El secuestro de Segundo Marey por los GAL abri¨® una historia de 22 asesinatos
Un extra?o y confuso incidente abri¨® oficialmente la historia de la organizaci¨®n terrorista GAL, los llamados Grupos Antiterroristas. de Liberaci¨®n, el 4 de diciembre de 1983. Un ciudadano espa?ol residente en Francia desde la guerra civil, Segundo Marey Semper, de 51 a?os, hijo de exiliados socialistas de ?ibar (Guip¨²zcoa), fue arrancado en zapatillas de su domicilio en Hendaya (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) por cuatro desconocidos.
Cuando fue liberado, 10 d¨ªas despu¨¦s, de nuevo en territorio franc¨¦s, Marey llevaba en el bolsillo una nota de presentaci¨®n de los GAL. Este grupo, que a rengl¨®n seguido y en los cuatro a?os siguientes acumul¨® 22 asesinatos y decenas de heridos en su historial, acusaba a las autoridades francesas de permitir la actuaci¨®n impune de los terroristas de ETA en su territorio.El de la impunidad consentida y la falta de colaboraci¨®n con las autoridades espa?olas ser¨ªa el argumento central de los sucesivos comunicados admitiendo la autor¨ªa de atentados de los GAL y el eje de los intentos de justificaci¨®n pol¨ªtica posterior, una vez situada en el camino del ¨¦xito la investigaci¨®n por parte de los jueces espa?oles.
El malestar por lo que se consideraba desde el Gobierno y los responsables policiales espa?oles escasa sensibilidad de sus hom¨®logos. franceses, azuzado por el fantasma amenazante del golpismo, hab¨ªa llevado antes del secuestro de Marey a intentar intervenir "sobre el terreno" con el intento frustrado de secuestrar al dirigente de ETA pol¨ªtico-militar Jos¨¦ Mar¨ªa Larretxea.
El objetivo de la captura de Larretxea, el 18 de octubre de 1983, era intentar un canje con el capit¨¢n de Farmacia Alberto Mart¨ªn Barrios, secuestrado por los etarras y, finalmente, asesinado. Del mismo intento forma parte, seg¨²n todos los indicios, el secuestro dos d¨ªas antes de Jos¨¦ Mar¨ªa Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala, cuyos cad¨¢veres fueron descubiertos en Alicante en marzo pasado.
Nada m¨¢s conocerse, el secuestro de Marey se apunt¨® a un error. Muy cerca de su casa viv¨ªa el exiliado y sospechoso de pertenecer a ETA Mikel Lujua Gorostiola. Los cuatro secuestradores se presentaron el domingo por la noche en el domicilio de Marey y requirieron a su esposa la presencia de ¨¦ste alegando que hab¨ªan causado desperfectos en su coche. La mujer dud¨® y fue reducida de un golpe.
Marey, un tranquilo representante comercial sin relevancia p¨²blica ni pol¨ªtica, acudi¨® a los gritos de ella. Los secuestradores le golpearon y le atontaron con el gas paralizante de un aerosol. A rastras, fue conducido escaleras abajo e introducido en un Peugeot 504 de color gris.
A las pocas horas, 10 d¨ªas antes de que alguien oyera por primera vez hablar de los GAL, se iniciaba la danza para aclarar la trama de la organizaci¨®n que el juez Baltasar Garz¨®n a¨²n intenta desenmadejar pasados 11 a?os. En un control de la polic¨ªa francesa en Ezpeleta, a pocos kil¨®metros de Hendaya, fue detenido Pedro S¨¢nchez, de origen espa?ol, ex miembro de la Legi¨®n Extranjera y con antecedentes por explotar prostitutas.
Algunas piezas encajaban. S¨¢nchez viajaba en un Peugeot 504 gris, matriculado en San Sebasti¨¢n. En el autom¨®vil se encontraron una porra, un aerosol de gas paralizante y dos fotos de exiliados vascos sospechosos de pertenecer a ETA. Marey, despu¨¦s de un calvario de 10 d¨ªas en el que se le anunci¨® la muerte, agravado por su completa ignorancia del m¨®vil, fue abandonado con vida cerca de la frontera, en el lado franc¨¦s.El entorno civil de ETA y al unos partidos democr¨¢tico vascos manifestaron, sin conseguir demasiado eco, su inquietud ante el secuestro. Parec¨ªa un rebrote de la guerra sucia que algunos servicios paralelos espa?oles, procedentes del entorno de lalmirante y vicepresidente de Gobierno franquista Luis Carrero Blanco, hab¨ªan desencadena do intermitentemente en torno a los refugios de ETA en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s desde 1978.
La escalada de los GAL sobrepas¨® lo peores presagios. Cinco d¨ªas despu¨¦s de la liberaci¨®n de Marey cay¨® la primera v¨ªctima mortal, Ram¨®n O?aederra Kattu, abatido a tiros en la barde un bar. Los GAL dejaron una estela sangrienta con otros 21 cad¨¢veres hasta el asesinato, el de julio de 1987, de Juan Carlos Garc¨ªa Goena, al que colocare una bomba en el coche.
Nueve de sus v¨ªctimas, incluido Garc¨ªa Goena, no ten¨ªan ni guna relaci¨®n con ETA y cayeron "por error". Pero los GA demostraron tambi¨¦n, sobre todo en su primera fase, que a los mercenarios extra¨ªdos de los bajos fondos, como el ex legionario S¨¢nchez, alguien les proporcionaba adem¨¢s del salario de la muerte informaci¨®n precisa para escoger objetivos cuidadosamente seleccionados por expertos en la estructura de ETA.
El dolor de la v¨ªctima
"Siento que Espa?a ya no es mi patria". Segundo Marey, que nunca quiso renunciar al pa¨ªs de sus padres, se expres¨® con esta sinceridad en diciembre pasado, cuando Baltasar Garz¨®n empez¨® a tirar del hilo de su secuestro y a apuntar a la c¨²pula de Interior. Marey no reclam¨® una indemnizaci¨®n, sino que el Estado le pida "perd¨®n".Sufre secuelas f¨ªsicas y ps¨ªquicas y siente p¨¢nico a cruzar la frontera. Su desconcierto tras el calvario que padeci¨® sigue vivo. Lo demuestra otra de sus demandas. Quiere que le digan d¨®nde pas¨® "aquellos 10 d¨ªas" en los que se convenci¨® "de que iba a morir".
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