Expulsi¨®n definitiva
En primer lugar, quiero agradecer a su peri¨®dico sus esfuerzos por no identificar inmigraci¨®n con delincuencia, la cobertura que realiza habitualmente del mundo ¨¢rabe (a pesar de la escasez de corresponsales) y, en general, las informaciones que habitualmente tratan sobre ¨¢rabes, musulmanes, y el pasado y presente de la cultura isl¨¢mica en la Pen¨ªnsula. Informaciones que, sin embargo, a menudo contienen errores que no se pueden justificar por el desconocimiento generalizado sobre estos temas.Un cap¨ªtulo importante de estos errores lo forma la transcripcion cambiante del ¨¢rabe, muy frecuentemente una traslaci¨®n literal del franc¨¦s o el ingl¨¦s, que no se corresponde con la fon¨¦tica espa?ola, y, en cualquier caso, parece evidente que no se revisa en la Redacci¨®n del peri¨®dico como ser¨ªa necesario.
Pero el principal motivo de escribirle en esta ocasi¨®n es un grave error aparecido en la creaci¨®n del Madrid medieval firmada por Antonio Jim¨¦nez, en El Pa¨ªs Madrid, donde se afirma, que los musulmanes fueron expulsados definitivamente de la Pen¨ªnsula en 1492.
Para su informaci¨®n, y me extra?a que los expertos consultados para la elaboraci¨®n del reportaje no lo dejaran perfectamente claro, en 1492 se produjo la penosa expulsi¨®n de los jud¨ªos. Para que los musulmanes fueran expulsados definitivamente de la Pen¨ªnsula habr¨¢ que esperar m¨¢s de cien a?os, hasta principios del siglo XVII, cuando Felipe III dict¨®, entre 1609 y 1614, las diversas ¨®rdenes de expulsi¨®n de una cifra que se acerc¨® bastante a los 300.000 moriscos, nombre que recibieron los musulmanes espa?oles tras ser obligados a convertirse al cristianismo.
S¨®lo a?adir que la excelente periodista Maruja Torres incurri¨® recientemente en el mismo error en una columna.
Por ¨²ltimo, aprovecho esta carta para felicitar a la Junta de Andaluc¨ªa por el ambicioso programa de exposiciones y rutas tur¨ªsticas que ha puesto en marcha este a?o bajo el nombre del Legado andalus¨ª, una iniciativa que sin duda contribuir¨¢ a mejorar el conocimiento de nuestro pasado isl¨¢mico.-
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