Lleg¨® Christo y realiz¨® el milagro
El 27 de febrero de 1933, las llamas del incendiado Reichstag sirvieron a los nazis de coartada para poner en marcha la liquidaci¨®n de la Rep¨²blica de Weimar y de la democracia en Alemania. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el 5 de marzo, el partido nazi consegu¨ªa un 43,9% de votos. Tras este triunfo electoral, el Reichstag se hizo el haraquiri y vot¨®, con los ¨²nicos votos en contra de los socialdemocratas, la ley que conced¨ªa plenos poderes al canciller Adolfo Hitler". La votaci¨®n ya no se celebr¨® en el hist¨®rico edificio. Las llamas hab¨ªan destruido la c¨²pula y la sala de plenos, pero esto ya no importaba a los nazis, que pocas semanas despu¨¦s prohibieron los partidos pol¨ªticos.Este mismo edificio del Reichstag; donde se palpa la historia alemana del ¨²ltimo siglo, est¨¢ siendo recubierto o, seg¨²n algunos, empaquetado por el artista de origen b¨²lgaro y nacionalidad norteamericana Christo Javachef y su mujer, la francesa Jean-Claude de Guillebon, en medio de una pol¨¦mica que recorre Alemania. No se logra consenso sobre si lo que, ocurre estos d¨ªas en Berl¨ªn con el Reichstag es arte, un espect¨¢culo comercial o tal vez una cursilkada no exenta de tomadura de pelo colectiva.
La acci¨®n de Chirsto y se?ora le ha obligado a luchar con unos estereotipos vigentes hoy en Alemania, pero al mismo tiempo ha sacado a relucir aspectos que constituyen una novedad, casi podr¨ªa hablarse de un milagro. Los estereotipos a los que ha tenido que imponerse Christo para llevar adelante su proyecto se sit¨²an en los dos gran des pilares de la discusi¨®n pol¨ªtica actual en Alemania: econom¨ªa y ecolog¨ªa. Christo tuvo que convencer a todo el mundo de que al contribuyente alem¨¢n no le costar¨¢ ni un solo marco la acci¨®n. Al mismo tiempo, la pareja de artista se vio obliga da a garantizar que los materiales empleados en el empaqueta do ser¨¢n reciclados como es debido y hasta se realiz¨® un estudio para evitar que las aves que anidaban en el Reichstag sufriesen da?o con el empaquetado.
El milagro de Christo ha sido conseguir que el Parlamento Federal alem¨¢n el Bundestag, depositario de la soberan¨ªa popular, aprobase la acci¨®n de empaquetar el Reichstag, el edificio con mayores connotaciones de la historia alemana. La imagen del Reichstag empaquetado, en una acci¨®n de m¨¢s que dudoso contenido art¨ªstico, constituye un aut¨¦ntico fanal para la nueva Alemania, la de la Rep¨²blica d¨¦ Berl¨ªn.
Ten¨ªan raz¨®n los diputados que en Bonn se opusieron con su voto a la acci¨®n de Christo. El empaquetado del Reichstag significa una aut¨¦ntica violaci¨®n de la historia alemana, pero al mismo tiempo puede servir de exorcismo de todo lo que el ¨²ltimo siglo se asoci¨® a ese edificio con una historia m¨¢s bien siniestra. Christo y Jean-Claude logr¨® el milagro de que los diputados alemanes aprobasen en tregar el Reiclistag y convertir lo incluso en objeto de befa y escarnio. Esto no parece negativo para un pa¨ªs y un edificio autor y testigo de las grandes tragedias de la reciente historia europea. Christo y Jean-Claude aseguran que les importa un pito las connotaciones pol¨ªticas de su acci¨®n, porque ellos no son alemanes y act¨²an por su propio placer art¨ªstico. Nos encontramos ante un ejemplo fant¨¢stico de los famosos efectos no queridos de la comunicaci¨®n. Tal vez sin quererlo, Christo ha conseguido realizar lo que en ese mismo Reichstag, hace poco m¨¢s de un a?o, pidi¨® en su primer discurso improvisado el reci¨¦n elegido presidente de Alemania, Roman Herzog, cuando se pronunci¨® por una Alemania m¨¢s relajada y que marchase por la vida sin los dientes apretados.
En dos semanas se descubrir¨¢ de nuevo el Reichstag para dar paso a los obreros encargados de reconstruir lo que en el nuevo milenio ser¨¢ la sede del futuro Parlamento alem¨¢n. Con la cobertura y descubrimiento se puede interpretar que se pone la primera piedra para una Alemania relajada y sin dientes apretados. En este caso, Christo habr¨ªa realizado el milagro.
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