La basura
El sue?o parece llegar cada noche a la ciudad cuando comienzan a o¨ªrse esas voces envueltas en el ruido infernal de trituradora. La soledad nocturna se ve interrumpida entonces por unos sonidos bruscos de mec¨¢nica industrial.Son los basureros.
Quiz¨¢s resultaba interesante el mundo inveros¨ªmil retratado en esa novela que habr¨¢ envuelto el preludio de muchas somnolencias. El pensamiento habr¨¢ viajado por mundos irreales, ex¨®ticos, llamativos. Tal vez era aquel libro una adecuada continuaci¨®n de la ficci¨®n televisiva concluida con la medianoche. Pero todo habr¨¢ terminado. Los basureros irrumpen en la oscuridad con su trabajo de a pie y sus manos llenas de realidad.
Alguien un d¨ªa pens¨® que la recogida deb¨ªa ser nocturna. Razones habr¨ªa, sin duda. Entre ellas, que la noche no es de nadie. El d¨ªa es de todos. El d¨ªa propiciar¨ªa las protestas de los viandantes cabreados ya de por s¨ª, los pitidos de los automovilistas nerviosos porque no pueden sobrevolar la mole trituradora, que esparce los olores por el largo camino hacia el vertedero.
En cambio, la noche no tiene habitantes sino aletargados; Pobres hombres que no ser¨ªan capaces ni de encender la luz para dar dos voces; ensimismados lectores de relatos deseosos de no traspasar el umbral de la ficci¨®n, ansiosos telespectadores que recrean prolongadamente el beso final. Y as¨ª, cuando el sue?o parece llegar por fin, se presentan los ruidos del mecanismo triturador de residuos, las voces estruendosas, el rugir del motor de arranque, la rabia de la m¨¢quina.
Los durmientes ya no pueden entonces so?ar entre las s¨¢banas con el proyecto imposible, el aumento de sueldo, la repetici¨®n de la Liga, el retorno de aquel amor ut¨®pico, la irrealidad que sirve cada noche para consolar las desdichas cotidianas. Han llegado los basureros y traen consigo el estallido. Que tapa lo dem¨¢s.
No pod¨ªa ser de otra manera, acostumbrados como nos tienen, los unos y los otros, a que la inmundicia se siga tratando a oscuras, sin importarles que forme tanto esc¨¢ndalo.
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