Conde se re¨²ne en secreto con el ex agente Perote

El ex presidente de Banesto Mario Conde y el ex coronel del servicio de espionaje Cesid Juan Alberto Perote Pell¨®n se reunieron en secreto en Madrid el pasado martes durante casi tres horas. La reuni¨®n, a la que asistieron tambi¨¦n algunos ¨ªntimos colaboradores y asesores del banquero, coincidi¨® con la jornada culminante del esc¨¢ndalo sobre las escuchas telef¨®nicas del Cesid, al publicar el peri¨®dico El Mundo que entre las conversaciones grabadas figuraba una del propio rey Juan Carlos. Las investigaciones realizadas por el servicio secreto apuntan a que los documentos publicados y muchos otros cuya importancia a¨²n se ignora fueron sustra¨ªdos por el coronel Perote, expulsado del centro en noviembre de 1991, y difundidos por mediaci¨®n de Conde.

La reuni¨®n se celebr¨® en un chal¨¦ situado en el n¨²mero 9, letra D, de la calle de Prieto Ure?a de Madrid, propiedad de Fernando Garro, amigo personal de Conde y director general de Banesto hasta su intervenci¨®n por el Banco de Espa?a.Los asistentes llegaron y se marcharon por separado. Perote entr¨® en la vivienda sobre las 11.30 y sali¨® pasadas las 17.30. Conde, acompa?ado de un escolta, lleg¨® sobre las 13.30 y se march¨® hacia las 16.20. A la reuni¨®n asistieron otras personas del entorno del ex banquero, entre las que se encontraba Mariano G¨®mez de Lia?o, abogado de Conde y socio en algunos de sus negocios.

En declaraciones realizadas ayer a la cadena COPE, Perote asegur¨® que mantiene con Conde "una relaci¨®n de amistad y vecindad muy normal dentro de las relaciones de las personas". "No puedo afirmar que haya sido Mario Conde quien haya sacado a la luz esas cintas. Yo no he tenido ni documentos, ni grabaciones, ni cintas. Dif¨ªcilmente se lo puedo dar a Conde", a?adi¨®. El antiguo esp¨ªa posee una finca en la urbanizaci¨®n Los Arroyos, en la localidad de El Escorial (Madrid), cercana a la que tienen los padres de Lourdes Arroyo, esposa del banquero.

Testigo del 'caso Crillon'

A principios del pasado mes de mayo, los abogados de Conde presentaron ante el juez del Tribunal Supremo Eduardo Moner, que instruye las diligencias por el informe Crillon, sobre los negocios del antiguo presidente de Banesto fuera de Espa?a, una lista de testigos en la que figura el ex responsable de la Agrupaci¨®n Operativa del Cesid, el departamento m¨¢s clandestino del servicio secreto.

Conde pretende demostrar que el informe Crill¨®n, realizado por la agencia de detectives Kroll, fue encargado por el vicepresidente del Gobierno, Narc¨ªs Serra, y pagado con los fondos reservados del Cesid, como asegura el ex director general de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n.

Su objetivo es probar que la intervenci¨®n de Banesto se realiz¨® bas¨¢ndose en informaci¨®n obtenida ilegalmente y que, por tanto, todo el procedimiento est¨¢ viciado de origen. Perote ha reconocido que accedi¨® a figurar en la lista de testigos de Conde contra el Gobierno, pero asegura que tuvo conocimiento del informe Crillon en 1993, cuando ya hab¨ªa abandonado el Cesid, porque se lo mostr¨® el ex director de la Seguridad del Estado Juli¨¢n Sancrist¨®bal, actualmente en prisi¨®n preventiva por su relaci¨®n con los GAL, con quien tambi¨¦n mantiene amistad.

Es sumamente improbable, sin embargo, que la reuni¨®n del martes 13 entre Perote y Conde versara sobre el testimonio que el segundo est¨¢ dispuesto a prestar ante el juez, ya que el magistrado del Supremo Eduardo Moner no ha aceptado todav¨ªa la personaci¨®n de Conde como perjudicado en el caso Crillon.

La inclusi¨®n de Perote en la lista de testigos presentada por Conde hizo encenderse las luces de alarma en el servicio secreto, ante el temor de que existiera un acuerdo entre ambos. El Cesid est¨¢ convencido de que su antiguo agente se llev¨® una gran cantidad de material secreto cuando fue expulsado del centro, en noviembre de 1991, y tem¨ªa que acabara saliendo a la luz.

Sin embargo, las gestiones realizadas durante estas semanas no han dado ning¨²n resultado y, en medios de la investigaci¨®n interna realizada por el Cesid, se cree que en esas fechas los documentos ya no estaban en poder de Perote.

El Gobierno ha sido incapaz de realizar una exacta "evaluaci¨®n de da?os". Es decir, ignora la cantidad y la importancia de los documentos secretos que han sido sustra¨ªdos. La autonom¨ªa de los distintos departamentos del servicio de espionaje, que ahora se ha revelado como descontrol, hace que no haya un inventario exhaustivo del material que, en originales o copias, ha sido sacado del Cesid.

El temor del Gobierno es que lo publicado hasta ahora por El Mundo no sea sino una m¨ªnima parte, y no la m¨¢s relevante, de lo sustra¨ªdo al servicio secreto.

Tras la difusi¨®n del listado de conversaciones intervenidas y de tres fragmentos de di¨¢logos -del ex ministro Enrique M¨²gica Herzog con su hermano Fernando, por un lado, y con Pablo Castellano, por otro y del ex ministro Jos¨¦ Barrionuevo y Ana Tutor-, se estima que faltar¨ªan a¨²n por ver la luz al menos varias decenas de cintas, entre ellas la grabada al Rey, cuya circulaci¨®n incontrolada, aunque no llegaran a ser publicadas, supone un elemento desestabilizador.

Aunque la investigaci¨®n interna realizada por el Cesid apunta a Perote como presunto autor de la filtraci¨®n, las fuentes consultadas admiten que obtener pruebas suficientes para presentarlas ante el juez ya es harina de otro costal.

Otras pistas indagadas

El Cesid ha investigado tambi¨¦n otros posibles or¨ªgenes de la filtraci¨®n. Por ejemplo, al comandante Jos¨¦ Manuel Navarro Benavente, antiguo responsable del Gabinete de Escuchas. Sin embargo, aunque Benavente, como Perote, fue expulsado hace meses del servicio secreto, los investigadores consideran que "ni es capaz ni ha podido" participar en la operaci¨®n.

Por el contrario, todos los datos abundan en que Perote realiz¨® un gran acopio de material en v¨ªsperas de su salida del Cesid. En los listados de grabaciones publicados se observa que Perote (cuyo nombre de guerra era Alberto K.) recibi¨® en mano 10 cintas. La fecha de entrega de al menos cuatro de ellas es octubre de 1991, un mes antes de su expulsi¨®n, aunque inclu¨ªan grabaciones realizadas entre los a?os 1984 a 1987.

Estos listados, manuscritos en un papel que no lleva sello ni membrete alguno, han sido objeto de un detallado an¨¢lisis. Los primeros resultados se?a lan que la letra no corresponde a Perote y que fueron rellena dos de una sola vez y con el mis mo bol¨ªgrafo, a finales del a?o 1991, aunque las cintas, inscritas sin orden cronol¨®gico, corresponden a un periodo que abarca ocho a?os.