Los kenianos ya han aprendido a perder

En los a?os 80 los atletas kenianos causaron asombro por la forma tan an¨¢rquica de correr. Ganaban todo y de ellos se dec¨ªa que cuando aprendieran a competir ser¨ªa rid¨ªculo hacerles frente. Ya saben dar vueltas a la pista con precisi¨®n suiza, pero lo que han conseguido es hacer la carrera a los dem¨¢s, es decir, servir de liebres a quienes son capaces de aguantarles el ritmo. Hay un joven et¨ªope, Haile Gebrselassie, listo como nadie, que est¨¢ montando una escuder¨ªa a costa de sus vecinos. Se pone tras ellos y en la ¨²ltima vuelta, como es m¨¢s r¨¢pido que nadie, gana.Ayer volvi¨® a suceder lo mismo que en los ¨²ltimos Mundiales o en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona-92, que los chupasangres se aprovechan del trabajo de los kenianos. Era la final de 10.000 metros, con los protagonistas de siempre: tres kenianos, los marroqu¨ªes capitaneados por Khalid Skah, y el citado Gebrselassie, a quien han ense?ado en Holanda a correr como lo hace. A Etiop¨ªa s¨®lo va para entrenarse determinados periodos de tiempo a 3.000 metros de altitud, a visitar a sus seis hermanos y a contemplar el Mercedes que gan¨® en los Mundiales de Stuttgart, yque est¨¢ guardado en un garaje de Addis Abbeba, con 42 kil¨®metros en el contador, porque ¨¦l no sabe conducir.

Ahora tendr¨¢ que hacer sitio al otro que ha ganado. O regal¨¢rselo a su apoderado, Jos Hermens, un antiguo recordman de la hora, a quien le debe mucho de lo que ha conseguido.

Gebrselassie tiene una enorme resistencia natural y como adem¨¢s es r¨¢pido -tuvo el r¨¦cord mundial de 5.000 metros- no tiene m¨¢s que esperar para ganar. ?Que la carrera es lenta? Fenomenal, as¨ª gana al final. ?Que es r¨¢pida? Mejor, as¨ª le quedan menos rivales para la ¨²ltima vuelta.

No hay manera de batirle y menos, como intentaron hacer los kenianos ayer. Le llevaron en carroza hasta la ¨²ltima vuelta, porque durante 23 vueItas mantuvieron un ritmo regular, nunca mayor a 66 segundos la vuelta ni inferior a 64. Las dos que resultaron excepci¨®n fueron la primera (70 segundos), para ajustar posiciones y la ¨²ltima (56 segundos Gebreselassie y 58, o m¨¢s, el resto), para decidir el triunfo.

Quiz¨¢ fuera, adem¨¢s, el ritmo que m¨¢s se ajustaba a las condiciones de Gebrselassie, por eso cuando atac¨® fue un meteoro comparada su capacidad de aceleraci¨®n con la de los dem¨¢s. Su velocidad de crucero a un nivel m¨¢ximo de competici¨®n es precisamente de 64 segundos porvuelta, que fue el ritmo que mantuvo uando estableci¨® el r¨¦cord mundial de 10.000 metros a principios de la temporada. Los kenianos nunca le forzaron a correr m¨¢s r¨¢pido, ni tampoco le llevaron a tirones, que es como destrozaban a cualquier mortal.

Kiketer, el dan¨¦s-kenlano

Hubo un triunfo de un atleta keniano en la jornada de ayer, Wilson Kipketer, pero que pertenecer¨¢ a Dinamarca, pues bajo tal bandera corri¨® con autorizaci¨®n de la IAAF la final de 800 metros, aunque a¨²n no tiene la nacionalidad concedida. Gan¨® los 800 metros y ya ha sido anunciado que su victoria agilizar¨¢ los tr¨¢mites de la nacionalizaci¨®n.En el salto de altura hubo sorpresa. Se confirm¨® que Javier Sotomayor no est¨¢ en su mejor momento y tras superar un momento delicad¨ªsimo en los 2,25 metros, lleg¨® hasta los 2,37, marca que no le sirvi¨® para ganar a Troy Kemp Bahamas), quien ya le hab¨ªa derrotado esta temporada, y que ayer lo hizo de nuevo, tras favorecerle el desempate de menos nulos.