Zaire advierte que seguir¨¢ expulsando refugiados hasta que la ONU intervenga

Tras cuatro d¨ªas de deportaciones masivas a punta de pistola, m¨¢s de 13.000 refugiados de Ruanda y Burundi, en su mayor¨ªa de la etnia hutu, han sido expulsados de Zaire y cerca de 130.000 se han escondido en las monta?as. Las tropas zaire?as, que han sembrado el caos con incendios, saqueos y con su brutal trato a los desplazados, han asegurado que destruir¨¢n las infraestructuras de los campamentos para evitar que regresen los refugiados. Y las autoridades insisten en que la operaci¨®n s¨®lo cesar¨¢ cuando la ONU se haga cargo de la repatriaci¨®n.

Las deportaciones forzosas "continuar¨¢n diariamente hasta que haya una respuesta de la comunidad internacional", explic¨® tajante el ministro de Exteriores de Zaire, Kainanda wa Kainanda. "La respuesta", a?adi¨®, "que estamos esperando es el anuncio oficial de la repatriaci¨®n de todos los refugiados". En una entrevista en la radio de Gab¨®n, Wa Kamanda declar¨®: "Tenemos derecho a expulsar a los refugiados porque est¨¢ en juego la seguridad nacional de un pa¨ªs y para proteger a la poblaci¨®n". E insisti¨® en que Zaire no ten¨ªa por qu¨¦ aceptar la responsabilidad sobre los refugiados si sus pa¨ªses de origen no hac¨ªan nada por ayudarles.Sin embargo, la ¨²nica respuesta de la comunidad internacional hasta ahora ha sido la declaraci¨®n realizada ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU en la que se pide formal mente a Zaire que ponga fin a la expulsi¨®n de refugiados y cumpla sus obligaciones intemacionales con ellos.

Hasta el momento, 11.000 ruandeses y 2.000 burundeses han sido obligados -a menudo de forma brutal- a regresar a sus pa¨ªses. En su mayor¨ªa son ancianos, ni?os y mujeres, las presas m¨¢s f¨¢ciles para las tropas de Kinshasa, que han preferido no ensa?arse demasiado con los cerca de 40.000 soldados y milicianos del antiguo Ej¨¦rcito hutu de Ruanda, que huyeron a Zaire tras la victoria de los tutsis en la guerra civil.

Desde hace cuatro d¨ªas, cada ma?ana, los soldados zaire?os aparecen en los campos de refugiados de Uvira (al este de Zaire), Mugunga y Goma (al norte) para agrupar, ayudados por sus rifles, a todos los refugiados que encuentran a su paso. Esta tarea es cada vez m¨¢s dif¨ªcil, y no porque las tropas zaire?as hayan desistido en su empe?o de liberar a su pa¨ªs de la carga de m¨¢s de un mill¨®n de ruandeses, sino porque m¨¢s de 130.000 refugiados, presas del p¨¢nico, han huido a las monta?as, y los campamentos, saqueados y quemados, est¨¢n casi vacios.

"Para los tutsis de Ruanda, todos los j¨®venes de los campos son asesinos", asegur¨¦ un ruand¨¦s antes de desaparecer en las colinas cercanas a Mugunga. "Nos matar¨¢n a todos si regresamos", concluy¨®. Otros de los refugiados en este campamento, que albergaba a 150.000 personas hasta que comenzaron las deportaciones, decidieron resignarse a su suerte y se alinearon para ser conducidos a los camiones y autobuses que los llevar¨ªan a la frontera.

El destino que espera a los que han optado por huir es incierto. "Sin agua ni comida, el c¨®lera, que ya nos preocupaba en los campamentos, podr¨ªa reaparecer r¨¢pidamente", explic¨® Paul Stromberg, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Bujumbura. Y la amenaza del Ej¨¦rcito zaire?o de destruir todas las infraestructuras en los campos de refugiados, incluyendo los conductos de agua potable, hace que las organizaciones humanitarias teman que se desencadene una crisis, similar a la del a?o pasado, cuando murieron m¨¢s de 50.000 personas a consecuencia del c¨®lera y otras enfermedades.

Carrol Faubert, enviado especial del ACNUR para Ruanda y Burundi, se mostr¨® relativamente optimista con respecto a un eventual acuerdo con el Gobierno de Zaire para que el ACNUR se haga cargo del traslado de los refugiados. "Lo que queremos hacer es transformar lo que est¨¢ ocurriendo en un verdadero programa de repatriaci¨®n voluntaria", explic¨® Faubert. La alta comisaria de la ONU para los refugiados, Sadako Ogata, viajar¨¢ la semana pr¨®xima a Zaire para llegar a un acuerdo con el Gobierno de Mobutu Ses¨¦ Seko.