"Necesito vuestra energ¨ªa", pide Rosario en su vuelta a los escenarios
La peque?a de los Flores inicia en Mallorca una larga gira
Rosario fue multitud en su concierto del jueves por la noche en Palma de Mallorca. "No me olvid¨¦is porque necesito vuestra energ¨ªa, la energ¨ªa de mi vida. Ahora m¨¢s que nunca", clam¨® la cantante, en su reaparici¨®n tras la tragedia familiar por las muertes sucesivas de su madre, Lola Flores, y de su hermano Antonio. 8.000 personas, en su mayor parte adolescentes en tiempo de ex¨¢menes, se dieron cita de manera entusiasta en las grader¨ªas y el ruedo del Coliseo Balear.
El cante del retorno motiv¨® adem¨¢s una congregaci¨®n familiar al pie del escenario. En la arena estaban su hermana Lolita, muy llorosa; su sobrina "mi ni?a Alba" (la hija de Antonio Flores), su ex cu?ada Ana y otros parientes. Nadie del grupo quiso efectuar dedaraciones. Rosario en Mallorca fue aislada de los periodistas. Al pie del avi¨®n fue recogida por un autom¨®vil y al hotel entr¨® por la puerta trasera, la de la lavander¨ªa."Estoy aqu¨ª / aqu¨ª solita", cant¨® al principio para engancharse al p¨²blico. El recuerdo personal y el ¨¢ngel art¨ªstico de las dos famosas figuras traspasadas de su entorno, embarg¨® la medianoche musical. La peque?a del clan Flores invoc¨® "a la madre que me pari¨® y al otro [su hermano] que tambi¨¦n le llegara su hora". Rosario reivindic¨® "la sangre y la energ¨ªa" de Lola y pis¨® la senda que le abri¨® el hermano. Al final bailote¨® y se abraz¨® con Alba y Lolita, sobre el escenario. La ni?a hab¨ªa llamado a su pap¨¢ oteando las estrellas.
Pero el espect¨¢culo musical no fue una oraci¨®n f¨²nebre colectiva ni un mar de l¨¢grimas. Result¨® un manifiesto vitalista, una confesi¨®n para adictos. Una hija del rock, la rumba, el flamenco y la gloria y el drama, gitana transvanguardista, se transform¨® en una especie de manifiesto para otra generaci¨®n: Paz, energ¨ªa, lluvia, sabor, vida. Y ritmo y movimiento hasta el frenes¨ª.
Es un giacometti con cabellera y en movimiento. Tiene una voz dura que sobrevive ante el desorden y los acontecimientos vitales agotadores. Apareci¨® primero con plumas blancas para despu¨¦s quedar con el torso apenas cubierto por un sost¨¦n negro. Embutida en pantalones estrechos, Rosario Flores calambre¨® sus manos, apunt¨® el dedo ¨ªndice al cielo, levant¨® la mirada a lo alto, se arrodill¨® y no par¨®. Contorsion¨® su estatua de bronce, hizo escorzos y dej¨® caer la cascada de pelo. Act¨²a igual que un l¨ªder de un grupo duro y enardecedor.
El primer recital de la gira espa?ola de Rosario se celebr¨® bajo una inmensa luna roja y menguante que bailaba sobre los andanadas. Su voz record¨® a los fan¨¢ticos seguidores las producciones discogr¨¢ficas. Detr¨¢s del ¨ªmpetu vocal y gestual hay 11 m¨²sicos y acompa?antes. La escenograf¨ªa e iluminaci¨®n del espect¨¢culo es una interesante versi¨®n pl¨¢stica de las canciones. Contra la soledad y la memoria, Rosario ha comprometido m¨¢s actuaciones que nunca este verano.
Babelia
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