...y su reflejo vasco

Mientras tanto, en Euskadi apenas se insiste ya en lo b¨²squeda de paralelismos hist¨®ricos, pero muchos nacionalistas siguen considerando que el modelo de pacificaci¨®n all¨ª ensayado podr¨ªa importarse. El debate se plantea, sin embargo, en t¨¦rminos excesivamente gen¨¦ricos: no hay que tener miedo a negociar con el diablo, siempre ser¨¢ mejor hablar que matar, urge encontrar salidas imaginativas. Pero en cuanto se plantea qui¨¦n y qu¨¦ puede negociarse, s¨®lo ETA y HB parecen tenerlo claro: su programa, por supuesto. De entrada, y como fruto de un compromiso entre ETA y el Gobierno, el reconocimiento del derecho de autodeterminaci¨®n y la integraci¨®n de Navarra.Una v¨ªa de ese tipo podr¨ªa acercar la situaci¨®n de Euskadi a la de Irlanda, pero no en el sentido de favorecer la pacificaci¨®n, sino de estimular la aparici¨®n de dos comunidades enfrentadas y tal vez varios Ulster en territorio vasco. En las elecciones de mayo, las fuerzas nacionalistas fueron mayoritarias en Guip¨²zcoa en la relaci¨®n 60/40, pero en ?lava la relaci¨®n fue casi la inversa: 43% frente a 57%. En Vizcaya, la relaci¨®n fue de 53/47 a favor del nacionalismo, y en Navarra, 84/16 a favor de las fuerzas no nacionalistas. En esas condiciones, cualquier combinaci¨®n de autodeterminaci¨®n, por una parte, e integraci¨®n forzosa de Navarra, por otra, producir¨ªa cualquier cosa, excepto una comunidad reconciliada.

Por eso resulta tan discutible el giro irland¨¦s de algunos nacionalistas que defienden que la autodeterminaci¨®n es "la clave de la p¨¢cificaci¨®n", y que ¨¦sta pasa por "cruzar el modelo de la izquierda abertzale y el del Pacto de Ajuria Enea". En Irlanda del Norte, el resultado del proceso de paz ser¨¢, si todo va bien, una situaci¨®n como la actual del Pa¨ªs Vasco; mientras que en Euskadi una v¨ªa irlandesa consistente en buscar el acuerdo con ETA en alg¨²n punto intermedio entre el Estatuto de Gernika y la alternativa KAS supondr¨ªa asumir el riesgo de ulsterizaci¨®n del conflicto. Lo que garantizar¨ªa otros 25 a?os a ETA.

Especialmente si se consiente en hablar con el brazo pol¨ªtico de ETA sin que ¨¦sta exija un alto el fuego a los que tienen las armas. Claro que, para que algo as¨ª pueda ocurrir, tendr¨ªa que aparecer en Herri Batasuna alguien con el coraje suficiente como para enfrentarse a los jefes de ETA. Pero ¨¦sa es otra diferencia fundamental entre la situaci¨®n vasca y la de Irlanda del Norte.