Jos¨¦ Mar¨ªa Juncadella denuncia a Javier de la Rosa por intento de agresi¨®n
El empresario barcelon¨¦s Jos¨¦ Mar¨ªa Juncadella present¨® el pasado martes una denuncia ante la polic¨ªa contra Javier de la Rosa, por intento de agresi¨®n frustrado. Los hechos se produjeron en pleno centro comercial de Barcelona, cuando De la Rosa abord¨® al empresario, le insult¨® repetidamente, y profiri¨® amenazas contra su integridad f¨ªsica. En el momento del incidente, la zona estaba muy concurrida y algunos de los paseantes que reconocieron a De la Rosa comenzaron a increparle con grito! de "ladr¨®n; ladr¨®n".Eran las diez de la ma?ana y el ch¨®fer de Jos¨¦ Mar¨ªa Juncadella se dispon¨ªa a aparcar su autom¨®vil en la esquina de las calles Travessera de Gr¨¤cia y Muntaner, una zona con importante movimiento comercial y de oficinas. Al lado se encontraba otro veh¨ªculo con cristales ahumados. De ¨¦l sali¨®, acompa?ado de un guardaespaldas, Javier de la Rosa, cuya inconfundible silueta se recort¨® en la ventanilla de Juncadella.
Sin mediar palabra entre ambos, Javier de la Rosa comenz¨® a insultar a Juncadella -con adjetivos que el denunciante no reprodujo en su denuncia por pudor, seg¨²n ¨¦l mismo hizo constar-, hasta que termin¨® su perorata, finalizando con alguna referencia directa a la futura integridad f¨ªsica del ocupante del autom¨®vil. De hecho lo intent¨®, seg¨²n el testimonio de Juncadella, cuando ¨¦ste ¨²ltimo sali¨® del autom¨®vil para recriminar su actitud al financiero, pero el propio guardaespaldas de De la Rosa intercedi¨® para que el altercado no tuviera mayores consecuencias.
Mientras toldo esto suced¨ªa, los numerosos paseantes que empleaban parte de su ma?ana en realizar compras y mirar los escaparates de las abundantes tiendas de la zona, comenzaron a reparar en el individuo visiblemente turbado, algo metido en carnes y vestido con impecable chaqueta cruzada que hac¨ªa aspavientos con la cabeza inclinada hacia la ventanilla de un autom¨®vil. Efectivamente, era Javier de la Rosa. Al reconocerle, algunos de ellos comenzaron a increparle con gritos de ladr¨®n, ladr¨®n".
Diferencias de car¨¢cter
Poco despu¨¦s de los hechos, Jos¨¦ Mar¨ªa Juncadella, acud¨ªa a una comisar¨ªa de polic¨ªa y presentaba la denuncia por intento de agresi¨®n frustrado y amenazas contra su integridad f¨ªsica. En el mismo documento, Juncadella hac¨ªa constar que desde hace cuatro a?os Javier de la Rosa le hab¨ªa venido enviando mensajes similares, probablemente por diferencias de car¨¢cter empresarial surgidas en el pasado.Desde que De la Rosa sali¨® de la prisi¨®n de Can Brians, donde hab¨ªa sido enviado por el juez Joaqu¨ªn Aguirre, acusado de los delitos de estafa, apropiaci¨®n indebida y falsedad, durante su etapa como presidente de Grand Tibdiabo, muchos testimonios han se?alado que su car¨¢cter, habitualmente irascible e inestable, est¨¢ provocando de nuevo muchos dolores de cabeza a cuantas personas han tenido en el pasado alg¨²n conflicto empresarial con ¨¦l. En su momento, la Guardia Civil requiri¨® a De la Rosa para que hiciera entrega de sus armas, dada su situaci¨®n de libertad condicional, sin que se sepa hasta ahora si ha hecho entrega de todas las que pose¨ªa.
Varios empresarios o antiguos ejecutivos de empresas de De la Rosa tambi¨¦n han recibido perentorias peticiones para que entregen algunas de sus propiedades para financiar sus cornpromisos, entre los que se encuentran el pago urgente de 500 millones de pesetas a Grand Tibidabo. Este pago forma parte de un acuerdo, no aceptado por la junta de accionistas, para la amortizaci¨®n de su paquete de acciones en la sociedad y la reducci¨®n de sus deudas. Si De la Rosa no paga el dinero el acuerdo quedar¨¢ anulado.
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