Basta ya de falacias

La zona protegida de Srebrenica ha ca¨ªdo en manos de los serbios. Con ella deber¨ªan haber ca¨ªdo tambi¨¦n las in¨²tiles esperanzas de los incautos que todav¨ªa cre¨ªan que se pod¨ªa seguir jugando a la mediaci¨®n y la neutralidad en esta masacre planificada del pueblo de Bosnia. Omito los datos de muertos, heridos y horror sufridos por los 45.000 habitantes de ese campo de concentraci¨®n en que se convirti¨® Srebrenica a partir de marzo del 93. Hambrientos y aterrorizados tratan de volver a escapar a la muerte los que entonces sobrevivieron a otra ofensiva odiosa y criminal. Yo fui el encargado entonces de evacuar a m¨¢s de 4.000 heridos, mujeres y ni?os, hacia la ciudad de Tuzla, mientras hac¨ªamos toda la presi¨®n posible por proteger lo que quedaba del enclave de Srebrenica. Cuando el Consejo de Seguridad declar¨® la zona "protegida", asist¨ª al desarme de los que la proteg¨ªan hasta entonces, civiles armados leales al Gobierno. Se les dijo entonces que la ONU se quedar¨ªa all¨ª para que nunca les pasara nada. Hoy conocemos el resultado.Mentir¨ªa si dijera que estoy sorprendido. Srebrenica no es m¨¢s que otro cap¨ªtulo tr¨¢gico de un libro de horror, de la tragedia de un desastre anunciado, el de Bosnia-Herzegov¨ªna. El final de esta historia inacabada ya lo conocemos: la culminaci¨®n de un genocidio y la expulsi¨®n de todos los que sobrevivan a la masacre.Durante tres a?os se ha querido esconder la cobard¨ªa de nuestros Gobiernos y de la! instituciones internacionales con una falsa y c¨ªnica pol¨ªtica de neutralidad. Como si los sesudos y mediocres analistas no supieran a qu¨¦ conduc¨ªa. Se nos ha insistido que tomar partido s¨®lo agravar¨ªa las cosas. Se han estrechado manos y se ha sonre¨ªdo a los criminales, con bajadas de pantalones permanentes, con una vergonzosa aceptaci¨®n de la l¨®gica de la guerra, tratando de que hicieran alguna concesi¨®n. La ca¨ªda de Srebrenica es el ¨²ltimo jal¨®n de la escalada de provocaciones con que los serbios han respondido a nuestra cobard¨ªa.

Basta ya de falacias y medias verdades. En Bosnia se juega, adem¨¢s de un genocidio, el futuro de Europa. S¨ª. El pueblo bosnio resiste y muere frente a la barbarie defendiendo los valores de convivencia, tolerancia y respeto a los distintos, que son los valores de la mayor¨ªa de los ciudadanos europeos y que constituyen la base de la Uni¨®n Europea. S¨®lo si dejamos de ser neutrales entre asesinos y v¨ªctimas, si pasamos a considerar Bosnia como nuestro aliado, si decidirnos apoyar su combate por la vida frente al horror fascista de la limpieza ¨¦tnica, podremos ayudar a sobrevivir los restos de ese pa¨ªs y nuestra dignidad.

Debemos recordar que la comunidad internacional acept¨® proteger las poblaciones bosnias y no solamente a los soldados que est¨¢n encargados de esa misi¨®n. Debemos exigir, hoy m¨¢s que nunca, que la recientemente creada Fuerza de Intervenci¨®n R¨¢pida sea utilizada para la protecci¨®n de esas poblaciones con eficacia; es decir, que se comporte como una fuerza, como unafuerza de intervenci¨®n y como una fuerza de intervenci¨®n r¨¢pida.

Es necesario recordar tambi¨¦n que el derecho a la leg¨ªtima defensa del pueblo de Bosnia, en aplicaci¨®n del art¨ªculo 51 de la Carta de la ONU, debe ser garantizado como una cuesti¨®n de principios y, sobre todo, a la vista de los resultados a los que ha conducido el embargo. No habr¨¢ nunca posibilidades de, un plan de paz que ayude a salvar ning¨²n pedazo de Bosnia-Herzegovina, que posibilite el final del genocidio del pueblo de Bosnia, si no se les permite armarse para que los serbios entiendan que se acab¨® la permanente hegemon¨ªa de que disponen en el campo militar. Debemos reconocer nuestro apoyo abierto y claro al combate del pueblo de Bosnia: porque hay que terminar con esa falsa neutralidad -que ya he denunciado- y porque, adem¨¢s, este pueblo representa la vanguardia de la lucha contra la barbarie que se extiende en el centro y el este de Europa, as¨ª como en nuestros d¨ªas.

Estoy cansado de palabras. Creo que, aparte de las que se refieren en concreto al pueblo de Srebrenica, he tenido la ocasi¨®n -en este mismo peri¨®dico- de expresar, a lo largo de tres a?os, casi -dir¨ªa yo- todos los argumentos posibles e imaginables para cambiar la pol¨ªtica c¨ªnica e hip¨®crita de nuestros dirigentes.

Espero de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea un poco m¨¢s de coraje de lo que han demostrado las anteriores para romper la l¨®gica de la impotencia. Y si no, que tengan al menos el coraje de decirlo. Pero, por favor, por la dignidad de los muertos, por la dignidad de Europa, basta ya de mentiras y de coartadas.

Yo no quiero llorar ma?ana los muertos de Zepa como hoy lloramos los de Srebrenica. Yo no quiero seguir escuchando las mismas medias verdades, las mismas campa?as de manipulaci¨®n, de confusi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, que han llevado a la situaci¨®n actual.Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce es diputado del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo.