Mar¨ªa Bayo se adue?a de Madrid

Cuando se canta el aria de El rey pastor (Lamer¨® sar¨® costante) o la del concierto, basada en Goldoni, Voi avete un corfedele, como lo hizo anteanoche Mar¨ªa Bayo, puede asegurarse que estamos ante un artista grande, pura y honda. Las dos arias fueron escritas en Salzburgo en 1775, cuando el compositor ten¨ªa 17 a?os: parece imposible a esa edad acumular tanta y tan sencilla belleza, tanta y tan tranquila melancol¨ªa.

Mar¨ªa Bayo, l¨ªrica por naturaleza, con una zona central especialmente hermosa, entr¨® en Mozart, se adue?¨® de ¨¦l y nos lo ofreci¨® fresco, vivo y con estilo riguroso y expresivo. A veces se alza en sus versiones la sombra de su admirada Teresa Berganza, pero una sombra as¨ª vale por muchas luces que orientan y marcan direcciones para que la naturaleza personal de la Bayo se realice con plenitud.

Cito estas dos arias porque me parecen la cima de cuanto bueno hizo la soprano navarra, pero ello no significa el menor dem¨¦rito para versiones como la de el motete Exultate jubilate (1773), de gran clase y dominio de la t¨¦cnica vocal, ni para las arias de Pamina y Zerlina, para las cuales las ovaciones fueron tan un¨¢nimes y prolongadas que la propina (la citada aria de concierto) se hizo imprescindible; tras ella, el p¨²blico que llenaba el auditorio se resist¨ªa a abandonar sus localidades y a callar su entusiasmo.

Tiene Mar¨ªa Bayo, adem¨¢s, los dones de la simpat¨ªa y la comunicatividad que la ayudar¨¢n mucho en su carrera: sale ante el p¨²blico y antes de entonar una sola nota ya se lo ha ganado, virtud, por cierto, muy Berganzesca. Por si fuera poco, la Sinf¨®nica de Galicia: con su director titular V¨ªctor Pablo P¨¦rez colabor¨® con identificaci¨®n, sonido cuidado, din¨¢mica bien calibrada y elevaci¨®n en la continuidad mel¨®dico-r¨ªtmica. Para comenzar escuchamos la original Sinfon¨ªa en Re mayor, La ma?ana, de Haydn, y entre aria y aria, las oberturas de La flauta M¨¢gica, El rey pastor y Don Juan, tocadas con transparencia, y primor.