M¨¦ndez: "Cada cual en su casa y Dios en la de todos"
Los sindicatos son sindicatos y los partidos pol¨ªticos partidos pol¨ªticos, pero C¨¢ndido M¨¦ndez, secretario general de la UGT, considera que los partidos de izquierda es t¨¢n en una situaci¨®n m¨¢s difusa que los sindicatos por su sistema de conexi¨®n con lo real. UGT ha vivido su divorcio con el PSOE con desgarro, pero tambi¨¦n como una necesaria clarificaci¨®n del papel de los sindicatos y de los partidos.- ?C¨®mo es posible que a formaciones pol¨ªticas de izquierda les resulte inc¨®moda la presi¨®n ejercida por los movimientos sociales?
-Eso es un profundo error. La comprensi¨®n del papel dinamizador de los movimientos sociales deber¨ªa ser un elemento fundamental de los partidos de izquierda, as¨ª como unas se?as de identidad basadas en el colectivo y no en el personalismo del l¨ªder providencial. La izquierda pol¨ªtica debe comprender el car¨¢cter sociopol¨ªtico, de los sindicatos si no quiere forzarlos a una estrategia corporativa.
En Inglaterra, el Labour Party acaba de recortar las prerrogativas de las Trade Unions dentro de la organizaci¨®n del partido. C¨¢ndido M¨¦ndez lo entiende, porque all¨ª el problema se hab¨ªa invertido y a veces pod¨ªa peligrar la autonom¨ªa del Labour por el exceso. de referente sindical. Dentro de la ofensiva ideol¨®gica neoliberal, los sindicatos son presentados como una r¨¦mora heredada de "cuando hab¨ªa lucha de clases", obsoletos instrumentos que de nada sirven cuando la lucha de clases parece haberla ganado una abstracci¨®n llamada mercado. Se les propone que se integren en el sistema productivo colaborando con la empresa en la conquista de ese mercado.
- No rechazamos intervenir en la programaci¨®n de la producci¨®n, pero al empresario, al menos en Espa?a, eso no le interesa. De producirse esa integraci¨®n, nosotros conservar¨ªamos nuestra libertad en defensa de los intereses de los trabajadores. Ahora, si nos movilizamos rompemos la armon¨ªa del sistema productivo y si no nos movilizamos hasta la derecha dice: "?Lo v¨¦is? Son unos bur¨®cratas integrados".
- El PSOE en la oposici¨®n. ?Beneficiar¨ªa una recomposici¨®n de las relaciones entre el partido y UGT?
-No podemos vivir en situaci¨®n espasm¨®dica. A malas cuando el PSOE est¨¢ en el Gobierno y a buenas cuando est¨¢ en la oposici¨®n. Ni el sindicato ni el PSOE deben dejarse llevar por esa din¨¢mica. Cada cual en su casa y Dios en la de todos.
Tanto M¨¦ndez como Guti¨¦rrez reconocen que hay militantes de sus respectivos sindicatos que votan PP. M¨¦ndez va m¨¢s all¨¢: "Algunos representantes sindicales de UGT votan PP o votan CiU en Catalu?a". ?l es afiliado al PSOE, pero en el seno de UGT aumenta la pluralidad y un sindicato ha de ofrecer un proyecto general en el que cualquier trabajador se sienta c¨®modo, independientemente de su opci¨®n pol¨ªtica. El nuevo sindicalismo ha de integrar a profesionales y trabajadores por cuenta propia, ha de superar el clasismo inoperante. Esta liberalidad ideol¨®gica y social no est¨¢ re?ida con la defensa estricta de la funci¨®n sindical por los neoliberales de fuera y de dentro del PSOE, con talante de aut¨¦nticos d¨¦spotas mejor o peor ilustrados, borrachos de neoliberalismo y de prepotencia. Todo ha valido en la campa?a de descr¨¦dito de los sindicatos, incluso instrumentalizar la grave crisis de la cooperativa PSV que el Gobierno dej¨® pudrir para que afectara a la credibilidad social de UGT.
- Me qued¨¦ perplejo cuando Felipe Gonz¨¢lez en persona me dijo: "Eso hay que resolverlo cuanto antes porque hace tanto da?o a UGT como al Gobierno". En la realidad dejaron que se pudriera. Pero estamos saliendo bien de ese golpe dur¨ªsimo.
As¨ª como el hostigamiento a los sindicatos fue dirigido por el ala neoliberal del PSOE, resulta que la reforma laboral la auspician personas de signo izquierdista como Marcos Pe?a, quien recientemente confesaba su relativo des¨¢nimo ante la falta de est¨ªmulo que detectaba en el sector del capital para crear trabajo. M¨¦ndez atribuye a la alianza con CiU la progresiva derechizaci¨®n de la pol¨ªtica del PSOE, al servicio de una estrategia de la derecha econ¨®mica en su conjunto, no s¨®lo de la catalana. Los contratos basura, el empleo precario est¨¢n en revisi¨®n en toda Europa por sus escasos logros.
- En este campo, el Gobierno de Gonz¨¢lez ha hecho un trabajo sucio, molesto e in¨²til. Lo que m¨¢s me duele es que haya sido in¨²til.
?Ser¨¢ peor la derecha que viene? M¨¦ndez no tiene miedo a la alternancia. Miedo a la alternativa implica miedo a la democracia. Pero la perspectiva econ¨®mica que ofrece el Partido Popular es deliberadamente confusa. Confuso y electoralista el modelo fiscal, confusa y peligrosa su opci¨®n por un r¨¦gimen de pensiones a la chilena que seduce a los responsables del PP, seg¨²n confesi¨®n personal de Aznar, y defiende -un banquero proclive a los populares como Bot¨ªn. El Banco de Santander promueve un fondo de pensiones en Chile que a la larga profundiza el abismo que separa a una minor¨ªa de ricos y una inmensa mayor¨ªa de gentes cada vez m¨¢s marginadas.
- La pol¨ªtica sobre prestaciones sociales del PP debe concretarse en oto?o para saber a qu¨¦ atenernos.
-Nicol¨¢s Redondo profetiz¨®: cuando el PSOE pase a la oposici¨®n tendr¨¢ que luchar contra leyes que ¨¦l mismo cre¨®.
- Sin duda. Hay que clarificar qu¨¦ separa a las derechas de las izquierdas cuando est¨¢n en el Gobierno. En el futuro ser¨¢ necesario un l¨ªder de la oposici¨®n que pueda decir: "Eso lo hizo mi partido, pero no me responsabiliza a m¨ª".
?Puede haber unapol¨ªtica econ¨®mica de izquierdas? M¨¦ndez cree que o se introduce una racionalidad distributiva en el crecimiento econ¨®mico, nacional y mundial, o las diferencias brutales entre los diversos mundos que cohabitan dentro de un s¨®lo mundo pueden llevar a un crack sin precedentes. ?Con qu¨¦ instrumentos puede la izquierda impulsar esa racionalidad, as¨ª en Espa?a como en el universo, as¨ª en la tierra como en los cielos, si ni siquiera es operativa una II Internacional Socialista, la ¨²nica internacional de izquierdas realmente existente? C¨¢ndido lo tiene claro: "Hay que resucitar el internacionalismo de los trabajadores frente al internacionalismo del capital y movilizar a las organizaciones de izquierda, sindicales, pol¨ªticas, sociales, para que act¨²en como medios de informaci¨®n y conocimiento frente a la concentraci¨®n de la informaci¨®n y la cultura dominante en menos de la derecha. Y la batalla cultural de la izquierda ha de basarse en la ya tard¨ªa afirmaci¨®n del viejo Mitterrand: 'Todo empieza por el empleo'. El progreso tiene que servir para que el ser humano se libere, se desaliente y participe mediante el trabajo". Suena a Marx. M¨¦ndez cree que pensadores hoy demonizados tienen actualidad, salvando las distancias entre diagn¨®sticos para el siglo XIX y para el XXI.
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