Un acuerdo retributivo enfrentado al resto de los sindicatos sanitarios
La mesa sectorial amenaza con acciones por firmar a sus espaldas
La directora general del Insalud, Carmen Mart¨ªnez Aguayo, aclar¨® ayer que el acuerdo no contempla la homologaci¨®n salarial del Insalud con las autonom¨ªas que mejor pagan a sus m¨¦dicos. Esta reivindicaci¨®n -que los huelguistas cifraban en un aumento mensual de 100.000 pesetas- convirti¨® en di¨¢logo de sordos las negociaciones. El acuerdo final se mantiene en los 3.500 millones ofrecidos desde el principio en la mesa sectorial de Sanidad, cuyos sindicatos integrantes han amenazado con movilizaciones por haberse firmado a sus espaldas.
El acuerdo firmado ayer se trasladar¨¢ a la mesa sectorial de Sanidad, pero ya una vez firmado. Los sindicatos que la componen, representantes del resto de los trabajadores sanitarios, han amenazado con movilizaciones por que se haya negociado solo con los m¨¦dicos. A su juicio, el conflicto, que nunca debi¨® salir de sus cauces de negociaci¨®n legales, podr¨ªa haber terminado antes.Los l¨ªderes de la CESM consideran, con todo, que lo firmado ayer no fue posible antes. "?ste entra m¨¢s en detalles, es m¨¢s concreto, tiene plazos, hay compromisos por ambas partes", matiz¨® Carlos Almoyna, miembro del comit¨¦ sindical negociador. "Las cantidades vienen definidas: de d¨®nde salen, c¨®mo se van a distribuir".
Aunque desde el principio del conflicto se llegaron a esgrimir complejas argumentaciones ¨¦ticas y de perfeccionamiento profesional, pronto qued¨® claro que el tema de fondo de la huelga era el dinero. "Inasumible", defini¨® la Administraci¨®n, incluso desde antes del estallido del conflicto, la reivindicaci¨®n por parte de los huelguistas de una subida lineal de 100. 000 pesetas mensuales. La contrapropuesta del Insalud fue repartir 3.500 millones, es decir 30.000 pesetas al mes, y ligadas a objetivos de productividad, a reducir las listas de espera y a una m¨¢s racional organizaci¨®n de la vida hospitalaria, incluso introduciendo la jornada de tarde, seg¨²n declar¨® la ministra, ?ngeles Amador.
La huelga comenz¨® el 8 de mayo; el 28 hab¨ªa elecciones aut¨®nomas y municipales. El subsecretario de Sanidad, Jos¨¦ Luis Temes, habl¨® de "intereses pol¨ªticos-inspiradores del conflicto. D¨ªas despu¨¦s, la ministra aludi¨® a una huelga "pol¨ªtica". La CESM lo neg¨®.
A partir de ah¨ª, el balance de cada jornada de huelga se llen¨® de cifras de ambas partes, absolutamente contradictorias, sobre el n¨²mero de operaciones o de consultas no realizadas: los enfermos asist¨ªan impotentes a una situaci¨®n paralizada en lo negociador y casi ininteligible, en su macabro baile estad¨ªstico, para el profano. Todo ese desbarajuste se interrump¨ªa los fines de semana, cuando en los hospitales permanec¨ªan los facultativos de guardia (casi 36.000 pesetas por d¨ªa festivo). Y la huelga se hac¨ªa incontrolable in situ, porque quienes la hac¨ªan aplicaban turnos rotatorios.
Insalud y CESM se sentaban y se levantaban continuamente de la mesa, mientras crec¨ªa la impotencia de los pacientes y la indignaci¨®n de organizaciones de consumidores como CAVECECU, que acab¨® por presentar una querella ante el Fiscal General del Estado.
El punto de no retorno del conflicto fue la madrugada del 1 de junio, cuando tras una jornada en que en las asambleas hospitalarias los l¨ªderes huelguistas se vanagloriaron de haber ganado en la madrugada anterior 11 por goleada" -es decir, de arrancar las famosas 100.000 pesetas-, la ministra se ech¨® atr¨¢s justo antes de firmar un acuerdo que pod¨ªa ser interpretado as¨ª merced a un oscuro p¨¢rrafo.
Los contactos oficiales quedaron cortados. La CESM quiso presionar radicalizando la huelga. Se produjeron disensiones entre las bases m¨¦dicas -Federaci¨®n de Hospitales- y el comit¨¦ negociador. Figuras como Vicente Garc¨¦s y Carlos Amaya empezaron a ceder protagonismo a otras como Luis S¨¢nchez Harguindey, que ya no se recataba de proclamar su afinidad con el PP. La revelaci¨®n en EL PA?S de los v¨ªnculos econ¨®micos de varios l¨ªderes con la mutua privada Previsi¨®n Sanitaria Nacional aceler¨® la divisi¨®n en la c¨²pula huelguista.
Encierro en el Insalud
El mes de mayo se cerro con un gesto heroico por parte de los huelguistas: el comit¨¦ negociador de la CESM se encerr¨® "ndefinidamente" en el Insalud, donde no les faltaron ciertas prestaciones, como tel¨¦fono gratis. Aunque la Administraci¨®n les ofreci¨® asimismo correr con los gastos de comidas, los encerrados s¨®lo aceptaron que sus compa?eros les subieran bocadillos, mediante poleas y cestos, desde la calle.La CESM convoc¨® en la acera, frente al Insalud, a los m¨¦dicos de toda Espa?a, en apoyo de los encerrados: acudi¨® un millar bien trajeado, blandiendo pancartas y vitoreando a la polic¨ªa, y apoy¨® con gritos de "Toreros, toreros" a sus representantes, a lo que ¨¦stos respondieron saliendo de cuando en cuando al balc¨®n y sirviendo esa imagen a las c¨¢maras.
S¨®lo 24 horas despu¨¦s suspendieron el encierro, en respuesta a las recomendaciones de sus masas, que a ello les incitaban "dadas las condiciones" soportadas por los aguerridos.
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