El despiste de un conductor atasc¨® Madrid durante hora y media
La amplia zona de influencia de la calle de L¨®pez de Hoyos estuvo atascada ayer, durante casi dos horas, por el despiste de un conductor. La polic¨ªa, que hab¨ªa recibido varios avisos de. bomba, encontr¨® a las 9.30 un coche sospechoso bajo el paso elevado de Joaqu¨ªn Costa, donde ya se produjo hace exactamente dos a?os un atentado de, ETA en el que murieron siete personas. Los agentes acordonaron la zona, cortaron el tr¨¢fico en las calles adyacentes, examinaron el veh¨ªculo, avisaron a los artificieros..., hasta que, sobre las once de la ma?ana, un hombre pidi¨® que le dejaran traspasar la cinta de seguridad porque se hab¨ªa dejado las llaves puestas en su veh¨ªculo. Despu¨¦s no daba cr¨¦dito a que ¨¦se fuera el motivo de tama?o despliegue.
Los hechos se produjeron dos d¨ªas despu¨¦s de que ETA hiciera estallar en el centro de la capital un coche bomba que mat¨® a un polic¨ªa municipal. Ayer, precisamente, se cumpl¨ªan dos a?os del atentado cometido por ETA junto al paso elevado de Joaqu¨ªn Costa.El coche sospechoso observado ayer, un Hiunday modelo Accent-GIs con matr¨ªcula M-2978-SL, de color verde azulado, estaba correctamente aparcado en un lateral de la calle de Francisco Silvela, cerca del n¨²mero 112.
La polic¨ªa, alertada por un vecino que en la noche del martes vio a un individuo mirando al interior del veh¨ªculo, y que ayer por la ma?ana repiti¨® la operaci¨®n, dispuso un sistema operativo en la zona e inspeccion¨® el veh¨ªculo con perros adiestrados. Al no observar nada extra?o, levant¨® el sistema de seguridad. Pero el verdadero caos de tr¨¢fico comenz¨® 15 minutos despu¨¦s, sobre las diez de la ma?ana. En ese momento los agentes se enteraron de que un importante militar iba a acudir a uno de los edificios cercanos. Eso despert¨® de nuevo las sospechas sobre el coche con las llaves puestas, y la polic¨ªa estableci¨® un segundo sistema operativo. Se cortaron todas las calles que confluyen en la glorieta de L¨®pez de Hoyos y el atasco fue monumental.
Cuando estaban a punto de llegar los artificieros, un hombre intentaba abrirse paso entre los polic¨ªas que acordonaban la zona. Al principio se lo impidieron, pero luego entendieron todo cuando les dijo que necesitaba acercarse a su coche para recoger las llaves que se hab¨ªa dejado puestas.
Un vigilante jurado del edificio situado en el n¨²mero 110 de Francisco Silvela oy¨® c¨®mo, poco antes de que llegaran los artificieros, un agente comunicaba con un transmisor a la Jefatura de Polic¨ªa que el propietario del coche sospechoso acababa de aparecer porque se hab¨ªa dado cuenta de que no ten¨ªa las llaves de su coche. El due?o del veh¨ªculo es empleado de una oficina de Iberia situada en la calle de Vel¨¢zquez esquina con Mar¨ªa de Molina.
Dos edificios enteros fueron desalojados por iniciativa de sus servicios de seguridad hasta que se aclar¨® el incidente.
Tambi¨¦n, dos vecinas de la glorieta de L¨®pez de Hoyos, Mar¨ªa Aurora Ni?o y Clara Moreno, a quienes sus hijos, por tel¨¦fono, aconsejaron que se fueran de compras o a cualquier lugar que estuviera lejos de su residencia, manifestaron cuando la polic¨ªa levant¨® el cord¨®n de seguridad que llevaban dos horas "totalmente emperifolladas y perfumadas" y que no les hab¨ªan permitido salir de la porter¨ªa hasta las once de la ma?ana. Las mismas vecinas comentaron que hab¨ªan dejado todas las ventanas abiertas porque en el atentado que se produjo hace dos a?os los reventaron todos los cristales.
Mucho m¨¢s preocupadas se mostraban Inmaculada Rodr¨ªguez y Mar¨ªa del Prado Gallego porque cuando llevaron a sus hijos al colegio p¨²blico Eijo Garay, en L¨®pez de Hoyos, tuvieron que ayudar a los maestros a llevar a los ni?os a un lugar seguro situado detr¨¢s del patio de recreo: "Los ni?os salieron en fila de dos en dos", dijo Mar¨ªa del Prado. "Los peque?os eran ajenos a lo que ocurr¨ªa, pero entre los mayores notabas las caras de preocupaci¨®n".
Inmaculada se mostraba mucho m¨¢s nerviosa porque a¨²n recordaba, con horror, c¨®mo el 21 de junio de 1993 sus ventanas se llenaron de trozos de carne y restos de metralla.
"La psicosis est¨¢ generalizada en este barrio", concluy¨®, "y m¨¢s hoy, que es el segundo aniversario del ¨²ltimo atentado".
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