El arte tal cual es

La pel¨ªcula de Carlos Saura tiene a mi modo de ver, desde el punto de vista del flamenco, una virtud fundamental: la de mostrarnos este arte tal cual es, sin artificio alguno. La c¨¢mara ante los artistas, a veces largo tiempo inm¨®vil, ofrece lo que ve, sencillamente, sin dar lugar a manipulaci¨®n de ning¨²n g¨¦nero; no hay historia, no hay decorados, no hay m¨¢s intencionalidad que la puramente art¨ªstica condicionada por el soporte cinematogr¨¢fico.Y la c¨¢mara ve lo que se muestra ante su objetivo, o sea lo que cada artista es capaz de transmitir ¨²nica y exclusivamente con su arte. El arte jondo que vemos y escuchamos en esta pel¨ªcula tiene ciertamente un nivel general alt¨ªsimo, con s¨®lo algunos bajones de calidad explicables y excusables; en hora y 40 minutos de espect¨¢culo no todo puede ser memorable.

Nos detendremos en aquello que lo es. Por ejemplo: los cantes por martinetes que hacen Moneo y Agujetas, magnificados por una larga serie de impresionantes primeros planos; las alegr¨ªas que inventan con genio y originalidad Manolo Sanl¨²car y Diego Carrasco; la petenera que canta con grandeza Menese, y que la figura bell¨ªsima de Mar¨ªa Pag¨¦s ilustra con admirables delicadeza y buen gusto; el baile sin m¨²sica de Mario Maya, en una l¨ªnea dram¨¢tica que ¨¦l frecuenta; el cante por siguiriyas de Enrique Morente, realmente estremecedor; las soleares que hacen Farruco y Farruquito -el abuelo traspasa el testigo del baile gitano al nieto-, con el cante de un Chocolate cuyo rostro cobrizo se nos antoja una m¨¢scara impagable de lo jondo; la hermosa taranta de Carmen Linares, acompa?ada por la guitarra dulce de Riqueni; el magisterio incontestable de Paco de Luc¨ªa...

Jond¨ªsimo rajo gitano

Jerez est¨¢ espl¨¦ndidamente representado. Una formidable muestra de buler¨ªas, con La Paquera en el centro, mas las guitarras de Mora¨ªto Chico y Antonio Jero. Los villancicos de Tomasa La Macanita, de jond¨ªsimo rajo gitano. Las soleares de Jos¨¦ Merc¨¦.Y mucho m¨¢s, que casi nos obligar¨ªa a una cita elogiosa e indiscriminada de todos los artistas part¨ªcipes en la pel¨ªcula.

Merche Esmeralda derrocha gracia y picard¨ªa en ese baile americanizado que se llama guajira cubana; Joaqu¨ªn Cort¨¦s aporta su figura y su arte j¨®venes a una farruca personal y moderna; Toronjo y Toscano encandilan con los fandangos de Huelva; la Fernanda con sus soleares de viejo cu?o, y con la espontaneidad de esas palabras finales que se ha tenido el acierto de respetar. Manzanita, en fin, los Ketama y otros j¨®venes. La nueva generaci¨®n.