Los tres carn¨¦s de identidad de Guti¨¦rrez
Guti¨¦rrez considera m¨¢s inexplicables los problemas entre IU y CC OO que los que existen entre el PSOE y UGT.- UGT es un producto del PSOE y ha sido muy meritorio que consiguiera despegarse de su papel de correa de transmisi¨®n. En cambio CC OO tuvo voluntad autonomista con respeto al PCE desde sus or¨ªgenes, entre otras cosas porque Carrillo las ve¨ªa como "un magma fluido" del que se iba a nutrir su sindicato de verdad, la OSO, que en la pr¨¢ctica no llegar¨ªa a existir. Y yo, que tuve el carn¨¦ del PCE antes que el de identidad y el de CC OO, no me explico a veces el hostigamiento que percibo por parte de algunos dirigentes de Izquierda Unida. Creo que las concepciones cl¨¢sicas de la socialdemocracia y del comunismo lo tienen todo perdido. La autonom¨ªa sindical es irreversible porque va cada vez m¨¢s asociada a la unidad.
- La unidad estrictamente nacional ?es suficiente para enfrentarse a un capitalismo internacionalizado?
- No. Es m¨¢s, la renacionalizaci¨®n del sindicalismo, aunque sea unitaria, conducir¨ªa un nuevo corporativismo. Ser¨ªa el gran fraude del movimiento sindical en los albores de? siglo XXI. El sindicalismo ha de tener dimensi¨®n internacional en la negociaci¨®n con las empresas, con las instituciones supranacionales y estableciendo objetivos de solidaridad en la relaci¨®n Norte-Sur. Es hora de que el movimiento obrero supere algunas hipocres¨ªas, incluso hipocres¨ªas bien intencionadas como la de practicar la solidaridad como un v¨ªnculo material y permanente, para equilibrar los derechos sociales y laborales con la Europa llamada perif¨¦rica y m¨¢s all¨¢ de Europa. Hemos de superar hipocres¨ªas en nuestro propio pa¨ªs, en mi propio sindicato. Ante el conflicto de la pesca con Marruecos, defendemos, claro, el derecho a pescar, pero si somos coherentes, si queremos que alguna vez los derechos sociales laborales y civiles se universalicen, primero habr¨¢ que universalizar el trabajo. Nosotros no podemos seguir acaparando todo tipo de actividades, las nuevas, las que tienen futuro, las de desarrollo intermedio y las m¨¢s primarias, sin descentralizar, sin derivar actividades productivas a otras latitudes del mundo. El problema es qui¨¦n est¨¢ gobernando la descentralizaci¨®n productiva en el mundo, la nueva divisi¨®n internacional del trabajo. La dirige la derecha pura y dura, en busca de mano de obra m¨¢s barata, casi esclava, y la izquierda no es capaz de resituarse. No concibo un mundo para siempre sometido al capitalismo salvaje. Concibo un mundo futuro en el que la universalizaci¨®n de la producci¨®n se corresponda con la universalizaci¨®n del reparto de la riqueza.
Frente a la disgregaci¨®n de "Ias m¨²ltiples clases trabajadoras", sindicatos de servicios, pero tambi¨¦n sindicatos sociopol¨ªticos con una perspectiva universal de la l¨®gica del sistema capitalista y del papel que pueden cumplir los movimientos sociales para corregirla positivamente. No como partidos bis, sino como entidades org¨¢nicas conectadas cotidianamente con la din¨¢mica social frente a la tendencia al desmantelamiento del sistema democr¨¢tico social. El movimiento sindical produce sindicatos de trabajadores, no sindicatos de ciudadanos: para eso est¨¢n los partidos.
UGT y CC OO han representado en Espa?a un referente cultural de izquierda en tiempos de desnaturalizaci¨®n socialista y d¨¦bil instalaci¨®n de Izquierda Unida. Guti¨¦rrez cree que los sindicatos tienen la ventaja de estar cotidianamente en tensi¨®n social: negociaciones, convenios, expedientes de crisis, secuelas del paro, reivindicaciones en todos los sectores de la producci¨®n. Hay que cambiar, la relaci¨®n entre los partidos y la sociedad, despu¨¦s de 13 a?os, de Gobierno socialista, perdida la oportunidad de crear una nueva cultura democr¨¢tica. que recogiera el lema de Aza?a: "No hay que hacer una Rep¨²blica para los ciudadanos, sino unos ciudadanos para la Rep¨²blica".
- ?El felipismo ha sido como un socialismo bons¨¢i cultivado en los jardines de La Moncloa?
- En este pa¨ªs no nos merecemos elevar el llamado felipismo a la categor¨ªa de doctrina socio-pol¨ªtica. Ha sido el practicismo m¨¢s sobado, sin originalidad. Eso es m¨¢s viejo que el meao: un tuerto rodeado de ciegos.
A Guti¨¦rrez casi le indigna que en est¨¦ final de la etapa se le est¨¢ abriendo a la derecha una gran autopista de llegada al poder sin haber hecho ning¨²n m¨¦rito. Al contrario. Conductas desmerecedoras del PP se compensan autom¨¢ticamente por las enormes torpezas y desaguisados de Gonz¨¢lez y su Gobierno.
- Sin embargo no vayamos a pagar muy caro un error de apreciaci¨®n. Aqu¨ª no va a haber una simple alternancia. Entre los poderes econ¨®micos reales de este pa¨ªs puede predominar el modelo de banca m¨¢s depredador, como el del Santander, al parecer muy conectado con el posible nuevo poder. Una banca no comprometida con la econom¨ªa productiva, no como la Societ¨¦ General de Banque de B¨¦lgica, que siendo mucho m¨¢s importante reparte dividendos mucho m¨¢s modestos porque se implica en el desarrollo industrial de su pa¨ªs. De prosperar el ala dura neoliberal del PP aumentar¨¢ la desertizaci¨®n industrial. Y si se produce un cierto continuismo en pol¨ªtica ec¨®nomica, culturalmente hay s¨ªntomas de una alternativa reaccionaria sectaria, xen¨®foba, puritana, socialmente revanchista. Todo eso sobre la desertizaci¨®n de la cultura de izquierdas propiciada por los Gobiernos de Gonz¨¢lez.
Tal vez vuelva a ser necesaria una Ilustraci¨®n de izquierdas, sin caer en el mesianismo, ni en el recurso de re?ir a las masas porque tras equivocarse votando a los socialistas ahora se equivoquen votando a las derechas. Guti¨¦rrez recuerda cuando Carrillo se autocriticaba porque la gente no le entend¨ªa y el PSOE a¨²n insiste: ?no nos entienden!
-Me revienta que cada vez, tras un fiasco electoral, nuestra autocr¨ªtica era criticar a la gente por ser idiotas, sin explorar seriamente en qu¨¦ nos hab¨ªamos equivocado.
La izquierda deber¨ªa tener preparada su alternativa para el d¨ªa siguiente, en todos los dominios, tratar de reconstruir un imaginario de poder democr¨¢tico. Hacer suyas propuestas responsables en el terreno econ¨®mico, como reducir el d¨¦ficit p¨²blico, porque quien m¨¢s lo paga es el que est¨¢ abajo. Los bancos hacen negocio con el d¨¦ficit p¨²blico. Pero reducirlo con medidas reaccionarias como congelar el gasto social o la inversi¨®n p¨²blica eso es no s¨®lo una estupidez sino tambi¨¦n una temeridad. Los sindicatos anunciaron chapuzas que luego se han confirmado, por ejemplo, la desvirtuaci¨®n del proceso para llegar a la unidad monetaria en 1996, ahora aplazada hasta 1999. Hay que trabajar en la l¨ªnea de la econom¨ªa productiva, con el gasto p¨²blico necesario, sin recaer en ortodoxias monetarias ni en inversiones disparatadas como las de los fastos de 1992, incluido el TAV. S¨®lo la econom¨ªa productiva puede solucionar el problema del paro.
-Iba a llegar la cultura del ocio y se ha instalado la del paro. ?Hay soluciones estructurales?
- Las hay si se abandona un modelo de desarrollo insostenible y si la izquierda define c¨®mo concibe la empresa. Hay que disputarle al capital la distribuci¨®n de la riqueza para crear m¨¢s y mejor empleo. Las nuevas tecnolog¨ªas en algunos lugares ya est¨¢n creando m¨¢s puestos de trabajo de los que destruyen. Tendr¨ªa que ser una panacea de la izquierda la universalizaci¨®n del derecho al trabajo, base de los derechos del hombre, En las inmensidades pobres del mundo capitalista unificado vemos el desorden del hambre, de las enfermedades, de la destrucci¨®n del medio, de las guerras civiles. ?Una autoreordenaci¨®n del capitalismo? ?Con qu¨¦ cerebro?
Dos l¨ªderes j¨®venes, tan cerca de la realidad que parecen reales. Adem¨¢s, creen en algo. Que el mercado, uno, grande y libre, necesita un cerebro racionalizador. De izquierdas.
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