"El equilibrio militar empieza a inclinarse del lado croata y musulm¨¢n

La victoriosa ofensiva croata en Krajina ha dado un giro radical a la guerra en los Balcanes y pone a los serbios de Bosnia en una posici¨®n de debilidad sin precedente! desde el comienzo de la guerra en la ex Yugoslavia. La tentaci¨®n de aprovecharse de esta debilidad, sin embarger, puede provocar una nueva "9adena de guerras". As¨ª lo advierte Evgueni Kozhokin, el director del Instituto de Estudios Estrat¨¦gicos de Rusia, una entidad estatal que prepara in formes para el Consejo de Se guridad y otras instituciones dependientes del Kremlin. En una conversaci¨®n con EL PA?S, Kozhokin, antiguo jefe del subcomit¨¦ de Espionaje y Seguridad Internacional del Parlamento ruso disuelto en 1993, -opina que. el equilibrio militar en Yugoslavia "empieza a inclinarse del lado de los croatas y los musulmanes". Si esta tendencia se mantiene, despu¨¦s de la derrota militar de los serbios (de Krajina) vendr¨¢, otra, que, puede actuar como detonante en relaci¨®n a Kosovo", es decir, hacer explosionar la mina albanesa y prolongar el reparto de la herencia de Yugoslavia. En opini¨®n de Kozhokin, Croacia est¨¢ interesada en el equilibrio de fuerzas en los Balcanes y, por eso mismo, no puede estar interesada en una derrota total de los serbios.Seg¨²n Kozhokin, Rusia no tiene una pol¨ªtica expansionista en los Balcanes, porque ni sus posibilidades financieras se lo permiten ni son ¨¦sos sus fines geoestrat¨¦gicos. Las palancas claves para encauzar el conflicto en la ex Yugoslavia no dependen tanto de Mosc¨² como, de Washington y de Bonn. Pero la pol¨ªtica de, estas capitales, opina , ha puesto en entredicho la misma idea de las operaciones internacionales de pacificaci¨®n. En Yugoslavia hay "una guerra civil sucia donde no hay ni buenos ni malos".

Rusia se equivoc¨® al apresurarse a reconocer a Croacia,y a Bosnia, explica Kozhokin, que es esc¨¦ptico respecto a los tradicionales lazos entre rusos y serbios dos pueblos eslavos' en tanto que miembros de la comunidad cristiana ortodoxa. "Rusia es, en esencia, un pa¨ªs ateo", se?ala. En la clase pol¨ªtica rusa, sin embargo, m¨¢s all¨¢ de las diferencias en el l¨¦xico y en la valoraci¨®n del conflicto, hay consenso en la actitud ante los serbios. "Hubo una ¨¦poca, en 1992.y en 1993, en que los serbios luchaban por la opini¨®n p¨²blica en Rusia, pero ahora ya no tienen que luchar por ella".

Kozhokin considera que los pa¨ªses del Mediterr¨¢neo, como Italia, tienen en general una pol¨ªtica "m¨¢s razonable" que Alemania y Estados Unidos. Los alemanes, dice, "han visto viejos diablos en los serbios", y los norteamericanos, -la "¨²nica superpotencia"- son prisioneros de una "imagen negativa" de los serbios como sangrientos chetniks".

Turqu¨ªa juega un papel "desestabilizador" en los Balcanes, en opini¨®n de Kozhokin, ya que pretende "realizar una pol¨ªtica de potencia regional", volviendo a una situaci¨®n propia del siglo XIX. En su lucha por influir en. los Balcanes, Ankara se apoya en dos pa¨ªses: en Albania -"cuyo Ej¨¦rcito est¨¢ y siendo reformado con ayuda de instructores turcos"- y en Bosnia-Herzegovina.

El embargo de armamento a la ex Yugoslavia ha sido un "total fracaso", porque una importante parte del contrabando se realizaba "por v¨ªa a¨¦rea" hasta Croacia y, de all¨ª, circulaba por tierra hasta Bosnia, despu¨¦s de' que los croatas se quedaran con un porcentaje de la carga. "Eso, sin hablar de los suministros directos, ya que Croacia durante la vigencia del embargo ha creado un ej¨¦rcito magn¨ªficamente equipado que ha demostrado de lo que es capaz", dice Kozhokin.

"La mayor parte de los oficiales croatas", afirma, "se han preparado en academias militares alemanas".

En lo que al aprovisionamiento de armas se refiere, la situaci¨®n es "algo diferente" en Serbia, que ten¨ªa una producci¨®n de armas bastante desarrollada y' la parte del le¨®n del Ej¨¦rcito yugoslavo.

Kozhokin indica que no. ha habido ni "informaci¨®n" ni "confirmaci¨®n" de eventuales suministros de armas rusas a los serbios de Bosnia. Lo que hay son voluntarios rusos que luchan de su parte, pero su n¨²m¨¦ro "nunca ha pasado de unas cuantas decenas", asegura.