Buenos y malos t¨ªtulos
No todos se muestran satisfechos de sus t¨ªtulos y no reparan en envidiar algunos ajenos.As¨ª, Molina Foix envidia a C¨¢rmen Mart¨ªn Gaite su Nubosidad variable, La sonrisa etrusca a Sampedro, y La pasi¨®n turca a Gala, "aunque yo hubiera titulado La sonrisa turca y La pasi¨®n etrusca, pero no me consultaron...".
Alejandro G¨¢ndara, Ma?ana en la batalla piensa en m¨ª, de Mar¨ªas; Diario de un hombre humillado, de F¨¦lix de Az¨²a; Tonto, bastardo..., de Mill¨¢s; El sentimiento, de Guelbenzu que aparecer¨¢ en oto?o- y sobre todo El coraz¨®n es un cazador solitario, de Carson McCullers.
Luis Mateo D¨ªez, La orilla oscura, de Jos¨¦ Mar¨ªa Merm¨®, y Largo noviembre de Madrid, de Juan Eduardo Z¨²?iga.
Y Andr¨¦s Trapiello, La maleta del n¨¢ufrago, de Felipe Ben¨ªtez; Un intelectual y su carcoma, de Mario Verdaguer, y Una enfermedad moral, de Soledad Pu¨¦rtolas.
Manuel Longares, El desorden de tu nombre, de Mill¨¢s, y, curiosamente La Dama se Esconde, el nombre de un grupo musical.
Felipe Ben¨ªtez, Locuras sin fundamento y El gato encerrado, de Trapiello, y La vida de frontera, de Carlos Marsat.
Mill¨¢s, La sombra del arquero, de G¨¢ndara; El sentimiento, de Guelbenzu, y La misa de Baroja, de Molina Foix.
Una mirada a los cl¨¢sicos permite dudar a Andr¨¦s Trapiello si Guerra y paz, de Tolstoi, es un buen t¨ªtulo, Rojo y negro de Stendhal o Madame Bovary d¨¦ Flaubert. Para Trapiello, con algunas excepciones, no se da un buen t¨ªtulo hasta la aparici¨®n de los simbolistas franceses. Las flores del mal de Baudelaire, es el primer gran t¨ªtulo de la literatura universal, tal como lo entendemos hoy. El de Baudelaire y La educaci¨®n sentimental, de Flaubert, "parece mentira", dice Trapiello, "que sea, adem¨¢s, autor de algo tan anodino e irrelevante como Madame Bovary. Trapiello, que salva cualquier t¨ªtulo de Baroja, cambiar¨ªa los de Valle-Incl¨¢n, "son refitoleros, con una excepci¨®n: Luces de bohemia; el mejor de la literatura espa?ola".
G¨¢ndara cambiar¨ªa Las palmeras salvajes de Faulkner,,y recordando la frase final "entre la pena y la nada elijo la pena", lo titular¨ªa Elijo la pena. Molina ante La Regenta, optar¨ªa por Vetusta. Luis Mateo D¨ªez sustituir¨ªa con gusto El mundo es as¨ª de Baroja por El peso del mundo. Y Felipe Ben¨ªtez transformar¨ªa El buen soldado, de Ford Madox Ford, en Un pasadizo corto. A Mill¨¢s le gustar¨ªa ser un saqueador de t¨ªtulos y apropiarse de Oscuro como la zumba donde yace mi amigo, de Malcolm Lowry.
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