Codigos de ratas
Hace un par de a?os, ingres¨® en hospital parisiense Cior¨¢n, fatigado rapaz con alas de m¨¢rmol.Emerg¨ªa al amanecer de su naufragio preguntando
?En qu¨¦ calabozo estoy? ?Qu¨¦ cr¨ªmenes he cometido?
Sus Pr¨¦cis de d¨¦composition hab¨ªan propuesto hed¨®nicas normas de mal vivir y de buen escribir. Poco antes de morir, sus libros le condujeron al triunfo seg¨²n c¨®digos de ratas y de m¨¢s vendidos.
Cior¨¢n apareci¨® dejando el di¨¢logo postrado en el tr¨¢nsito. Pero, cansado de existir, sin trozo de esperanza, se recluy¨® en sus harapos de C¨¦sar desterrado y dej¨® su cerebro en rebujal de olvido.
Sus Ejercicios de admiraci¨®n fueron su manera elegante y silenciosa de comportarse como latir oculto, de decirnos adi¨®s.
Babelia
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