Bienvenida

Algo insensible y ap¨¢tico andaba estos d¨ªas entre las repetidas noticias de pactos, sequ¨ªa, carreras de audiencias... cuando aparece en la contraportada de su peri¨®dico del d¨ªa 10 de junio de 1995 una bocanada de aire fresco y natural: la sencilla aventura de un ciudadano centroafricano que se revela ante su destino y para ello recorre kil¨®metros y kil¨®metros durante varios a?os hasta llegar al mar. All¨ª embarca como poliz¨®n. Con toda naturalidad colabora en las tareas marineras, aunque deb¨ªa esconderse en las bodegas cada vez que el barco atracaba en diferentes puertos de todo el mundo. As¨ª durante seis meses. Hasta que por fin el ministro de Justicia e Interior espa?ol le autoriza a desembarcar en Santander.Una vez en tierra, el ciudadano centroafricano lo ¨²nico que pide son unos zapatos (estaba descalzo) y que se le permita hacer deporte, porque "as¨ª se es m¨¢s feliz y se sonr¨ªe m¨¢s".

Yo tambi¨¦n he sonre¨ªdo contigo, Ar¨ªstide Kingamo, y te doy la bienvenida a mi pa¨ªs.

Y al ministro, Belloch le, doy la enhorabuena.- Jos¨¦ Mar¨ªa Clavijo.