Se entrega Alacr¨¢n, temido jefe del narcotr¨¢fico colombiano
Quienes esperaban ansiosos la noche del domingo, en la sede de la XIII Brigada del Ej¨¦rcito en Bogot¨¢, la rendici¨®n del jefe militar del cartel del Norte del Valle, aliado del de Cali, por el que ofrec¨ªan m¨¢s de 70 millones de pesetas de recompensa, se sorprendieron al ver la figura aparentemente inofensiva de uno de los personajes m¨¢s siniestros de la reciente historia judicial colombiana. Ese hombre, de apenas 1,60 metros de estatura, 45 a?os, gafas, barba de varios d¨ªas, vestido con vaqueros, chaqueta de pa?o, camisa celeste y corbata de rombos, que a las 19.45 baj¨® de un taxi y le dijo al guardia: "Soy Henry Loaiza y vengo a entregarme" era nada m¨¢s y nada menos que el temible El Alacr¨¢n.
Principal sospechoso de ser autor intelectual del atentado terrorista que el 10 de junio dej¨® 22 muertos y m¨¢s de 200 herido en un c¨¦ntrico parque de Medell¨ªn, El Alacr¨¢n tambi¨¦n figura en un informe de la Defensor¨ªa del Pueblo, divulgado en enero como coautor -con el general Alberto Pulido y otros cuatro militares entrenados por el Ej¨¦rcito israel¨ª- de la matanza do Trujillo, localidad del departamento del Valle de Cauca, donde entre 1989 y 1990 fueron descuartizados con una motosierra 107 campesinos a los que se cobraba as¨ª su supuesta militancia o colaboraci¨®n con la guerrilla Entre las v¨ªctimas estaba e sacerdote Tiberio Fern¨¢ndez, cuyo cad¨¢ver torturado apareci¨® flotando aguas abajo del r¨ªo Cauca, rememorando los m¨¦todos utilizados por los bandoleros en la ¨¦poca de la violencia liberal-conservadora de mediados de siglo.El Alacr¨¢n tambi¨¦n es sospechoso de un crimen de labriegos cultivadores de caf¨¦ en la poblaci¨®n de Tulia, y de muchos otros actos donde su refinada crueldad dej¨® el sello del ar¨¢cnido con aguij¨®n ponzo?oso que utilizaba en el hierro con que marcaba las reses de sus haciendas.
Aunque a Loaiza se le segu¨ªan procesos y ten¨ªa ¨®rdenes de captura, fue la persecuci¨®n desatada hace ocho meses contra el cartel de Cal¨ª y la organizaci¨®n militar del Norte del Valle -ligada en su origen a la banda de los hermanos Rodr¨ªguez Orejuela- lo que le fue cerrando el cerco.
Entonces tomaron cuerpo los rumores sobre su llamativo poder econ¨®mico y capacidad militar, forjados en la ¨²ltima d¨¦cada cuando los empresarios de la droga contrataron sus servicios, realzados por su extraordinaria maldad.
Cr¨®nica negra
Lo que hace algunos a?os formaba parte de la cr¨®nica siniestra en poblaciones como Tulu¨¢: Sevilla, Calcedonia, Zarzal, Toro y Trujillo, en las que hab¨ªa extendido su imperio de terror, empez¨® a registrarse en las pesquisas judiciales, dejando para comentarios pueblerinos las descripciones fant¨¢sticas de su vida cotidiana, en Venadillo, localidad del departamento del Tolima. All¨ª, Loaiza dej¨® una imagen de ricach¨®n dadivoso, que no escatimaba hacer donativos para reconstruir la iglesia de Santa B¨¢rbara, cuyo p¨¢rroco ahora se disculpa diciendo que recibi¨® de ¨¦l medio mill¨®n de pesetas porque "en ese tiempo ¨¦l era buena persona".Pero no fue hasta el pasado d¨ªa 1 cuando qued¨® al descubierto la vida ezquizofr¨¦nica de Loaiza: el Comando Especial Conjunto de 6.000 polic¨ªas y soldados que pisa los talones a los miembros del cartel de Cali allan¨® la hacienda Villa Paola, en el ¨¢rea rural del municipio de Riofr¨ªo, una finca de 725 hect¨¢reas con 500 reses, una cebra y un ¨¢guila. En la alcoba principal, un verdadero bunker antia¨¦reo con puertas. blindadas de 14 cent¨ªmetros de espesor, se hab¨ªa acondicionado, un sistema, de iluminaci¨®n que simulaba un firmamento de estrellas rutilantes. Y a manera de exorcismo en una de las paredes, los agentes encontraron una bendici¨®n papal, del 7 de diciembre de 1989, en la que Juan Pablo II le env¨ªa potencialmente una especial bendici¨®n apost¨®lica e Henry Loaiza, se?ora y familia, como prenda de constante protecci¨®n divina".
Por ahora, Loaiza est¨¢ protegido en la escuela de caballer¨ªa de Bogot¨¢, adonde fue trasladado tras rendirse ante el ministro de Defensa, Fernando Botero; el comandante del Ej¨¦rcito, general Harold Bedoya, y el director del Departamento Administrativo de Seguridad, Ramiro Bejarana.
En su primera declaraci¨®n El Alacr¨¢n neg¨® cualquier v¨ªnculo con el acto terrorista de diez d¨ªas antes Medell¨ªn. Esto coloca a las autoridades en un limbo con respecto a los autores del atentado que ser¨ªa el comienzo de una nueva ola narcoterrorista en Colombia, y que inicialmente fue atribuida a una venganza del aparato militar del cartel de Cal¨ª por la captura de su m¨¢ximo jefe, Gilberto Rodr¨ªguez Orejuela, El Ajedrecista. A la confusi¨®n se suma el desmentido de Fidel Casta?o, Rambo, de toda responsabilidad, en complicidad con El Alacr¨¢n, sobre terrorista de Medelll¨ªn.
Por otra parte, seg¨²n el sacerdote Bernardo Hoyos, ex alcalde de Barranquilla, a quien lo que queda de la c¨²pula del cartel de Cali contact¨® como mediador, el sometimiento de ¨¦sta es inminente. "Quieren hablar con el presidente Samper o alguien que ¨¦l mande... para negociar una entrega, en la cual se les trate como personas", explic¨®.
Mientras, siguen los anuncios en televisi¨®n que ofrecen m¨¢s de 70 millones di pesetas por informaci¨®n para capturar a Jos¨¦ Santacruz, Helmer Herrera y Phanor Arizabaleta, otros jefes del cartel de Cali La recompensa por Miguel Rodr¨ªguez Orejuela ha aumentado de 200 a 240 millones el acto
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