EE UU reemprende la conquista del fondo del mar con sumergibles ultramodernos.
La promesa de riquezas minerales, motor de las investigaciones oceanogr¨¢ficas
Si todo va bien en breve una nueva nave submarina revolucionaria ser¨¢ sumergida en su primer viaje bajo las aguas de la bah¨ªa de Monterrey. Con el nombre de Deep Flight I, el veh¨ªculo -de cuatro metros de longitud y 1.315 kilos de peso- tiene la forma de un rechoncho torpedo con alas, pero vuela bajo el mar como un p¨¢jaro. La empresa constructora, Deep Ocean Engeneering, se propone volver a impulsar la conquista del fondo del mar, una aventura en la que los investigadores se sienten hoy impelidos por los avances cient¨ªficos y la promesa de enormes riquezas minerales.
Comparado con los actuales sumergibles, dif¨ªciles de maniobrar, el Deep Flight es un caza F-16 acu¨¢tico. Puede inclinarse lateralmente, competir con una manada de ballenas que se desplaza a gran velocidad o saltar verticalmente. fuera del mar. Un h¨¢bil piloto -tumbado boca abajo con el cuerpo en un arn¨¦s y la cabeza sobresaliendo por el morro hemisf¨¦rico de cristal- puede deslizarse rozando la superficie del oc¨¦ano o sumergirse a 1.000 metros.Pero el Deep Flight no es m¨¢s que un p¨¢lido prototipo (le lo que se avecina. En su taller de Point Riclimond (California), los dise?adores de la embarcaci¨®n han dibujado ya los planos de su sucesor, el Deep Flight II, un sumergible capaz de descender 11 kil¨®metros, hasta la Fosa de las Marianas, el equivalente oce¨¢nico del monte Everest.
M¨¢s de 35 a?os despu¨¦s de que el batiscafo Trieste llevara a dos hombres, por primera y ¨²ltima vez, a 10.912 metros bajo la superficie hasta el punto m¨¢s profundo del mundo, la sima Challenger, en la Fosa de las Marianas, frente a Guam, los aventureros oce¨¢nicos se est¨¢n preparando para volver. El pasado mes de marzo, un robot japon¨¦s inspeccion¨® un diminuto tramo del fondo de la grieta de 2.550 kil¨®metros de largo y envi¨® las primeras im¨¢genes de v¨ªdeo en directo de la vida de las profundidades.
M¨¢s de 100 expediciones han alcanzado el Everest, el pin¨¢culo de 8.848 metros del Himalaya; los viajes espaciales son algo com¨²n y robots-sonda se han adentrado m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites del sistema solar. "La verdad es que sabemos m¨¢s de Marte que de los oc¨¦anos", dice la bi¨®loga marina Sylvie Earle, antigua cient¨ªfico jefe de la Administraci¨®n Nacional Oceanogr¨¢fica y Atmosf¨¦rica y cofundadora de Deep Ocean Engineering.
Recompensas
La recompensa podr¨ªa ser enorme: una abundancia de petr¨®leo y minerales comparable a la que provoc¨® la Fiebre del Oro de California; descubrimientos cient¨ªficos que podr¨ªan cambiar las ideas de c¨®mo evolucionaron el planeta y las formas de vida; sustancias naturales que podr¨ªan proporcionar nuevos medicamentos y productos qu¨ªmicos industriales totalmente nuevos.El intrincado tejido alimentario del mar mantiene m¨¢s vida y mayor diversidad de especies que cualquier otro ecosistema, desde las bacterias que se nutren de azufre api?adas en agujeros de las profundidades hasta peces que lucen como anuncios para atraer a sus presas. En alg¨²n lugar ah¨ª abajo acecha incluso el ¨²ltimo monstruo marino de tiempos precient¨ªficos: el calamar gigante de 20 metros de longitud.
Las posibilidades econ¨®micas del mar son enormes. Las majestuosas y sinuosas corrientes oce¨¢nicas influyen decisivamente en los patrones meterol¨®gicos del mundo: saber c¨®mo funcionan podr¨ªa ahorrar billones de d¨®lares en desastres causados por fen¨®menos clim¨¢ticos. Los. oc¨¦anos tambi¨¦n tienen ingentes reservas de minerales comercialmente valiosos, incluidos n¨ªquel" hierro, manganeso, cobre y cobalto. Las empresas farmac¨¦uticas y de biotecnolog¨ªa est¨¢n analizando ya bacterias, peces y plantas que alg¨²n d¨ªa podr¨ªan convertirse en medicamentos.
Bruce Robison, del Instituto de Investigaciones del Acuario de la Bah¨ªa de Monterrey (California), dice: "Puedo garantizarles que, en las dos pr¨®ximas d¨¦cadas, los descubrimientos beneficiosos. superar¨¢n con mucho los del programa espacial".'
En este momento probablemente sea Jap¨®n -y no s¨®lo por haber tocado fondo en la Fosa de las Marianas el pasado mes de marzo con su sumergible Kaito- el pa¨ªs que lleva la delantera en los viajes al abismo oce¨¢nico. Los japoneses siempre est¨¢n interesados en nuevas oportunidades de mercado. Pero. tienen una necesidad a¨²n m¨¢s acuciante de entender el fondo del mar: la parte sur de su naci¨®n isle?a est¨¢ asentada sobre el punto de encuentro de tres placas tect¨®nicas. Cuando estas placas entran en fricci¨®n, generan alrededor de una d¨¦cima parte de los movimientos s¨ªsmicos- anuales en el mundo, incluidos los terremotos mortales como el que mat¨® a 5.500 personas en Kobe el pasado mes de enero.
Francia, otro de los grandes en oceanograf¨ªa, no tiene planes para construir m¨¢s sumergibles tripulados y, de hecho, muchos investigadores piden el apoyo de otros pa¨ªses de la UE para financiar su programa, convirtiendo un proyecto nacional en un consorcio' mucho m¨¢s parecido a la Agencia Espacial Europea.
En EE UU, los ocean¨®grafos se ven obligados a buscar financiaci¨®n privada -empresas de petr¨®leo, gas o de b¨²squeda de barcos hundidos, como ocurri¨® en Francia con el Titanic- con que sufragar sus proyectos. El dise?ador del Deep Flight es, sin embargo, optimista, porque cree que si la empresa tiene ¨¦xito se demostrar¨¢ que se puede explorar el fondo del mar con veh¨ªculos m¨¢s baratos y ligeros que se pueden enviar a cualquier sitio y conf¨ªa en que los viajes al abismo sean en el pr¨®ximo futuro casi rutinarios.
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