Cachao
Dentro de unos d¨ªas, el 18 de julio, actuar¨¢ en Madrid un m¨²sico cubano de 76 a?os largos. Se llama Israel L¨®pez pero todo el mundo -incluida su esposa- le llama Cachao. Toca el contrabajo, compone, arregla y dirige lo que le echen, y le han echado de todo en esta vida: desde Debussy a Lecuona, desde temas de Cole Porter con Frank Sinatra a composiciones antillanas con Gloria Estefan. Ha tocado en los mejores auditorios de Am¨¦rica y en los salones de bodas y bautizos de Miami. Y sin embargo su mejor cualidad, lo que le hace de verdad un hombre extraordinario, es su aut¨¦ntica y profunda sencillez.
Cachao es un ejemplo espl¨¦ndido de esa norma no escrita y cierta que identifica la sabidur¨ªa con la falta de pedanter¨ªa o egocentrismo. En sentido contrario cabe decir que el amplio ej¨¦rcito de autosatisfechos, de eg¨®latras que tanto proliferan en los ¨¢mbitos culturales, lo que inconscientemente manifiestan es su torpeza para entender la vida.
Se calcula que ha compuesto, s¨®lo o en colaboraci¨®n con su hermano Orestes, cerca de 3.000 danzones, entre ellos el que sent¨® las bases del mambo. Ha sido compa?ero de la mitad de la n¨®mina mundial de m¨²sicos populares del siglo XX y de buena parte de los de m¨²sica cl¨¢sica. Y pese a todo, cuando se le escucha, cuando se le trata, jam¨¢s habla de ¨¦l o de sus obras salvo que se le insista, y a¨²n as¨ª lo hace con constantes referencias elogiosas a sus compa?eros y amigos.
O¨ªr su m¨²sica es un placer fant¨¢stico. Escuchar sus historias es comprobar como en ocasiones la naturaleza humana es capaz de sumar las dificultades de la vida cotidiana, los altibajos del destino, la honestidad y el talento profesionales y obtener un resultado excepcional: un negro cubano de piernas arqueadas (?c¨®mo podr¨ªa tenerlas despu¨¦s de m¨¢s de 65 a?os de idilio apasionado con el contrabajo?), con una capacidad creativa inimaginable, una permanente sonrisa y un pudor para hablar de s¨ª mismo que le convierten en un aut¨¦ntico lujo.
Hay muchas maneras de pasar un 18 de julio en Madrid pero probablemente la m¨¢s gozosa de todas ellas sea la de compartir con Cachao y su m¨²sica un par de horas.
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