"Un mercado laboral flexible como en EE UU no es factible pol¨ªticamente"

Charles Bean es profesor en la London School of Economics and Political science y miembro del Centro para la investigaci¨®n de Pol¨ªtica Econ¨®mica (CEPR). Es uno de los autores del informe las falsas recetas contra el paro. Bean considera que la, Desempleo: opciones para Europa, que desmitifica las falsas recetas contra el paro. Bean considera que la desregulaci¨®n no es la panacea, sobre todo porque es muy poco factible pol¨ªticamente.
Charles Bean es uno de los economistas, brit¨¢nicos que m¨¢s han estudiado el fen¨®meno del desempleo, as¨ª como las recetas para combatirlo. Su ¨²ltimo trabajo ha llamado especialmente la atenci¨®n por su esfuerzo por desmitificar las falsas causas y soluciones al desempleo.Pregunta. Algunos, expertos consideran' a los subsidio' al desempleo como los culpables del elevado n¨²mero de parados. ?Cu¨¢l es en su opini¨®n su impacto real en la econom¨ªa y el empleo? .
Respuesta.- Hay que distinguir. Debe tenerse en cuenta que los subsidios al desempleo son tan generosos ahora como lo- eran en los cincuenta y sesenta, cuando no hab¨ªa el actual nivel de desempleo. Los subsidios influyen de manera determinante en las respuestas que dan las econom¨ªas frente a crisis como las del petr¨®leo. Lo que es cierto es que las econom¨ªas europeas son m¨¢s lentas en ajustarse a las crisis que la de Estados Unidos, y en este caso los subsidios al desempleo pueden ser una causa importante del retraso.
P. Tambi¨¦n se presentan como causa del paro los altos costes de despido.
R. S¨ª, hay una atenci¨®n especial a los altos costes de despido. Pero no parece haber relaci¨®n entre costes de despido y nivel de desempleo si se toman largos periodos de tiempo. No. es realmente una cuesti¨®n importante, aunque hay que matizar en el caso de Espa?a. El problema no se presenta tanto por su impacto directo en el aumento. d¨¦ los. costes laborales como por sus efectos indirectos. Los altos costes de despido aumentan la fuerza negociadora de los trabajadores fijos, los cuales pueden presionar para conseguir salarios m¨¢s altos sin correr riesgos de perder su puesto de trabajo. En el caso de Espa?a creo que la raz¨®n de que el desempleo sea m¨¢s elevado que en el resto de Europa puede estar relacionada con los altos costes de despido.-
P. En su trabajo, una de las. recetas que se proponen es entregar a los parados unos vales una cantidad de dinero equivalente al subsidio de seis meses o de un a?o en lugar de una paga de caricter mensual. El desempleado puede transferir el vale a los empresarios y, de esta for ma, hacer m¨¢s atractiva su contrataci¨®n.
R. En el Reino Unido se ha ensayado durante los ¨²ltimos seis meses con un estudi¨® pilo to, Work Start, para trabajado res que llevan m¨¢s de dos a?os parados. El Gobierno 'proyecta introducir algo parecido., La idea es del profesor Dennis Snower. Se trata de cambiar de estrategia. Ahora el subsidio de desempleo es una forma de compensar a la gente que ha tenido la mala suerte de perder el empleo. Funciona como un subsidio de enfermedad. Pensamos que tendr¨ªa m¨¢s sentido hacer que fuera un subsidio al trabajo. Por eso creo que la idea vale la pena..
P. Cuando se habla de la conveniencia de desregular los mercados se piensa tambi¨¦n que los salarios m¨ªnimos son un obst¨¢culo para el empleo.
R. S¨ª, la OCDE insiste en la' desregulaci¨®n sin m¨¢s discusi¨®n. Est¨¢ bien, pero hay un problema: la regulaci¨®n generalmente existe por alguna raz¨®n. A veces es para arreglar los fallos del mercado, pero m¨¢s a menudo es una forma de redistribuir recursos entre la poblaci¨®n. Por eso puede ser muy dif¨ªcil introducir reformas tales como reducir el salario m¨ªnimo. En una democracia, los perdedores, cuando son muchos, ¨ªntentan bloquear los cambios.
P. Entonces, ?qu¨¦ se puede hacer?
R. Hay maneras de dise?ar reformas que pueden ser acep tadas. Se trata de hacer liberalizaciones marginales de forma que el n¨²mero de perdedores sea m¨¢s reducido. Es cuesti¨®n de oportunidad. Por ejemplo, cuando la econom¨ªa est¨¢ creando empleo. A la gente no le importa tanto si sufre en un ¨¢rea determinada pero sabe que la econom¨ªa crece r¨¢pidamente. Las reformas laborales de 1984 fueron un buen ejemplo de la oportunidad del momento. Creo que es muy importante buscar pol¨ªticas que mejoren las cosas marginalmente, m¨¢s que pensar en un maravilloso mercado laboral flexible sin, regulaciones, como EE UU, que no es. factible pol¨ªticamente.
P. ?Es una soluci¨®n reducir la jornada laboral? ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre la jornada de 28 horas que se debate en Francia?
R. No tengo ninguna objeci¨®n a que lagente trabaje menos horas si realmente quiere trabajar menos. No 'Veo ninguna raz¨®n para poner obst¨¢culos a que la gente trabaje 28 horas o, si lo prefiere, 14 a la semana. Pero esto no es una soluci¨®n al problema. La propuesta de reducir la jornada est¨¢ basada en la idea de' que s¨®lo hay una cantidad fija de trabajo, lo cual es una falacia. El gran problema sobre el re-. parto del trabajo aparece cuando la propuesta viene de los sindicatos, que plantean que se trabaje cuatro d¨ªas en lugar de cinco pero quieren la paga semanal completa y no el 80%.
P. ?Cree que el ajuste fiscal y monetario necesario para cumplir los criterios de Maastricht puede d¨ªficultar la lucha contra el desempleo?
R. Creo que para abordar el desempleo es prioritario introducir las adecuadas medidas en el lado de la oferta para mejorar la econom¨ªa espa?ola, apoyadas con pol¨ªticas de demanda adecuadas. Me refiero a refor mas como las propuestas por Olivier Blanchard y Juan Francisco Jimeno, que prev¨¦n reducir el d¨¦sempleo al 5% en 10 a?os creando 400.000 empleos anuales. Una vez alcanzado el nivel de desempleo aceptable, tendr¨ªa sentido plantear' la uni¨®n moneta ria. Pero crucificar la econom¨ªa espa?ola por la integraci¨®n monetaria en 1999 manteniendo el tipo de inter¨¦s, dando prioridad a la convergencia con independencia de lo que ocurre en la econom¨ªa real, ser¨ªa un error como el del Reino Unido con el patr¨®n oro en 1926.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.