Tres a?os seduciendo, a la audiencia
'Qui¨¦n sabe d¨®nde', de Paco Lobat¨®n, refleja cada lunes los dramas de la Espa?a oscura
Ninguna cadena de la competencia ha conseguido en los ¨²ltimos tres a?os consolidar un espacio que pueda con Paco Lobat¨®n, como seductor de audiencias.Qui¨¦n sabe d¨®nde naci¨® con el estigma de pertenecer al denostado g¨¦nero de los reality shows, pero, de alguna manera, se ha convertido en un testigo de la zona m¨¢s oscura de la realidad sociol¨®gica espa?ola. Ni las cr¨ªticas por los elevados costes -Jordi Garc¨ªa Candau ha dicho que consigue la mejor relaci¨®n "audiencia-precio" de la cadena p¨²blica-, ni la indiferencia de reconocidos intelectuales han hecho mella en un espacio profundamente popular.
Cuando faltan 15 minutos para las diez de la noche del lunes, un grupo de 30 operadoras de tel¨¦fonos se acomoda en la redacci¨®n de Qui¨¦n sabe d¨®nde. Sus voces son las primeras que escuchan los telespectadores que llaman para colaborar en las b¨²squedas de personas.
Diez minutos despu¨¦s ocupan sus puestos los miembros del equipo de investigaci¨®n del programa, comandado por Salvador Garrido. Periodistas, documentalistas, asistentes sociales, asesores jur¨ªdicos y psic¨®logos conforman el n¨²cleo duro de Qui¨¦n sabe d¨®nde. Son los que comprueban la credibilidad de las pistas aportadas por los espectadores.
Mientras tanto, en el estudio, los invitados ya est¨¢n prepararlos. El lunes 5 de junio, un ciudadano franc¨¦s, hijo de espa?oles refugiados, cerr¨® el espacio dos horas despu¨¦s abrazando a un hermano adoptivo al que hab¨ªa dejado de ver casi 60 a?os atr¨¢s. La emisi¨®n de una foto en blanco y negro, que los dos conservaban, sirvi¨® de puente para el reencuentro.
Esa misma noche, una familia buscaba a un adolescente. Un padre delgado y bajito, una madre corpulenta y un hermano de car¨¢cter resuelto ped¨ªan que diera se?ales de vida. La se?ora aseguraba a Paco Lobat¨®n que nunca hubo desencuentros entre ellos. Muchas familias aseveran que no tienen problemas.
El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Juan del Val se interesa especialmente por la reacci¨®n de los padres. "Siempre se sorprenden de que un ni?o al que trataban muy bien y al que le daban todo huya de casa. Demuestran no ser conscientes de la ruptura de comunicaci¨®n que exist¨ªa con sus hijos". Este psic¨®logo considera positiva la labor del programa en pro del di¨¢logo, aunque le parece de poca utilidad si no se dice a los padres c¨®mo llevarlo adelante.
El lunes en cuesti¨®n, la psic¨®loga de Qui¨¦n sabe d¨®nde, Lola Abell¨®, se ocup¨® de mediar, entre dos familias para intentar un acuerdo que permitiera a una mujer volver a ver a su hijo de nueve a?os. Cuando ten¨ªa cuatro, su ex marido se lo llev¨® y desde entonces no sabe d¨®nde est¨¢.
Para la abogada Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, de la Federaci¨®n de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, la gente no recurrir¨ªa a este tipo de programas "si la justicia cumpliera con su obligaci¨®n de localizar a quien incumple la ley arrancando a un ni?o del amparo de su madre?'.
Esa noche no hubo acuerdo, pero las cifras globales son elocuentes. Se consigue localizar siete de cada diez casos emitidos y, adem¨¢s, se resuelve un 3.5% de las b¨²squedas que por distintos motivos no salen en pantalla, seg¨²n datos facilitados por el programa. No se emiten los casos de personas que son encontradas muertas, ni tampoco los de quienes prefieren reunirse fuera de las c¨¢maras o los que no quieren saber nada de aquellos que les buscan. Qui¨¦n sabe d¨®nde cre¨® a partir de su segunda temporada en antena una lista R para los que no quieren ser localizados. El programa adopt¨® esta medida despu¨¦s de haber recibido fuertes cr¨ªticas por entrometerse en la vida privada de las personas.
En las tres temporadas que Qui¨¦n sabe d¨®nde lleva en antena, un total de 318 padres encontraron a sus hijos', fueron localizados 144 menores y 76 hijos se reunieron con sus progenitores. Adem¨¢s, 35 personas conocieron a su madre biol¨®gica y otras siete pudieron reunirse con su padre biol¨®gico.
Y frente a los "vuelve a casa que si no te vas a enterar" de los primeros programas, las familias admiten ahora con humildad que "a lo mejor" no supieron comunicarse con sus hijos.
La Pasionaria de la televisi¨®n
La vida de Antonia Rada di¨® un vuelco en la noche del 6 de octubre de 1993. As¨ª lo asegura ella casi dos a?os despu¨¦s de haber sido localizada por su madre biol¨®gica, una republicana. que la perdi¨® mientras se hallaba presa en Canarias en los a?os. de posguerra. La ni?a, a quien hab¨ªa puesto el nombre de Pasionaria, fue dada en adopci¨®n cuando cumpli¨® los dos a?os. Qui¨¦n sabe d¨®nde emiti¨® su historia Y Pasionaria, a qui¨¦n hab¨ªan cambiado el nombre, llam¨® al programa. Meses antes hab¨ªa muerto su madre adoptiva."Me cambi¨® la vida saber que no hab¨ªa sido abandonada, que mi familia de origen me hab¨ªa buscando tantos a?os y que mi verdadera madre no se quena morir sin verme", coment¨® Antonia a EL PA?S. "A fuerza de preguntas fui recomponiendo la laguna de 53 a?os que hab¨ªa en mi historia. La mujer que me trajo al mundo muri¨® en abril, pero tengo la tranquilidad de saber que se ha ido en paz, conmigo a su lado".
Antonia cre¨ªa que, pocos d¨ªas antes de conocerla, no podr¨ªa llamarla madre, porque madre era quien la cri¨®. Sin embargo, ya en el estudio, mientras ve¨ªa la imagen de su madre en un v¨ªdeo, del programa, algo muy profundo se "movi¨®" en su interior. Antonia asegura que la palabra madre le sali¨® del alma.
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