Mantener viva la memoria del mundo
Para aprovechar la movilizaci¨®n del centenario del cine, la Unesco dio a Melina Mercouri la ¨²ltima oportunidad de ejercer su oficio: poner su voz rota a una llamada a los centros de poder para que tomen medidas destinadas a frenar la extinci¨®n del patrimonio cinematogr¨¢fico mundial, amenazado por la condici¨®n primera de los soportes de celuloide y por la devastaci¨®n de climas, guerras e incendios, adem¨¢s de por la rapi?a de los due?os de las pel¨ªculas, que a con frecuencia sacan cientos de copias del negativo del filme, que muere as¨ª gastado por la codicia.La llamada se ha hecho estado de conciencia y mueve. Pero el esfuerzo se concentra en el patrimonio cinematogr¨¢fico y deja fuera la enorme masa audiovisual que hoy segrega el mundo. Desde hace d¨¦cadas han desaparecido los noticiarios cinematogr¨¢ficos, y el d¨ªa a d¨ªa de la historia est¨¢ en archivos de las televisiones, que guardan un ingente volumen de memoria de nuestro tiempo, a la que hay que a?adir las aportaciones de artistas que han ensanchado la peque?a pantalla con sus ficciones e indagaciones.
?Qu¨¦ se hace con esta vasta materia, que esconde documentos de incalculable valor cultural e hist¨®rico? La llamada de la Unesco debe -y pa¨ªses pioneros, como Francia, est¨¢n en ello- ampliar a las televisiones, p¨²blicas y privadas, la tensi¨®n de rescate de im¨¢genes amenazadas. Para entendernos, sin salir de casa: la imagen del paso del franquismo a la democracia (cerrada en el abismo del 23-F) est¨¢ enlatada en Prado del Rey. ?Qu¨¦ reglamento y qu¨¦ medios velan por su conservaci¨®n en los soportes originales o su trasvase, si es necesario, a otros, m¨¢s seguros? Y la pregunta se agrava a causa de la sustituci¨®n generalizada de los soportes qu¨ªmicos por magn¨¦ticos y por la implantaci¨®n de televisiones privadas, cuya regulaci¨®n tiene, en este terreno, que ser formalmente distinta de las p¨²blicas, aunque coincidente en lo esencial, lo que complica el asunto y lo hace por tanto m¨¢s urgente.
?En qu¨¦ estado se encuentran, y qu¨¦ sistema de mantenimiento existe para preservarlas del deterioro, obras televisivas como -es un ejemplo entre muchos- la de Claudio Guer¨ªn Hill? Y fuera de casa: ?qu¨¦ regulaci¨®n, si es que la hay, garantiza la supervivencia de la obra televisiva de Jean Renoir, Robert Mulligan, Rainer Fassbinder, Orson Welles, Inginar Bergman, Ken Loach, Sam Fuller, Steven Spielberg, Paul Newinan, Jean-Luc Godard, Marlon Brando, Sam Peckinpah, Roberto Rossellini, Vittorio Gassman y muchos eminentes artistas que trabajaron para la peque?a pantalla?
No hay suceso hist¨®rico actual ni nido de ficci¨®n vivo que no tenga una esquina televisiva. El fen¨®meno es envolvente, pero ?qu¨¦ se hace para mantener esas miradas, indagaciones o ficciones, que impida que se apaguen en un pudridero de im¨¢genes, convertido en tumba de una parte esencial de la memoria hist¨®rica y del arte contempor¨¢neo?
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