Nuclear
M¨¢s que una categor¨ªa geopol¨ªtica la unidad del planeta es una conquista de la mente. Y no s¨®lo eso. La unidad del planeta tambi¨¦n es una forma de amor e incluso puede convertirse en una cima de la m¨ªstica moderna para quien sea capaz de sentir los latidos que da la Tierra mientras navega por el universo. Ya no existen mares ni pa¨ªses lejanos. Cualquier atol¨®n del Pac¨ªfico pertenece a la intimidad de todos los j¨®venes del mundo. Con una labor muy ardua se ha ido imponiendo esta nueva conciencia en nuestra cultura: saber que la limpieza de coraz¨®n hoy coincide con la limpieza de los r¨ªos, valles y montes all¨ª donde quiera que se hallen. Realizar una prueba nuclear es un crimen contra la humanidad. En las escuelas, de Francia se ense?a a los ni?os a no tirar papeles en el suelo. All¨ª los pol¨ªticos tambi¨¦n advierten a os ciu a anos del peligro de usar aerosoles y de no controlar las pilas del transistor ya usadas. Siguiendo esta consigna, los ni?os franceses no tiran papeles en el suelo, pero Chirac puede tirar una bomba at¨®mica. en el atol¨®n de Mururoa. Para todos los j¨®venes que sienten el planeta como una unidad de la mente, esa explosi¨®n se ha producido en su sala de estar. La bomba at¨®mica es una antigualla antiest¨¦tica y a ella se ha adherido Aznar en un alarde de complaciente inferioridad en las escalinatas del El¨ªseo. Despu¨¦s de una prolongada corrupci¨®n unida a unos cr¨ªmenes de Estado, los socialistas han perdido tres millones de votos. Antes de llegar al poder Aznar puede echar a la basura el voto de todos los j¨®venes s¨®lo con una frase desgraciada. Su amor repentino por la bomba at¨®mica es algo imp¨²dico y anticuado que va a causar estragos entre la gente sensible que quiere un mundo limpio empezando por las cloacas del Ministerio del Interior y terminando por las aguas cristalinas al sur del Pac¨ªfico. ?De modo que yo no puedo fumigarme la axila con un desodorante por no perjudicar la capa de ozono y Aznar es partidario de llenar de ponzo?a nuclear el planeta?
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