Una paz podrida y que mata
Responsabilizar a la comunidad internacional, y en particular a la ONU, por el ¨¦xito o el fracaso de la pacificaci¨®n de Angola es un comod¨ªn que los dos partidos angole?os utilizan frecuentemente para escamotear sus propias responsabilidades.Los gubernamentales afirman, y con raz¨®n, que la fiscalizaci¨®n onusiana se fija casi exclusivamente en ellos y que la ONU no hace respetar el embargo decretado por el Consejo de Seguridad en 1993 sobre el suministro de armas y combustible a UNITA.
Mientras que UNITA permanece intocable en sus santuarios, el Gobierno y el MPLA deben arregl¨¢rselas como pueden para hacer frente a los enormes costes de esta situaci¨®n de paz podrida que priva al Estado de una parte sustancial de sus recursos (petr¨®leo, diamantes, caf¨¦...), impide el reinicio de las actividades productivas y lanza a Angola en el ciclo infernal de la hiperinflaci¨®n (1.800% en 1993).Nunca la lucha por la supervivencia hab¨ªa sido tan dura para los m¨¢s de tres millones de habitantes de Luanda -tres cuartas partes de ellos sin empleo ni recursos fijos- ni para los funcionarios, cuyos salarios pierden cada d¨ªa valor adquisitivo frente al alza vertiginoso de los precios. Cuando un capit¨¢n, un juez, un m¨¦dico o un profesor universitario ganan aproximadamente 1.200 pesetas al mes -lo que equivale a 6 kilos de arroz, jud¨ªas o az¨²car, 2 kilos de carne o tres de pollo- es f¨¢cil entender la revuelta provocada por las medidas de saneamiento financiero impuestas por el FMI, que pretende reducir el endeudamiento p¨²blico con despidos masivos y una pol¨ªtica de precios reales de los combustibles y de los servicios (agua, electricidad, tel¨¦fono...). "Conseguimos resistir 30 a?os de guerra, pero esta paz nos mata", comenta un colega angole?o.
Va abri¨¦ndose camino en las mentes de los dirigentes pol¨ªticos de Luanda la sospecha de que es precisamente ¨¦sta la estrategia de los duros de UNITA y de sus consejeros extranjeros: asfixiar econ¨®micamente la capital y esperar a que una explosi¨®n de c¨®lera popular acabe de destruir el poder del MPLA o le obligue a aceptar una divisi¨®n territorial efectiva del pa¨ªs y de sus riquezas naturales.
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