La guerra de Argelia

El fracaso, esta semana, de las conversaciones para finalizar la guerra civil en Argelia es otro golpe que frustra a sus habitantes. Se ha esfumado otra oportunidad de un fin negociado de las matanzas que aumentan cada d¨ªa salvajemente. M¨¢s de 40.000 personas han muerto desde que el r¨¦gimen respaldado por militares cancel¨® las elecciones en enero de 1992 para evitar la victoria aplastante del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), y ahora son inevitables m¨¢s matanzas. (...) Ninguna de las partes en conflicto tiene una posici¨®n unificada. El presidente Zerual parece sincero en su deseo de un acuerdo, pero est¨¢ flanqueado por generales que est¨¢n convencidos de que pueden "erradicar" el fundamentalismo isl¨¢mico. Hay tres tendencias discernibles en el FIS, por lo menos, una de las cuales tiene mucho m¨¢s en com¨²n con su competidor Grupo Armado Isl¨¢mico (GIA), que quiere la victoria total a cualquier coste. Sin embargo, la impresi¨®n que queda es que el r¨¦gimen argelino manten¨ªa una agenda paralela a las negociaciones: hacer acopio de legitimidad para las elecciones presidenciales que quiere celebrar a finales de este a?o, que tanto los grupos de oposici¨®n secular como isl¨¢mica piensan boicotear, y dividir a los islamistas. (...) Es hora de que los Gobiernos occidentales usen sus medios financieros para presionar al r¨¦gimen de manera m¨¢s activa hacia las negociaciones de paz y ofrezcan sus buenos oficios para conseguirlo. , 14 de julio