La salida del ministro de Econom¨ªa consolida la posici¨®n de los gaullistas en el Gobierno franc¨¦s
La dimisi¨®n del ministro de Econom¨ªa y Finanzas franc¨¦s, Alain Madelin, ha sido presentada como una victoria del primer ministro, Alain Jupp¨¦, y como un aumento de la coherencia del equipo gubernamental. Pero lo cierto es que la base pol¨ªtica en la que se apoya el Ejecutivo se ha reducido. No s¨®lo los balladurianos y los dernocristianos est¨¢n fuera del Gobierno, sino que ahora tambi¨¦n la facci¨®n liberal ha sido marginada. Un n¨²cleo gaullista o tecnocr¨¢tico domina los ministerios acompa?ado de gentes cuya ¨²nica filiaci¨®n es la de querer estar siempre con los ganadores.
Adem¨¢s, Jupp¨¦ contaba con Madelin para contraponerlo a Philippe S¨¦guin, el principal partidario de la otra pol¨ªtica, la consistente en devaluar el franco, romper con ciertas solidaridades europeas y retomar el discurso nacionalista a ultranza.Pero la crisis no s¨®lo debilita al Ejecutivo, sino tambi¨¦n a la presidencia. Jacques Chirac gan¨® las elecciones a partir de temas de pol¨ªtica interior mucho m¨¢s que gracias a sus grandilocuentes proclamas sobre cuestiones de pol¨ªtica extranjera. Chirac se present¨® como el palad¨ªn de la lucha contra la "fractura social y propuso una "revoluci¨®n cultural" que acabar¨ªa con el "pensamiento ¨²nico" y la "tecnoestructura".
El discurso articulado sobre todas esas cuestiones se lo suministr¨® Alain Madelin, que quer¨ªa acabar con los "privilegios sociales" del gaullismo y, sobre todo, cre¨ªa poder reactivar la econom¨ªa del pa¨ªs reduciendo el n¨²mero de funcionarios, suprimiendo el salario m¨ªnimo, los subsidios y con una reforma fiscal que rebajaba la presi¨®n sobre las capas m¨¢s privilegiadas. Ahora las promesas electorales se desvanecen y lo que queda es una gesti¨®n prudente y cl¨¢sica, muy pr¨®xima a la que propon¨ªa el candidato alternativo derrotado de la derecha ?douard Balladur.
El a¨²n primer secretario de los socialistas, Henri Emmanuelli, no ha dejado pasar la ocasi¨®n y ha subrayado que la crisis "hace salir a la superficie las contradicciones demag¨®gicas que constitu¨ªan el entramado del discurso pol¨ªtico de Jacques Chirac y que se fundaban en la necesidad de diferenciaci¨®n que se dio entre los dos candidatos del RPR [Agrupaci¨®n para la Rep¨²blica] durante la campa?a presidencial".
La dimisi¨®n de Madelin ha calmado de momento las cr¨ªticas contra el Gobierno, pero los sindicatos y la oposici¨®n contin¨²an en estado de alerta ante el proyecto oficial de reforma econ¨®mica. Antes de pronunciarse def¨ªnitivamente, los sindicatos parecen esperar que el nuevo ministro de Econom¨ªa, Jean Arthuis, cambie de manera efectiva la pol¨ªtica neoliberal preconizada por su anteesor.
Madelin, por su parte, confirm¨® ayer su fidelidad a su pol¨ªtica. "Se puede dejar a un lado al ministro de Econom¨ªa, pero o se pueden dejar de lado los problemas". Sobre su salida del Gobierno, explic¨® que se tratada de algo natural. "Es la regla. Cuando hay un desacuerdo entre el ministro de Econom¨ªa y Finanzas y el primer ministro, es el ministro de Economia y Finanzas el que se va", precis¨®.
Fractura social
El portavoz del Gobierno, Fran?ois Baroin, con extra?o retraso, ha explicado de manera tajante el enfrentamiento Jupp¨¦-Madelin: "Luchar contra los privilegios significa reducir la fractura social; poner en cuesti¨®n las conquistas sociales equivale a ampliarla".La crisis no puede separarse del temor franc¨¦s a las repercusiones de la campa?a internacional contra los ensayos nucleares o de la complicada situaci¨®n provocada por los atentados terroristas que han tenido como escenario Par¨ªs. De alguna manera, Alain Madelin llamaba a un enfrentamiento directo entre sindicatos y Gobierno. Alain Jupp¨¦ le ha presentado a Jacques Chirac el siguiente dilema: hab¨ªa que elegir entre una crisis de Gobierno o un oto?o caliente. El presidente ha optado por la primera opci¨®n. Ahora s¨®lo queda por ver si el sacrificio, de Madelin habr¨¢ sido suficiente para evitar la crisis social.
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