Las cubiertas del Prado volver¨¢n a ser de plomo
Durante las obras, hasta 1997, el museo cerrar¨¢ por fases varias salas
La reforma de las cubiertas del Museo del Prado, seg¨²n el proyecto de los arquitectos Dionisio Hern¨¢ndez Gil y Rafael Olalquiaga, quiere recuperar la geometr¨ªa dise?ada por Juan de Villanueva a finales del siglo XVIII y la cubrici¨®n original de plomo, que identifica, los edificios de la Ilustraci¨®n. Servir¨¢ adem¨¢s para una nueva iluminaci¨®n natural y para ordenar el espacio de instalaciones entre el techo de las salas y las cubiertas. Durante las obras, hasta principios de 1997, se cerrar¨¢n varias salas durante cinco fases y se trasladar¨¢n servicios fuera del museo, lo que ha provocado las protestas de los trabajadores reunidos ayer en asamblea.
El proyecto de las nuevas cubiertas del Prado se presentar¨¢ el lunes al patronato del museo, que podr¨¢ incluir sugerencias, y despu¨¦s ser¨¢ aprobado por el Ministerio de Cultura, que el a?o pasado invit¨® a 10 equipos de profesionales espa?oles a participar en un concurso. El patronato seleccion¨® las propuestas de Hern¨¢ndez Gil y Olalquiaga y de P¨¦rez Pita y Junquera. Tambi¨¦n presentaron sus ideas Cano Lasso, Partearroyo, Ruiz Cabrero, Garc¨ªa Tolosana y Vell¨¦s, y, no acudieron Moneo, S¨¢enz de Oiza y Navarro Baldeweg.La reparaci¨®n de las cubiertas, unos 10.000 metros cuadrados de superficie, se hizo evidente con la aparici¨®n en octubre de 1993 de goteras que afectaron sobre todo a las salas de Vel¨¢zquez. El comit¨¦ de empresa denunci¨® en ese momento un mal ya cr¨®nico, y el entonces director, Felipe Gar¨ªn, fue destituido tras quitar importancia al incidente. El plan de necesidades del museo, las nuevas cubiertas y el concurso internacional de ideas para la ampliaci¨®n -ya se han inscrito 1.600 equipos- fueron las prioridades establecidas un mes despu¨¦s por el nuevo patronato, presidido por el ingeniero Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Ordo?ez, y el director, el arque¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n. Las cubiertas volver¨¢n a tener los perfiles pensados por Juan de Villanueva con una cobertura de plomo de tres mil¨ªmetros en faldones de pendiente y horizontales y vidrio. El plomo original se convirti¨® en material b¨¦lico cuando, en 1808, las tropas napole¨®nicas convirtieron el edificio sin terminar en un cuartel de caballer¨ªa. En la actualidad, la cubierta tiene hasta diez materiales de cubrici¨®n diferentes, sobre todo teja curva, chapas de plomo y zinc, baldosas de comento, granito, vidrio armado y pav¨¦s. "Con esta cantidad de materiales tan distintos en su comportamiento, la calidad de los detalles constructivos es inaceptable para el Prado. La utilizaci¨®n del vidrio armado en los lucernarios, sin l¨¢minas de protecci¨®n de ultravioletas, es sumamente inadecuada", dice el arquitecto Dionisio Hern¨¢ndez Gil, ex director general de Bellas Artes (1983-1986) y del Instituto de Conservaci¨®n (1986-1993).
Tres ampliaciones,
Simplificar y racionalizar las cubiertas de las tres ampliaciones adosadas en la fachada posterior del edificio original en 1914 (por el arquitecto Arb¨®s), 1955 (Chueca Goitia y Lorente) y 1964 (Muguruza) es otro de los objetivos de la reforma. En el nuevo, proyecto se suprimen las cubiertas inclinadas para recuperar el trazado y cornisas del edificio de Villanueva y se proyecta una cubierta ¨²nica de las otras dos ampliaciones con lucernarios longitudinales orientados al Norte. Tambi¨¦n se anulan los lucernarios de los pabellones de Goya y Murilla, y toda la cubierta de la sala Vel¨¢zquez se realizar¨¢ en plomo.
La actuaci¨®n sobre las zonas de Goya y Murillo, que tienen en el piso superior los talleres de restauraci¨®n y los despachos de direcci¨®n y conservadores, tiene en cuenta la futura reforma y ampliaci¨®n del museo -que sacar¨¢ del edificio los servicios internos- y recupera 2.000 metros cuadrados para salas.
La iluminaci¨®n tiene un tratamiento especial en el proyecto, con la reducci¨®n de la superficie de lucernarios en un 50%, para aprovechar al m¨¢ximo el empleo de luz natural. De esta forma se quiere buscar el equilibrio entre las mejores condiciones de contemplaci¨®n de los cuadros y los requerimientos de conservaci¨®n, ya que en las normas de intensidad de luz se establece entre 150 y 200 lux y ahora se miden hasta 500 y 600 lux. La soluci¨®n es "un elogio a la sombra".
El presupuesto de contrata asciende a 1.800 millones de pesetas. Cultura -que ya dispone para este a?o de un presupuesto espec¨ªfico de 400 millones- sacar¨¢ en julio a subasta las obras, que podr¨¢n comenzar en septiembre. Se han establecido cinco fases para los trabajos, que afectar¨¢n a las ampliaciones, la sala de Vel¨¢zquez, la galer¨ªa central y los pabellones de Goya y Murillo. El c¨¢lculo inicial es terminar a principios de 1997, con cuatro meses dedicados a cada fase. Ello obligar¨¢ a cerrar de forma provisional las salas afectadas (en algunos casos llegan a siete en la planta alta), por lo que la direcci¨®n establecer¨¢ un plan de cambios de cuadros o exposiciones.
"Es una locura"
"El museo est¨¢ en encefalograma plano; las obras van a paralizar esta casa". La reforma de las cubiertas comenz¨® ayer en el Museo del Prado con una asamblea de trabajadores. El presidente del comit¨¦ de empresa, Antonio Solano, calific¨® ayer de locura e improvisaci¨®n la realizaci¨®n de unas obras -que con car¨¢cter urgente, s¨®lo afecta a una zona concreta- antes de conocer el futuro proyecto de ampliaci¨®n.El director del museo, Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n, inform¨® el jueves que antes del 1 de septiembre los servicios de gerencia, prensa y gabinete did¨¢ctico. tendr¨ªan que trasladarse a unos edificios de la calle Don Ram¨®n de la Cruz, a la altura de Claudio Coello, pertenecientes al legado Villaescusa. La raz¨®n era el comienzo de las obras de reforma de las cubiertas, uniendo en la operaci¨®n la falta de espacio y la econom¨ªa. Estas explicaciones fueron rechazadas ayer en la asamblea -afecta a 58 trabajadores-, ya que prefieren espacios cercanos al museo -la oferta de oficinas es ahora m¨¢s barata- y dicen que el alquiler en los edificios de Villaescusa no es gratuito, al ingresar en una sociedad an¨®nima que gestiona el legado y preside el director del Prado. A ello se a?aden bonificaciones por convenio, como plazas de aparcamiento.
Antonio Solano llama la atenci¨®n sobre la paralizaci¨®n del museo, que comienza con la ausencia de las exposiciones previstas en el programa de los 175 a?os del Prado. "El servicio p¨²blico del museo no se cumple". A?ade que la medida de desalojo afectar¨¢ a continuaci¨®n a otros servicios, como restauraci¨®n y conservadores. El momento m¨¢s conflictivo ser¨¢ con el cierre de salas en las cinco fases previstas, que afectar¨¢ en vertical a las dos plantas. El director del centro prepara un plan para mantener el museo activo y los cuadros en exposici¨®n, del que s¨®lo ha trascendido que ser¨¢ "cerrar salas y almacenar los cuadros".
En cuanto a las zonas peligrosas de los encamonados, los espacios entre el techo de las salas y las cubiertas, Solano dice que afecta a una parte limitada y muy acristalada donde se concentra el calor en verano, "que pod¨ªa aguantar hasta la ampliaci¨®n". Es uno de los elementos clave del proyecto de reforma de las cubiertas, con unas cajas de luz para mejorar el rendimiento de la luz diurna.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.