La soledad del astronauta

Cuando Norman Thagard, hoy a bordo del Atlantis, aterrice ma?ana, presumiblemente en Florida, ser¨¢ recibido como el estadounidense que m¨¢s tiempo ha pasado en el espacio: 115 d¨ªas. Se ha Ilevado bien", seg¨²n sus palabras, con los rusos Dezhurov y Strekalov a bordo de la estaci¨®n Mir durante todo este tiempo, y la estancia ha sido provechosa desde el punto de vista del trabajo. Pero ha reconocido que le resultar¨ªa muy dif¨ªcil estar m¨¢s tiempo en ¨®rbita. "Creo que los aspectos psicol¨®gicos son los que m¨¢s afloran", dijo. Se ha sentido "culturalmente aislado" y ha a?orado a su esposa y a sus hijos, las comidas de su pa¨ªs y hablar en su idioma, dec¨ªa Thagard.Aunque hay problemas operacionales cr¨ªticos a solucionar con vistas a la futura estaci¨®n internacional Alpha, como la agilidad del calendario de lanzamientos del transbordador para ser el elemento de enlace desde la Tierra, su construcci¨®n parece que afrontar¨¢ m¨¢s problemas culturales y pol¨ªticos que tecnol¨®gicos, incluidas cuestiones como en qu¨¦ idioma se hablar¨¢ en Alpha o qui¨¦n ser¨¢ el jefe en la estaci¨®n internacional.

Al planificar la actual misi¨®n, fue dif¨ªcil ponerse de acuerdo sobre d¨®nde se dar¨ªan el hist¨®rico apret¨®n de manos los dos comandantes tras la llegada del Atlantis al puerto espacial: los estadounidenses quer¨ªan que fuera en el t¨²nel de conexi¨®n y los rusos, que consideran de mala educaci¨®n y mala suerte hacerlo en el umbral, quer¨ªan que Gibson entrase en zona rusa, informa Reuter.

Son cosas importantes en un programa con alto componente pol¨ªtico. "Todo vuelo tripulado es pol¨ªtico", ha dicho Bruce Murray, del Instituto Caltech (California). "El programa Apollo fue pol¨ªtico y sirvi¨® entonces para nuestros intereses nacionales, y ¨¦ste ahora sirve para lo mismo".