El valor de los estilos

Un programa que se fundamenta en pas de deux cl¨¢sicos puede ser mortalmente aburrido o fascinante, sobre todo teniendo en cuenta que esas obras perfectas y eternas del academicismo, estructuralmente, y hasta en la materia t¨¦cnica, tienen muchos puntos en com¨²n. Los diferencia b¨¢sicamente el estilo particular de cada uno.La oferta de los solistas de Ullate qued¨® del lado bueno y hubo momentos de esa fascinaci¨®n que aporta la buena, danza. No hubo aburrimiento y s¨ª p¨¢lpito, euforia contagiosa y mucha garra. Tres creaciones del maestro zaragozano- ya vistas y alguna mejorada- daban el contrapunto contempor¨¢neo, sobre todo Frates, un denso discurso que habla del desamor con elocuencia.

La sorpresa parte de que todos los pasos a dos cl¨¢sicos eran estrenos para los artistas y ninguno era lo que se dice un paseo por la escena. Si Quijote exige pisar con garbo, Bella Durmiente. necesita una elegancia estricta e imperial; si Coppelia es una compleja antolog¨ªa de reducci¨®n de las czardas, el adagio del Lago es piedra angular del ensue?o tardorrom¨¢ntico.

Todos los artistas merecen un elogio, y a¨²n en su juventud, en 6us imperfecciones, se ve que buscan luchar por ese list¨®n elevado que la tradici¨®n pone siempre lejos. Tamara Rojo demostr¨® su simpat¨ªa. contagiosa y su seguridad t¨¦cnica, mientras su partenaire Carlos L¨®pez asumi¨® sus retos y fue atento compa?ero; Ana Noya fue un gran cisne tr¨¦mulo y concentrado con V¨ªctor Jim¨¦nez (en Fratres apasionado, terrenal) descubri¨¦ndose a estas lides. Mar¨ªa Jim¨¦nez e Igor Yebra han madurado y ella transmite al p¨²blico claramente su peculiar sentido musical. Rut Mir¨¦ se hizo pantera con ese cuerpo que domina a gusto, contando con Eduardo Lao y su fuerte impronta.

Este programa supera toda an¨¦cdota. Es la ratificaci¨®n del noble y buen trabajo; es la realidad pujante del ballet espa?ol, su metro de oro y la lecci¨®n primera de que los espa?oles s¨ª pueden ser excelentes int¨¦rpretes de repertorio.