El 'Rainbow Warrior' navega rumbo a Mururoa
ENVIADO ESPECIALEl Rainbow Warrior zarp¨® ayer del puerto de Papeete, en Tahit¨ª, rumbo al atol¨®n de Mururoa. Otros dos buques de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace, el Greenpeace (procedente de Barcelona) y el Vega, navegan tambi¨¦n hacia el atol¨®n, mientras el velero norteamericano Manitea es esperado ma?ana en la isla de Nuku Hiva para una ¨²ltima escala y cientos de nativos maor¨ªes se disponen a hacerse a la mar, pese al fuerte oleaje, a bordo de canoas. El Rainbow Warrior deber¨ªa llegar el lunes a las cercan¨ªas de Mururoa.
Todas las informaciones indican que el primer ensayo nuclear franc¨¦s, tras la ruptura de la moratoria decidida por Jacques Chirac, se producir¨¢ entre el 1 y el 8 de septiembre.El bloqueo de la Marina de guerra en tomo a Mururoa: se basar¨¢ en una orden del Alto Comisariado en Polinesia, emitida el 23 de junio, seg¨²n la cual "el ejercicio del derecho de paso inofensivo por las aguas territoriales que bordean los atolones de Mururoa y Fangataufa queda suspendido ( ... ) hasta el 31 de mayo de 1996", fecha fijada por Chirac como l¨ªmite para los ocho ¨²ltimos ensayos nucleares franceses.
"Los franceses dicen que ocho ensayos y basta. Pero, entonces, ?qui¨¦n firmar¨¢ el a?o pr¨®ximo el tratado de prohibici¨®n de ensayos nucleares? ?Qui¨¦n tendr¨¢ argumentos para disuadir a pa¨ªses no occidentales como China, Pakist¨¢n, India o incluso Irak, de que ya no podr¨¢ haber m¨¢s pruebas? Es ahora o nunca. Si no conseguimos que Chirac d¨¦ marcha atr¨¢s la semana que viene, no nos libraremos jam¨¢s de la pesadilla at¨®mica", declar¨® ayer a EL PA?S el l¨ªder independentista polinesio Oscar Temaru.
Nadie investiga
Antiguo empleado de aduanas en Mururoa y residente en el atol¨®n durante las pruebas nucleares atmosf¨¦ricas de 1966 a 1968, las cuales, seg¨²n el propio Gobierno franc¨¦s, resultaron contaminantes, Temaru tiene motivos para oponerse al arma at¨®mica. ?l mismo sufri¨® radiaciones, y en 1970 su hijo mayor, Tuldo, qued¨® completamente inv¨¢lido a la edad de cinco a?os, sin que ning¨²n m¨¦dico pudiera explicar la causa. "No puedo estar seguro", afirm¨® Temaru, "de que mi hijo est¨¦ pagando mi exposici¨®n a la radiactividad. Pero hay otros como ¨¦l, y nunca nadie investig¨® nada". Un total de 56 personas-residentes en Mururoa entre 1966 y 1968 han presentado denuncias sobre presuntos efectos de la radiactividad en ellos o sus descendientes.
Las consecuencias de la radiaci¨®n en el atol¨®n deshabitado de Fangataufa, contiguo al de Mururoa, son perfectamente visibles. Desde la explosi¨®n termonuclear Canopus de 1968, con una potencia de 2,6 megatones (173 veces la de Hirosima), la fauna ha desaparecido casi por completo. Aun siendo mucho m¨¢s seguras las condiciones de las inminentes pruebas subterr¨¢neas, inocuas seg¨²n la Marina francesa, el capit¨¢n John Campbell, comandante del buque oceanogr¨¢fico neozeland¨¦s Tui, no est¨¢ convencido, y ayer anunci¨® que seguir¨ªa los ensayos "a distancia y contra el viento" por si "se produjera un accidente nuclear". "Es poco probable, pero posible", declar¨® Campbell.
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