El juicio de los marineros espa?oles por narcotr¨¢fico se retrasa en Venezuela
El juicio a 14 marineros, 11 de los cuales son espa?oles, detenidos en Venezuela por presunto tr¨¢fico de drogas en el buque atunero Monte Blanco, se est¨¢, complicando en el plano procesal debido a la distribuci¨®n de diligencias entre varios tribunales. Adem¨¢s, la anunciada huelga indefinida de los trabajadores de los juzgados puede retrasar el fallo y prolongar la incertidumbre de los familiares de los acusados.La tripulaci¨®n del barco, de 1.000 toneladas, fue detenida en el puerto de Guanta, situado al noreste de Venezuela, el pasado 19 de marzo despu¨¦s de que la Armada Nacional hallara 1,8 kilos de coca¨ªna en el interior de un m¨¢stil. El buque hab¨ªa zarpado del puerto gallego de Laxe (La Coru?a) el 2 de enero tras ser revisado por la Guardia Civil.
En estos momentos, el juicio se encuentra en la fase probatoria y de comparecencia de los testigos. Para el abogado defensor, Antonio Barrios, es "un exabrupto jur¨ªdico" el que la juez Oly Golindano, del juzgado segundo penal, haya comisionado la instrucci¨®n a otros cuatro tribunales. La defensa ha solicitado el testimonio de los funcionarios de la Armada venezolana y de la Polic¨ªa T¨¦cnica Judicial (PTJ).
Barrios sostiene que la juez Golindano atribuye su decisi¨®n a la costumbre judicial existente en Barcelona (Venezuela), que a la larga dispersa el expediente. El fiscal, Leonardo Reyes, ha pedido la aplicaci¨®n del art¨ªculo 34 de la Ley de Estupefacientes, que establece condenas de hasta 20 a?os de prisi¨®n. Otro elemento que complica el juicio de los marineros es la huelga indefinida de los trabajadores de los juzgados, anunciada para ma?ana jueves si no se resuelve antes su conflicto laboral.
Pero la tripulaci¨®n del Monte Blanco, detenida en el penal de Barcelona, se desespera ante la lentitud de la administraci¨®n de justicia venezolana. Su capit¨¢n, Miguel ?ngel Pena Lama, vive minuto a minuto la peligrosidad de este penal, donde hace dos a?os los reclusos decapitaron a cinco hombres y jugaron al f¨²tbol con sus cabezas, mostr¨¢ndolas despu¨¦s clavadas en estacas. "No salimos de la celda, ni a tomar el sol en el patio, por temor a que nos maten", afirm¨® en la ¨²ltima visita que le hizo este diario.
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