La dif¨ªcil relaci¨®n banca-industria
El autor sostiene que el tradicional modelo de relaciones banca-industria est¨¢ en crisis y que hay margen de maniobra para tomar medidas
Aunque ni la banca (bancos m¨¢s cajas de ahorro) es el ¨²nico agente que financia, (traslada el ahorro a la inversi¨®n) ni las empresas son ¨¦l ¨²nico agente que compite por el ahorro, uno de los papeles b¨¢sicos de la banca, pero no el ¨²nico, es su funci¨®n financiadora de empresas.Vivimos momentos hoy en que la actividad financiera cada vez es menos, intermediada por la banca. Aun as¨ª, la banca en Espa?a ha desempe?ado, sigue desempe?ando y sin duda desempe?ar¨¢ un papel de primer orden en cuanto a financiaci¨®n de las empresas. Efectivamente, los ratios de dependencia de la financiaci¨®n bancaria de las empresas espa?olas son muy elevados.
La banca puede financiar por dos v¨ªas (no excluyentes) a la industria: particip¨¢ndo en el capital (lo que implica riesgo y una fuerte vinculaci¨®n a la empresa) o prestando dinero (menor riesgo y vinculaci¨®n).
El modelo espa?ol ha sido de fuerte vinculaci¨®n entre banca e industria, pero con un claro dominio de la primera sobre la segunda. Esta dependencia tambi¨¦n se expresa en que, por lo general y en Espa?a, a falta de otros mecanismos eficientes, la banca es el agente que valida el proyecto empresarial inicial.
La baja capitalizaci¨®n de la empresa espa?ola, sobre todo por su escaso capital inicial y por su escasa autofinanciaci¨®n (lo que implica problemas de dimensi¨®n), a su vez implica un escaso poder de negociaci¨®n con la banca.
Expresi¨®n de esta relaci¨®n asim¨¦trica es la dificultad de acceso a la financiacion, especialmente de la PYME industrial (garant¨ªas e informaci¨®n solicitadas por la banca) y en menor medida el coste de la financiaci¨®n (que es funci¨®n del tipo de inter¨¦s b¨¢sico y del coste de intermediaci¨®n bancaria) y el plazo.
Debido a la crisis econ¨®mica, a los conocidos problemas de algunos grandes bancos espa?oles y a que la calificaci¨®n crediticia de muchos de los mejores bancos extranjeros est¨¢ paulatinamente descendiendo, nuestro tradicional modelo de relaciones banca-industria est¨¢ en crisis.
Hoy la posici¨®n dominante (a nivel te¨®rico) en este debate es la de que la banca est¨¦ lo menos implicada posible con la industria, y se fundamenta en el logro de la m¨¢xima solvencia y subsidiariamente en algunas recomendaciones y directivas de la Uni¨®n Europea (89/299, sobre fondos propios; 89/646, segunda directiva bancaria; 90/647, sobre coeficiente de solvencia), aunque la pr¨¢ctica de muchos bancos no se correspondecon esta teor¨ªa: por un lado, hay bancos que no en tran a implicarse accionarialmente con la industria o que desinvierten por motivos de solvencia; por otro lado, se detecta que algunos grupos bancarios est¨¢n implic¨¢ndose sobre todo en negocios de futuro a caballo entre los servicios p¨²blicos y la industria.
Llegados a este punto se tratar¨ªa de ver como propiciar una mayor implicaci¨®n de la banca en la industria. Para ello creemos que es fundamental:
- Lograr bajos tipos de inter¨¦s, mediante el control de la inflaci¨®n por vias no monetarias y no haciendo del tipo de cambio un objetivo pol¨ªtico. Se igualar¨ªa m¨¢s el rendimiento de las empresas no financieras con otras alternativas (deuda p¨²blica, terrenos e inmuebles) lo que atraer¨ªa la inversi¨®n bancaria hacia la opci¨®n de la industria. Esto, de alguna forma, ya est¨¢ ocurriendo.
- Reducir el d¨¦ficit p¨²blico. Ayudar¨ªa al logro del objetivo anterior y restar¨ªa competencia por la financiaci¨®n a la industria.
-Que se revele la ventaja comparativa de algunos sectores, o, mejor dicho,. de algunas empresas. La ventaja se revela en los productos, por tanto en empresas determinadas, no en los sectores en su conjunto.
?Y c¨®mo se revela tal ventaja? Haciendo una buena pol¨ªtica industrial, lo que significa crear un entorno favorable para el desarrollo de la empresa.
Por tanto, podr¨ªamos concluir diciendo que no se trata tanto de buscar (o forzar) sofisticados canales para relacionar la banca con la industria, sino que simplemente un bajo d¨¦ficit p¨²blico y tipos de inter¨¦s, junto a unas favorables condiciones del entorno industrial, obrar¨¢n casi por s¨ª solas el milagro.
Al margen de lo anterior, digamos que existe un cierto margen de maniobra pol¨ªtico para que las administraciones p¨²blicas puedan llegar a acuerdos con los bancos, para reforzar las relaciones banca-industria, toda vez que la capacidad de las AA PP para inducir negocio bancario es muy importante. Y se debe aprovechar al m¨¢ximo esta posibilidad.
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