Deng cumple ma?ana 91 a?os sin que se prepare a¨²n la transici¨®n en China
Como el elefante que se balancea en la tela de una ara?a, China est¨¢ suspendida en el ¨²ltimo aliento de Deng Xiaoping. Ma?ana, el anciano l¨ªder cumplir¨¢ 91 a?os mientras su pa¨ªs se adormece a la espera de la fatal noticia de su desaparici¨®n. El arqui tecto de la reforma se desprendi¨® hace ya un quinquenio de todos sus cargos para facilitar la transici¨®n de su poder absoluto. En la China milenaria, la gente se mesaba los cabellos e incluso segu¨ªa a su emperador a la tumba. Hoy, nadie osa mover un dedo durante esta larga agon¨ªa.
Hace un a?o y medio, con motivo del a?o nuevo lunar chino, Deng asisti¨® a una celebraci¨®n en Shanghai. El llamado hombre fuerte del Imperio del Centro apareci¨® sonriente, pero su fragilidad era evidente. Su hija Nan y una enfermera llevaban casi en volandas su d¨¦bil cuerpo, a¨²n m¨¢s peque?o de lo que siempre hab¨ªa sido: 1,5 metros de estatura. Desde entonces, la cortina que separa a los dirigentes chinos de su pueblo se ha hecho m¨¢s tupida en torno a Deng. Nadie ha vuelto a verlo, y su pu?o de hierro ha dejado de sentirse, pero su influencia sigue gobernando el pa¨ªs y amenaza con asfixiar a sus delfines. En medios pol¨ªticos de Pek¨ªn se asegur¨® que el presidente Jiang Zemin consult¨® con Deng la decisi¨®n de realizar -en julio, por primera vez y ahora, por segunda- pruebas con misiles bal¨ªsticos a menos de 140 kil¨®metros de Taiwan, la isla rebelde refugio de los nacionalistas desde que perdieron la guerra civil, en 1949. Esta filtraci¨®n, m¨¢s que revelar que el anciano dirigente "est¨¢ bien para tener la edad que tiene" -como repite una y otra vez el portavoz del Ministerio de Exteriores-, muestra las arenas movedizas por las que se mueve. Jiang, el hombre que acumula en su persona m¨¢s cargos que ning¨²n otro l¨ªder de la historia de la Rep¨²blica Popular: jefe de Estado, secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) y presidente de la poderosa Comisi¨®n Militar Central.
Pero de poco le sirven tantos nombramientos. Como crecen las sombras con el crep¨²sculo, as¨ª aumenta el poder de los enemigos de Jiang Zemin con la evidencia de que Deng se extingue. Casi un desconocido -cuando el anciano dirigente se vio privado aquella primavera de 1989 de sus dos delfines -Hu Yaobang, porque se muri¨®, y Zhao Ziyang, porque fue necesario sacrificarlo como responsable de que se perdiese el control sobre la protesta estudiantil de Tiananmen-, Jiang tiene en el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL) su principal oponente.
En medio de la crisis pol¨ªtica y social que est¨¢ acarreando el cambio de pasar de una econom¨ªa de Estado a una econom¨ªa de mercado, y mientras las camarillas del PCCh siguen sin encontrar un l¨ªder capaz de estar por encima de todas ellas, el EPL grita que ¨¦l es el ¨²nico salvador de la patria y trata de recuperarse de la humillaci¨®n sufrida en Tiananmen. De ah¨ª, los juegos de guerra que realiza ahora frente a Taiwan para recordarle que es 11 parte indiscutible" del territorio soberano y que no permitir¨¢ en modo alguno que "pol¨ªticuchos del tres al cuarto", como el presidente Lee Teng-hui, lleven a la isla a la independencia.
A pesar de su larga experiencia -en el EPL, o tal vez por ella, una de las primeras medidas que tom¨® el arquitecto para realizar su reforma fue enviar a los militares a sus cuarteles. Para que sus viejos compa?eros de armas no le reprocharan esa jubilaci¨®n forzosa, Deng se qued¨® tan s¨®lo con el cargo de presidente de la Comisi¨®n Militar Central y, desde ella, apart¨® cuanto pudo al EPL de la vida pol¨ªtica y trat¨® de. convertirlo en un Ej¨¦rcito profesional. Pero el tiempo se le vino encima y la tarea se qued¨® a medias. Ahora un sector del EPL, con el ex presidente de la Rep¨²blica y general Yang Shangkun a la cabeza, trata de recuperar el protagonismo perdido.
Jiang Zemin, sin experiencia militar, trat¨® el a?o pasado de hacerse su propia camarilla en el EPL, ascendi¨® a 20 generales, y se libr¨® de Yang Baibing, hermano del mencionado Yang Shangkurt y al que sac¨® de Bur¨® Pol¨ªtico- del PCCh. La supuesta camarilla de Jiang no ha logrado imponerse a la facci¨®n de los Yang, y el mando de Jiang como presidente de la Comisi¨®n Militar Central es un puro espejismo.
El EPL ha sido siempre el m¨¢s reacio a las reformas de Deng, a la rapidez con que cambiaba la sociedad china y a los problemas que est¨¢ trayendo el ajuste de la econom¨ªa, con un paro, una corrupci¨®n y unas desigualdades rampantes. Para los uniformados, cuyos mandos realizaron la Larga Marcha -Deng y Yang, son dos de ellos-, China ha emprendido un nuevo camino de forma vertiginosa y, si bien hay que seguir en ¨¦l porque no existe alternativa, es necesario imponer una disciplina militar que frene el v¨¦rtigo de la reforma.
Timonel enfermo
El diario hongkon¨¦s South China Morning Post aseguraba hace d¨ªas que la salud de Deng hab¨ªa empeorado y que el anciano l¨ªder se le aplica respiraci¨®n asistida. En Pek¨ªn, sin embargo, se rumorea que va mejor de lo que se esperaba a principios de a?o, Cuando el r¨¦gimen dio las primeras se?ales de preparar al pueblo para la desaparici¨®n del peque?o timonel.Por esa ¨¦poca tambi¨¦n su hija menor, Rong, declar¨® que el estado f¨ªsico de su padre "declinaba d¨ªa a d¨ªa", aunque posteriormente dijo que el periodista norteamericano que la entrevist¨® hab¨ªa deformado sus palabras.
Los hijos de Deng dicen que el anciano "disfruta de los nietos" y se siente con fuerzas para viajar a Hong Kong el 1 de julio de 1997, para celebrar la recuperaci¨®n de la colonia brit¨¢nica.
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