El islam y Europa
?Est¨¢ Europa amenazada por el fen¨®meno islamista? ?Son justificados los temores que preocupan a ciertos pol¨ªticos, y a la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n, o participan del espectro de miedo que reina en Occidente en cuanto se trata del mundo ¨¢rabe y del islam? ?Existe un riesgo de que los j¨®venes descendientes de inmigrantes deriven hacia el islamismo? Que no cunda el p¨¢nico. Mantengamos la calma y analicemos la situaci¨®n no como estrategas militares, sino como observadores serenos.Lo que est¨¢ pasando en Argelia, por ejemplo -caso extremo, puesto que nos encontramos ante una guerra civil en la que el Gobierno no siempre consigue garantizar la seguridad de los ciudadanos-, es absolutamente espec¨ªfico de ese pa¨ªs y ni siquiera hay riesgo de que se extienda a toda la regi¨®n. No es que no haya una ola islamista en T¨²nez o en Marruecos, pero es de otra naturaleza y se inscribe en una historia diferente. En Argelia hay una guerra por el poder. En su lucha, los dos adversarios recurren a los mismos m¨¦todos y a la misma violencia ciega. Es una guerra entre dos clanes. Uno, representado sobre todo por el Ej¨¦rcito, est¨¢ en el poder desde la independencia, en 1962, aunque el FLN se haya eclipsado desde la interrupci¨®n del proceso democr¨¢tico; el otro est¨¢ en la clandestinidad y se. apoya en la identidad y la moral isl¨¢micas para atraer a las muchedumbres y dar una "legitimidad" a su lucha. Es una guerra pol¨ªtica y no una guerra religiosa.
En T¨²nez, el movimiento islamista fue reprimido sin miramientos. El pa¨ªs piensa que se ha desembarazado de ¨¦l. Quiz¨¢. Pero el jefe de los islamistas, tunecinos, Rashid Ghanushi, jefe del partido Enahda, espera su hora exiliado en un pa¨ªs de Europa. En Marruecos siempre ha habido cofrad¨ªas que discuten y analizan el pensamiento islamista. Nunca hubo una ruptura entre el. Estado y el islam. Hay reconocidas 23 asociaciones islamistas que tratan de actuar en los medios desfavorecidos. Son bastante activas en las universidades. Ninguna preconiza la violencia para cambiar la situaci¨®n.
Una de las principales formaciones islamistas, Al Adl Ual Ihssan, est¨¢ dirigida por el jeque Abdesslam Yassin, que envi¨® una "carta abierta al rey de Marruecos" hace 10 a?os. Vive en Sal¨¦ bajo arresto domiciliario.
El Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) que lucha en Argelia tiene representantes en Europa y Am¨¦rica. En Alemania, Rabah Kebir cumple el papel de portavoz de este movimiento en el extranjero. Tiene el estatuto de refugiado pol¨ªtico y vive con una subvenci¨®n concedida por el Estado federal. Esto no le impide hacer declaraciones pol¨ªticas, normalmente muy moderadas para no preocupar a sus. anfitriones. Un d¨ªa, se erigi¨® una mezquita en Bad Bramstedt, una peque?a ciudad del norte de 5.000 habitantes: unos turcos hab¨ªan transformado una casa en lugar de oraci¨®n. Recientemente se han inaugurado dos grandes mezquitas, una en Stuttgart, otra en Francfort. Los alemanes no se mezclan con los emigrantes turcos o marroqu¨ªes. Les vigilan, pero no siempre consiguen impedir que algunos neonazis quemen unas cuantas casas de extranjeros. En ese pa¨ªs se produce obligadamente un repliegue de los musulmanes. De ah¨ª a imaginar el desarrollo de un movimiento integrista, s¨®lo hay un paso que en ning¨²n caso se debe dar. Los emigrantes marroqu¨ªes con los que me he encontrado, en varias ciudades alemanas son claros: "Mientras respetemos la ley de este pa¨ªs, este pa¨ªs nos respetar¨¢".
En Francia, la situaci¨®n es muy diferente. Ello es debido a los lazos hist¨®ricos con el Magreb y en particular con Argelia, a la presencia en su suelo de m¨¢s de cuatro millones de musulmanes (el islam es la segunda religi¨®n en Francia) y, por ¨²ltimo, a las contradicciones de la pol¨ªtica francesa, que no es clara y quiere jugar a dos bandas, manteniendo contactos con los islamistas argelinos y apoyando al Gobierno actual concedi¨¦ndole ayudas financieras y vendi¨¦ndole armas para la lucha contra la guerrilla.
Lo que caracteriza a la pol¨ªtica francesa es esta ambig¨¹edad que va de la represi¨®n (detenci¨®n y posterior expulsi¨®n de individuos sospechosos de pertenecer al movimiento islamista armado) al dialogo clandestino con ciertos dirigentes del movimiento islamista.
En Francia cada vez hay m¨¢s asociaciones culturales y religiosas entre los j¨®venes que proceden de la emigraci¨®n. Abarcan desde la lucha contra la droga hasta invitaciones a leer el Cor¨¢n y a discutir con los "hermanos". Les dan cintas de v¨ªdeo importadas de Egipto o de Sud¨¢n. Les hablan de su cultura de origen. Les incitan a adquirir la nacionalidad francesa y a: inscribirse en las listas electorales para las elecciones municipales, por ejemplo.
Al final del a?o 1994, m¨¢s de 100.000 j¨®venes descendientes de inmigrantes se inscribieron en las listas electorales. El n¨²mero de magreb¨ªes que hoy tienen menos de 25 a?os oscila en torno a 1.200.000. Son en su mayor¨ªa de nacionalidad francesa. Seg¨²n el instituto nacional de estudios de mogr¨¢ficos, "los j¨®venes que proceden de la emigraci¨®n tienden a convertirse en ciudadanos como los dem¨¢s. Los argelinos son los que menos practican la religi¨®n musulmana. Los africanos "por el contrario, est¨¢n muy ligados a la religi¨®n musulmana".
Los musulmanes de Francia se sienten atra¨ªdos por el modelo ingl¨¦s: constituir un grupo de presi¨®n con derechos reconocidos para poder intervenir en la pol¨ªtica que decide su suerte. Los paquistan¨ªes e indios convertidos en ingleses tienen los mismos derechos que los ciudadanos brit¨¢nicos de origen, pero viven separados. En Francia, la separaci¨®n es dificil de lograr. En cierto sentido es positivo, existe un mestizaje cultural y ¨¦tnico. Para Francia, es una suerte, tal como escribi¨® un ex ministro y antiguo diputado gaullista, Bernard Stasi. El antrop¨®logo franc¨¦s Emmanuel Todd escribe en su ¨²ltima obra, Le destin des inmigr¨¦s: "Las relaciones entre franceses, ingleses y alemanes son superficiales en cuanto a las ¨¦lites e insignificantes en cuanto a los pueblos. Las relaciones entre franceses e inmigrantes son constantes, omnipresentes y reales. Si ellas desembocan en la asimilaci¨®n de poblaciones que vienen del mundo entero, har¨¢n de Francia un universal concreto".
Espa?a cuenta con m¨¢s de 120.000 emigrantes magreb¨ªes, de los que el 80% son marroqu¨ªes. Para ese pa¨ªs el islam no es nuevo, pero act¨²a como si no hubiera sido hasta el siglo XV un pa¨ªs de emigraci¨®n y un crisol de mestizaje cultural y religioso. Por complejo o por c¨¢lculo, mira hacia el Norte y olvida que s¨®lo le separan del Magreb 14 kil¨®metros.
El islamismo argelino tiene dos vertientes: una violenta para llegar al poder y reparar la frustraci¨®n de que fue v¨ªctima el FIS cuando el Estado argelino interrumpi¨® el proceso electoral; el otro moderado, en direcci¨®n a Europa. Hay una voluntad por parte de los islamistas de hacer aceptar un islam sin violencia en Europa. Juegan la carta de la legalidad y pretenden hacerse con un territorio de repliegue, con bases de retaguardia. Esto no quiere decir que controlen a todos los. militantes. Puede haber errores. Cada vez se enviar¨¢ a m¨¢s ni?os a residir en su comunidad, como ocurre con los turcos en Alemania o los paquistan¨ªes en el Reino Unido.
Los j¨®venes descendientes de emigrantes y que han sufrido por el caso del pa?uelo (las ni?as que iban al colegio con la cabeza cubierta por un pa?uelo seg¨²n la tradici¨®n islamista) aguardan la decisi¨®n del Consejo de Estado, que deb¨ªa examinar la demanda del consistorio central israelita de Francia y de dos asociaciones religiosas para que se autorizase a los alumnos jud¨ªos a ausentarse el s¨¢bado con el fin de respetar el shabbat.La ley de la Rep¨²blica deber¨ªa ser la misma para todos: ninguna excepci¨®n, ni para los musulmanes ni, para los jud¨ªos. Esto es lo que ha dado a entender el comisario del Gobierno, Yann Aguila: "'La ley de la Rep¨²blica prima sobre los preceptos religiosos". Tambi¨¦n cit¨® la siguiente m¨¢xima aramea: "La ley del pa¨ªs en el que resides es tu ley".
Cualquiera que sea la evoluci¨®n de la agitaci¨®n pol¨ªtica que sufre Argelia, Europa debe hacer el esfuerzo de interesarse un poco m¨¢s por las culturas de las comunidades humanas que viven en ella y que antes o despu¨¦s acabar¨¢n por formar parte de su tejido yde su historia.
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