Europa quiere quitar a EE UU y a Rusia la exclusiva del sistema de posici¨®n por sat¨¦lite
Al sistema global de posici¨®n, m¨¢s conocido por GPS, se le encuentran cada vez m¨¢s aplicaciones: desde la navegaci¨®n de aviones y barcos hasta investigaciones geof¨ªsicas, cartograf¨ªa, grandes obras de ingenier¨ªa... Las se?ales procedentes de constelaciones de sat¨¦lites espec¨ªficos se han convertido en casi imprescindibles para la localizaci¨®n con exactitud en la superficie terrestre y en el aire, pero tanto el GPS (Global Positioning System) estadounidense como su equivalente rusc), el Glonass, siguen bajo control militar aunque se utilicen tambi¨¦n con fines civiles. Adem¨¢s, los operadores de esas dos redes degradan deliberadamente la exactitud de los datos para los usuarios no militares.As¨ª las cosas, la Agencia Europea del Espacio (ESA), la Comisi¨®n Europea y la organizaci¨®n de la aviaci¨®n civil Eurocontrol han decidido lanzar el programa GNSS (Global Navigation Satellite Sistem) para acabar con esa situaci¨®n de dependencia y convertir el sistema de posici¨®n por sat¨¦lite en un recurso de gesti¨®n internacional. El plan es, de momento, ampliar y mejorar los sistemas existentes y, en el 2005, alcanzar plena autonom¨ªa con una segunda generaci¨®n del sistema. "El programa permitir¨¢ a Europa tomar el control de los servicios de navegaci¨®n por sat¨¦lite en su espacioa¨¦reo", afirma Ren¨¦ Collette, director de telecomunicaciones en la ESA.
Puntos de referencia
Aunque tecnol¨®gicamente complicado, la idea del sistema global de posici¨®n es tan sencilla como establecer puntos conocidos de referencia, como mojones en el espacio, para saber d¨®nde est¨¢ uno. El GPS, formado por una constelaci¨®n de 24 sat¨¦lites en ¨®rbita de la Tierra a 17.600 kil¨®metros de altura, opera de la siguiente manera: los sat¨¦lites emiten radiose?ales que recibe un avi¨®n o un barco, que calcula su distancia a cada equipo en ¨®rbita; las posiciones de cada sat¨¦lite, cuatro por lo menos, se utilizan como puntos de referencia para determinar la latitud, longitud, altura de la nave, adem¨¢s de la hora exacta de transmisi¨®n de la se?al; una estaci¨®n receptora en tierra controla y corrige cualquier error en la localizaci¨®n de los sat¨¦lites y se lo comunica a los receptores. El Glonass es similar.
En la primera fase del proyecto europeo, con un presupuesto de 150 millones de Ecus (unos 25.000 millones de pesetas) para cinco a?os, la ESA se responsabilzar¨¢ de poner en ¨®rbita, a 36.000 kil¨®metros de altura, sat¨¦lites del tipo Inmarsat III con un dispositivo de navegaci¨®n a bordo. Con estos sat¨¦lites del European Geostarionary Navigation Overlay Service (EGNOS), los barcos, aviones o veh¨ªculos terrestres tendr¨¢n m¨¢s informaci¨®n para determinar su posici¨®n con mayor precisi¨®n que utilizando s¨®lo los GPS y Glonass (los usuarios civiles de estos dos sistemas reciben datos con desviaci¨®n de unos 100 metros). El primer lanzamiento de EGNOS deber¨ªa efectuarse en 1996, informa la ESA.
Para conocer la posici¨®n exacta de los sat¨¦lites en ¨®rbita geoestacionaria hace falta desplegar estaciones terrestres desde las que se enviar¨¢ la informaci¨®n a un centro de c¨¢lculo de datos de navegaci¨®n, que se transmitir¨¢n de nuevo a los sat¨¦lites EGNOS para que, desde ellos, la reciban los usuarios.
En una segunda fase se aumentar¨ªa el n¨²mero de estaciones terrestres para medir la distancia a los aparatos GPS y Glonass, y no s¨®lo a los sat¨¦lites en ¨®rbita geoestacionaria para navegaci¨®n y posici¨®n, ya de segunda generaci¨®n.
Aterrizajes de precisi¨®n
Para navegar por las rutas a¨¦reas, la precisi¨®n de los dos sistemas existentes es aceptable, no as¨ª para la delicada operaci¨®n de aterrizar. Pero la tecnolog¨ªa es suficientemente atractiva como para que los expertos pretendan mejorarla hasta el punto de convertirla en una eficaz ayuda a la hora de dirigir a los aviones en su aproximaci¨®n a las pistas de los aeropuertos.
De momento se est¨¢ ensayando un sistema que combina la posici¨®n prefijada de una estaci¨®n de tierra junto al aeropuerto con la posici¨®n calculada en cada momento a partir de las se?ales de los sat¨¦lites. El resultado se env¨ªa a los aviones, cuyos ordenadores pueden mejorar la se?al GPS pura. Para adquirir mayor precisi¨®n en la correcci¨®n de datos, informa la ESA, europeos y estadounidenses est¨¢n estudiando incorporar en los c¨¢lculos la influencia de las perturbaciones atmosf¨¦ricas en las radiose?ales.
Los sat¨¦lites GPS llevan relojes at¨®micos, ordenadores para almacenar datos, emisores de las radiose?ales de posici¨®n y un sistema de comunicaci¨®n para intercambiar informaci¨®n con las estaciones terrestres.
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