Incapaces de cortar las orejas
Cr¨ªe usted novillos encastados para esto. Cr¨ªe usted unos novillos encastados, bonitos de estampa, seriecitos en lo que cabe para su edad, noblotes, embestidores y humilladores, para que unos novilleros en estado de merecer no sean capaces de cortarles las orejas. Por eso uno no es ganadero, que si no...La ganader¨ªa de los novillos encastados se llama Palomo Linares, manda all¨ª (que se sepa) el matador del mismo nombre que fue figur¨®n del toreo, y est¨¢ sacando a la plaza de Madrid unos toros y novillos interesant¨ªsimos. Los toros y los novillos de Palomo Linares siempre tienen algo que decir (para ser m¨¢s exactos: algo que mugir) y si dan juego en la arena mientras a la afici¨®n gustan y divierten es porque les luce la casta.
Palomo /Triana, Canales, Mora
Novillos de Palomo Linares, bien presentados y encastados.Domingo Triana: estocada corta ca¨ªda y rueda de peones (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo, estocada atravesad¨ªsima que asoma, rueda de peones -aviso-, pinchazo, estocada corta atravesada trasera y descabello (silencio). Canales Rivera: pinchazo perdiendo la muleta y estocada trasera (aplausos y tambi¨¦n protestas cuando saluda); estocada pasada tendida (aplausos y tambi¨¦n protestas cuando sale a los medios). Eugenio de Mora, nuevo en esta plaza: estocada atravesad¨ªsima enhebrada, tres pinchazos, estocada baja y rueda de peones (silencio); dos pinchazos y media perpendicular escandalosamente trasera (aplausos y tambi¨¦n algunos pitos cuando sale al tercio). Plaza de Las Ventas, 18 de junio. Media entrada.
?No se anda quejando el taurinismo de que desapareci¨® la casta? Pues ah¨ª tiene una muestra de todo lo contrario: reses de l¨¢mina impecable, seriedad la debida, pitones sin exagerar, fuertecitos para no caerse (uno s¨®lo se cay¨®: una vez), prontos y codiciosos al cite provocador, suaves al embestir.
Cuatro de ¨¦stos hubo en la tarde, les correspondieron a Domingo Triana y Canales Rivera, y no tuvieron mejor ocurrencia que torearlos como si fueran la tonta del bote (y Las Ventas, la plaza de Benidorm). Quiere decirse, que se situaban exc¨¦ntricos respecto a la vertical del toro, lo embarcaban en l¨ªneas paralelas, al rematar los pases escapaban por la hipotenusa.
Lamenta uno recurrir a la geometr¨ªa para evitar el t¨¦rmino que acu?aron los revisteros antiguos y parece caer tan mal -fuera de cacho-, pues ingeniar circunloquios constituye una pesadez. Aunque, en realidad, las faenas de muleta de Domingo Triana y Canales Rivera fueron puro circunloquio. Con lo directo y lo meritorio que resulta cruzarse con el toro, tra¨¦rselo toreado, embarcarlo fino, rematar y ganarle terreno para que el siguiente pase surja hondo y sin soluci¨®n de continuidad. Pues ni por ¨¦sas.
El p¨²blico protestaba los alivios injustificados de ambos diestros y parec¨ªa que las reconvenciones les estimulaban para acentuar el toreo con el pico y fuera de cacho (la exc¨¦ntrica, la paralela, la hipotenusa, se quiere decir). Luego, muerto el toro, se pon¨ªan dignos. Canales Rivera hasta adopt¨® una actitud desafiante y haciendo caso omiso de quienes pitaban, se fue a los medios a saludar a quienes le aplaud¨ªan, que tampoco eran muchos.
No es muy seguro que eso sea casta torera. La casta torera se demuestra toreando. Por ejemplo, seg¨²n el mismo Canales hizo con el capote -largas cambiadas, una a porta gayola, ver¨®nicas, galleo por chicuelinas, chicuelinas a pie quieto... Y comprobar¨ªa entonces que, lejos de pitarle, el p¨²blico le aplaud¨ªa con calor.
La afici¨®n de Las Ventas es -seg¨²n confesi¨®n de parte: que se lo pregunten, si no a los conspicuos- de quien lo hace. O, por lo menos, de quien lo intenta. Fue el caso de Eugenio de Mora, que pareci¨® poco placeado pero estuvo voluntarioso con sendos novillos reservones. Las carencias t¨¦cnicas se les perdonan en Madrid a quienes empiezan (para eso son novilleros); no a los que desperdician unos novillos de ensue?o y los torean desde la Patagonia. Como si ya tuvieran ganados dos cortijos en Er¨¦, tres fincas de regad¨ªo.
Babelia
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