Un trabajo peligroso
Las criadas asi¨¢ticas en el Golfo son ¨¢ menudo esclavizadas y violadas
Una criada filipina fue condenada el pasado lunes en la capital de los Emiratos ?rabes Unidos, Abu Dabi, a siete a?os de c¨¢rcel por matar a su patr¨®n, que la hab¨ªa violado. La semana pasada otra empleada de hogar filipina fue asesinada a palos en Kuwait por su empleador.M¨¢s de 40 filipinas consiguieron en esos d¨ªas ser repatriadas, tras denunciar agresiones de sus patrones. El embajador filipino en los Emiratos, Roy Se?ares, advirti¨® el pasado lunes de que "ser empleada de hogar en el Golfo es un trabajo peligroso". Pero las filipinas s n s¨®lo la punta del iceberg. Todas las emigrantes asi¨¢ticas a los pa¨ªses ricos en petr¨®leo sobreviven en si: milares condiciones infernales.
Seg¨²n la Biblia, el Para¨ªso andaba por los pagos de Tigris y E¨²frates, m¨¢s o menos por la actual Basora. Hoy el Golfo -Ar¨¢bigo para los ¨¢rabes, P¨¦rsico para los iran¨ªes- es a¨²n la Tierra Prometida para los emigrantes asi¨¢ticos, aunque otros focos paradis¨ªacos -si bien mucho m¨¢s restrictivos- son Jap¨®n, Singapur y Hong Kong. Y, hablando en puridad, pese a los contingentes de trabajadores en la construcci¨®n o en labores petrol¨ªferas, un n¨²mero significativo de esos emigrantes son mujeres: en especial de SH Lanka, Filipinas e India
La oferta m¨¢s habitual es un empleo, poco o nada definido en sus funciones, como criada Los pa¨ªses receptores, socialmente muy tradicionales, han experimentado en los ¨²ltimos a?os un acelerado progreso material, y poseer servicio dom¨¦stico de piel oscura otorga prestigio. Complejas redes en Filipinas, Sri Lanka, Pakist¨¢n o India abastecen de empleadas de hogar a empresas radicadas en el Asia rica.
Las cifras son a¨²n confusas, por el amplio componente de clandestinas. Puede hablarse de unas 30.000 asi¨¢ticas que viajan completamente solas a Arabia Saud¨ª para trabajar como criadas. En 1987, Kuwait empleaba a 20.000 extranjeras en trabajos dom¨¦sticos. En Hong Kong se pas¨® de menos de 2.000 empleadas a mediados de los a?os setenta a m¨¢s de 40.000 a finales de los ochenta. En Singapur ser¨ªan el doble.
Hay pa¨ªses de emigraci¨®n end¨¦mica: trabajadores coreanos en Jap¨®n, Indonesia, Oriente Medio. Y otros pa¨ªses en los que el fen¨®meno es m¨¢s reciente, pero ya parece imparable: la ubicua presencia de filipinas o ese 70% de srilankesas que emigraron en 1980 y que, s¨®lo dos a?os despu¨¦s, era ya un 89%.
Filipinas se ha visto en el disparadero de actualizar estad¨ªsticas. Una delegaci¨®n de parlamentarios y expertos ha recorrido este mes Estados Unidos, Europa, Egipto y sobre todo el Golfo. De los cuatro millones de filipinos que trabajan en el extranjero, m¨¢s de 600.000 lo hacen en el Golfo: en los Emiratos, de 80.000 filipinos, 15.000 son mujeres. "Las emigrantes filipinas est¨¢n a merced de sus empleadores en esa parte del mundo", se?ala el informe, que indica a guisa de ejemplo que los contratos para empleadas de hogar en Kuwait est¨¢n expresamente prohibidos en Filipinas, pero el flujo contin¨²a por conductos clandestinos.
Hay pa¨ªses que no hacen p¨²blicas cifras sobre el asunto, como la India, pese a que no escasean las denuncias de situaciones tr¨¢gicas y que se especula con entre 50 y 100.000 mujeres emigrantes. Incluso regiones ricas y autosuficientes, como Kerala -donde los comunistas han perdido su predominio, en beneficio del Partido del Congreso- sufren una fuerte emigraci¨®n femenina: de los seis millones de trabajadores keral¨ªes en el extranjero, un 20% son mujeres.
"Las quejas que llegan a las embajadas s¨®lo son una fracci¨®n de los excesos cometidos", dice Lila Gulathi, del Centro de Estudios para el Desarrollo de la India. "Los abusos f¨ªsicos y el acoso sexual suponen entre una quinta y una tercera parte de las denuncias presentadas por mujeres en esos pa¨ªses. Y las embajadas son el mejor refugio para ellas".
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