Los Quince deciden incrementar la austeridad y dedicar los mayores ingresos a atajar el d¨¦ficit

Los pretorianos de la ortodoxia no defraudaron. El Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin) de la Uni¨®n Europea (UE) a?adi¨® a sus tradicionales recomendaciones de austeridad otras dos: que los ingresos adicionales derivados del mayor crecimiento econ¨®mico se utilicen para proseguir el ajuste, sin distracciones expansivas, y que el d¨¦ficit presupuestario, que seg¨²n el Tratado de Maastricht debe reducirse al 3% del PIB, a medio plazo debe yugularse a¨²n m¨¢s, entre el cero y el 1%. Esta doble vuelta de tuerca constituye una bomba de ox¨ªgeno para la cruzada de austeridad que protagoniza el ministro espa?ol, Pedro Solbes, para los presupuestos de 1996.

El reto de la ortodoxia se ha ampliado. Nadie evoc¨® la reforma oficial de los criterios de convergencia pactados en Maastricht para el paso a la tercera fase de la uni¨®n monetaria. Pero, de hecho, hubo un consenso informal de endurecimiento. "La tarea prioritaria es sacar fruto de todas las posibilidades que ofrece el crecimiento para promover el saneamiento presupuestario, reduciendo los d¨¦ficit estructurales", reza el documento Grandes orientaciones de pol¨ªtica econ¨®mica aprobado ayer por el Ecofin. En rom¨¢n paladino: todos los ingresos adicionales producidos por la expansi¨®n deben dedicarse a combatir el d¨¦ficit.Pero hay m¨¢s. Los Quince decidieron tambi¨¦n el objetivo com¨²n de "reconducir los d¨¦ficit presupuestarios por debajo del 3% del PIB lo antes posible en tanto que primer paso hacia el objetivo a medio plazo de su reducci¨®n a un valor comprendido entre el cero y el 1% del PIB". Los Quince consideraron este objetivo como ¨²nica forma de que el d¨¦ficit conjunto de la UE se sit¨²e por debajo del 3% en 1997. Y el documento record¨® que "en diversos grados, en B¨¦lgica, Alemania, Grecia, Espa?a, Francia y Portugal el d¨¦ficit proyectado es superior al fijado en el programa de convergencia".

Pero si el texto preparado por la Comisi¨®n era ya duro, los propios ministros de Econom¨ªa de los pa¨ªses mediterr¨¢neos lo endurecieron a¨²n m¨¢s, esta vez en el cap¨ªtulo de la inflaci¨®n, "argumentando la necesidad de no dar excusas a las pretensiones de aumentos salariales demasiado significativos", seg¨²n testific¨® uno de los presentes. En efecto, el documento daba cuenta de que nueve pa¨ªses est¨¢n. ya situados en la buena senda del control de la inflaci¨®n, entre el 2% y el 3%; de que otros dos, Finlandia y Suecia andan s¨®lo una pizca por encima; y de que Espa?a, Portugal e Italia acabar¨¢n este a?o en torno al 4,5%, mientras Grecia lo har¨¢ algo por debajo del 9%.

Pedro Solbes, Eduardo Catroga (Portugal) y Augusto Fantozzi (Italia), se opusieron a que figurasen esas cifras "para no enviar un mal mensaje" a los interlocutores sociales, y evitar "que confundan la previsi¨®n del 4,5% con el objetivo fijado que en el caso de Espa?a es del 3,5% para este a?o", puesto que eso significar¨ªa a?adir carb¨®n al fuego, hoy controlado, de las reivindicaciones salariales. El presidente del Comit¨¦ Monetario, Nigel Wicks, estuvo de acuerdo en suprimir todo el p¨¢rrafo en que se bendec¨ªa a los nueve cumplidores y se criticaba a los pecadores, pero el ministro brit¨¢nico, Kenneth Clark, se opuso, "porque eso significa castigar tambi¨¦n a los virtuosos". Al final, se escribieron las previsiones y tambi¨¦n los objetivos.

Las decisiones de los Quince no s¨®lo refuerzan el objetivo de la moderaci¨®n salarial, sino que apuntalan los argumentos del Gobierno en relaci¨®n con su principal socio parlamentario. "Posiblemente el presidente de la Generalitat ha dicho lo que ha dicho porque no dispone de toda la informaci¨®n", dijo Solbes refiri¨¦ndose a la reclamaci¨®n de Jordi Pujol de imponer un ritmo m¨¢s suave al combate contra el d¨¦ficit. "Pero cuando tengamos tiempo para hablar, con CiU no deber¨¢ haber dificultad", a?adi¨®, refiri¨¦ndose a que no vacilar¨¢ en cuanto a la reducci¨®n de gastos, aunque pueda discutirse la distribuci¨®n".

Margen nulo

As¨ª, Solbes reiter¨® lo apuntado este fin de semana por su secretario de Estado, Alfredo Pastor, en el sentido de que "nuestro margen es pr¨¢cticamente nulo" en cuanto al d¨¦ficit porque el programa de convergencia lo establece en el 3% -el tope marcado en Maastricht para 1997 (el 5,9% este a?o, y el 4,4% en 1996), y es precisamente la cifra del presupuesto de 1997 la que se tomar¨¢ como referencia a final de dicho a?o o a principios de 1998 para determinar qu¨¦ pa¨ªses acceden a la moneda ¨²nica a partir del comienzo de 1999. En resumen: si se quiere estar a punto para la segunda -y pr¨¢cticamente ¨²nica v¨¢lida- cita de la moneda ¨²nica, hay que llegar al 3% en el presupuesto de dentro de dos ejercicios. Cualquier variaci¨®n de ritmo descabalgar¨¢ a Espa?a de los aspirantes a formar parte del n¨²cleo duro.