO JACOVELLAArgentina y otros 40 Estados creen necesario incorporar dosis de racionalidad a la sobreexplotaci¨®n pesquera de algunas especies m¨¢s all¨¢ de las 200 millas.
El tema pesquero gana espacio en la atenci¨®n de la prensa y la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Las actividades de las flotas de pescadores y el rol regulador que desempe?an los Estados costeros pueden ser abordados desde diferentes perspectivas, las que podr¨¢n oscilar desde la confrontaci¨®n hasta las m¨¢s inteligenes v¨ªas de la cooperaci¨®n.Ante las excelentes relaciones existentes entre Espa?a y Argentina, que sin duda atraviesan su mejor hora, estimo conveniente aclarar algunas distorsiones sobre la posici¨®n argentina acerca de la pesca en el Atl¨¢ntico suroccidental.
La preocupaci¨®n argentina por la conservaci¨®n de los recursos pesqueros y el peligro de extinci¨®n que sufren algunas especies no son recientes ni se suman a decisiones unilaterales que puedan adoptar algunos Estados.
El Atl¨¢ntico sur encierra una de las masas oce¨¢nicas m¨¢s extensas del planeta. Sus aguas albergan amplios recursos econ¨®micos, siendo el pesquero el m¨¢s explotado actualmente.
En su frente suroccidental, Argentina cuenta con 4.725 kil¨®metros de costa. En las aguas comprendidas entre esa costa continental y en tomo a las islas Malvinas se alojan algunos de, los m¨¢s importantes caladeros pesqueros del mundo.
Desde hace tiempo, Argentina aboga todos los a?os en las Naciones Unidas por la preservaci¨®n de las especies migratorias m¨¢s all¨¢ de las 200 millas.
Si no prevemos y adoptamos recaudos para evitar el exterminio y la pesca indiscriminada de determinadas especies, las consecuencias negativas ser¨¢n sufridas tanto por los Estados costeros como por las flotas pesqueras. Ser¨ªa una insensatez, como matar a la gallina de los huevos de oro.
El notable incremento de la pesca en alta mar beneficia a muchos Estados, entre ellos a Argentina. En el pasado, nuestro pa¨ªs prosper¨® a trav¨¦s de las tradicionales exportaciones de carne y cereales, pero ese contexto mundial librecambista que nos favorec¨ªa' ya no existe m¨¢s. 'tuvimos que explorar otras opciones. Durante la d¨¦cada del 90, la pesca se ha convertido en nuestra principal exportaci¨®n primaria, desplazando a la carne vacuna. En 1994, la exportaci¨®n total de pescado alcanz¨® los 750 millones de d¨®lares.
El principal destino de las exportaciones argentinas de pescado es la Uni¨®n Europea, y dentro de ¨¦sta Espa?a constituye el mayor consumidor. La exportaci¨®n a Espa?a de pescado (merluza, calamares, langostinos, etc¨¦tera) fue en 1994 de aproximadamente 115 millones de d¨®lares (es el 161/o del total de exportaci¨®n de pescado de nuestro pa¨ªs).
Sabemos que los recursos ict¨ªcolas, como todo bien econ¨®mico, son escasos. y limitados. No ser¨ªa realista el no contemplar estos aspectos relevantes.
Argentina, firm¨® un acuerdo sobre pesca mar¨ªtima con la UE (1992), que interesa particularmente a Espa?a. Dicho acuerdo, "de ¨²ltima generaci¨®n" y sumamente satisfactorio para ambas partes, pone de manifiesto "el inter¨¦s com¨²n en la conservaci¨®n y gesti¨®n racional de los recursos vivos marinos". Tambi¨¦n abre instancias a adoptar nuevas medidas de conservaci¨®n, en caso de estimarse necesarias.
Ese acuerdo estimula la creaci¨®n de sociedades mixtas y la radicaci¨®n de empresas en Argentina. Permite reducir el exceso de capacidad de la flota comunitaria, abastecer al mercado europeo con especies de inter¨¦s directo (merluza, calamar, bacalao criollo, entre otras), mejorar el nivel de empleo del sector pesquero y generar importantes beneficios socioecon¨®micos para los puertos europeos con flotas de larga distancia. Esta cooperaci¨®n prev¨¦ un acceso estable a 250.000 toneladas anuales de importantes especies que se encuentran en la zona econ¨®mica exclusiva argentina.
Frente a estos problemas de depredaci¨®n y de falta de regulaci¨®n, nuestro pa¨ªs ha procurado soluciones en el marco de las Naciones Unidas.
Durante la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar (1982), Argentina impuls¨® la adopci¨®n de disposiciones m¨¢s eficaces para enfrentar el problema de la conservaci¨®n de las especies transzonales.
Junto a Argentina, otros 40 Estados del mundo (entre los cuales otros importantes pa¨ªses costeros suramericanos como Brasil y Chile) entienden la necesidad de incorporar dosis de racionalidad a la sobreexplotaci¨®n pesquera de algunas especies m¨¢s all¨¢ de las 200 millas.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (R¨ªo de Janeiro, 1992) recomend¨® la convocatoria de una conferencia intergubemamental sobre ese tema. En 1993 se celebr¨® en Nueva York su primera sesi¨®n bajo los auspicios de las Naciones Unidas. El canciller argentino, Guido di Tella, destac¨® en esa ocasi¨®n la necesidad de impulsar un r¨¦gimen multilateral eficaz para la conservaci¨®n de las especies altamente migratorias.
Esas sesiones contin¨²an obteniendo cada vez mayor consenso internacional. En la pr¨®xima reuni¨®n de julio/agosto confiamos que puedan alcanzarse resultados esperanzadores para iniciar una nueva etapa de cooperaci¨®n global. El asegurarse la preservaci¨®n de los recursos de alta mar ser¨¢ altamente beneficioso para todos. Argentina privilegia el di¨¢logo y la cooperaci¨®n internacional, el intercambio de informaci¨®n cient¨ªfica y el debate transparente para lograr un aprovechamiento racional de los recursos vivos del Atl¨¢ntico suroccidental.
Argentina y Espa?a han constituido recientemente una aut¨¦ntica alianza privilegiada de intereses que da curso a un intenso flujo de inversiones, fuerte incremento del comercio y una activa expansi¨®n del sector pesquero de ambos pa¨ªses.
Las ¨²ltimas inversiones espa?olas en Argentina ascienden a cerca de 6.925 millones de d¨®lares. Para 1999 se estima que podr¨¢n alcanzar los 12.300 millones de d¨®lares. El comercio bilateral experiment¨® un crecimiento del 150% entre 1990 y 1995. Los bancos espa?oles son protagonistas activos del proceso de privatizaciones argentino.
Tenemos confianza en que el excelente estado de la relaci¨®n bilateral nos permitir¨¢ tambi¨¦n encontrar f¨®rmulas de apoyo y colaboraci¨®n mutua en esta tarea de preservar los recursos ict¨ªcolas del Atl¨¢ntico suroccidental.
es embajador de la Rep¨²blica Argentina en Espa?a.
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