Decepcionante mano a mano

El p¨²blico y la afici¨®n de Alcal¨¢ de Henares pr¨¢cticamente llenaron la nueva plaza port¨¢til, para acompa?ar a los dos novilleros locales promesa de la torer¨ªa. Pero el mano a mano en parte decepcion¨® y puede decirse que Encabo se qued¨® solo. En buena medida por el escaso juego del lote de su compa?ero Regino Ort¨¦s.Derroch¨® ilusi¨®n Encabo en sus tres novillos. Con el capote recibi¨® a su primero por ver¨®nicas de rodillas, que sus partidarios corearon con fervor. Una vez puesto en pie remat¨® la serie de una media y un farol a una mano. Tambi¨¦n en el cuarto fue jaleado por unos lances de saludo que gustaron.

Con las banderillas Encabo fue un torbellino. F¨¢cil y variado, poderoso, encontr¨® novillo en todas partes. Aunque no siempre reuniera en la cara. Destac¨® el tercer par de rehiletes en el sexto. Lo sac¨® de su querencia en tablas corri¨¦ndole hacia atr¨¢s, el novillo le achuch¨® sin llegar a derribarle, y tras fijarlo a cuerpo limpio en los medios, le puso en el morrillo el par de banderillas. La plaza rugi¨®.

La espada la manej¨® certero y h¨¢bil Luis Miguel Encabo. Y con la muleta demostr¨® oficio. Entendi¨® al noble y flojo primer novillo de los Bayones, Y supo templarlo y enjaretarle una faena variada que no careci¨® de enjundia. Termin¨® la faena por manoletinas con el estoquillador cogido al rev¨¦s, conocidas como bernadinas; y el trasteo de su ¨²ltimo novillo, que se par¨® enseguida, lo concluy¨® a base de giraldillas marchosas y oportunas, y en un desplante de hinojos.

Regin¨® Ort¨¦s es un novillero de buen corte, que demuestra tener un excelente sentido del temple. Pero est¨¢ dicho que no tuvo suerte con el juego de sus novillos, que muy pronto se le pararon. En su segundo novillo realiz¨® su trasteo m¨¢s completo. Que no remat¨® a espadas, algo que manej¨® muy mal toda la tarde. El capote, en cambio, en sus tres novillos lo manej¨® bien: apuntes de perfumadas ver¨®nicas y alguna media que tuvo us¨ªa.