"Los h¨¦roes son personas normales que hacen las cosas justas en el momento preciso"

"Haber ganado dos oscars no me ha servido de nada cuando vomitaba en una de esas par¨¢bolas diab¨®licas que hac¨ªamos sobre el golfo de M¨¦xico para filmnar la ausencia de gravedad". Tom Hanks todav¨ªa palidece en Venecia cuando recuerda las n¨¢useas que ha tenido que soportar durante el rodaje de Apolo XIII, una pel¨ªcula que refleja la aventura espacial fallida del peor vuelo de la NASA en 1970.

"Yo no creo que la conquista de la Luna no sirviera para nada" afirma Hanks. "Siempre he sido un apasionado de la epopeya espacial. Cuando me enter¨¦ de que Ron Howard planeaba llevar al cine la accidentada misi¨®n del Apolo XIII, me ofrec¨ª voluntario para participar en el proyecto, aunque no fuera para mi el papel de protagonista".

El actor americano consigui¨® finalmente el papel. La larga amistad de 12 a?os entre Hanks y Howard, iniciada coriel rodaje de Splash, fue decisiva. "Cuando lo del Apolo XIII, yo ten¨ªa 13 a?os. Una bonita coincidencia, porque nunca he cre¨ªdo en la maldici¨®n del 13. Y tal como va la pel¨ªcula, parece que con nosotros tampoco se ha cumplido. En aquellos d¨ªas yo sal¨ªa de la escuela y corr¨ªa a casa para no perderme la transmisi¨®n de la NASA. Por supuesto que la nitidez de las im¨¢genes no era tan buena como la de hoy. Apenas logr¨¢bamos escuchar a los astronautas", dice Hanks.

La fama

El actor reflexiona a menudo sobre lo que significa la fama en su mundo: "Los h¨¦roes son personas normales que hacen las cosas justas en el momento preciso, Como dec¨ªa Andy Warhol, la fama dura 15 minutos. Yo digo ahora que no dura ni siete y medio. En cuanto a m¨ª, que tengo casi 40 a?os, trato de mirarme lo menos posible en el espejo. Si debo estudiar una nueva cara para un papel, dejo que sea el director quien lo haga", admite Hanks entre risas.En Apolo XIII, Tom Hanks interpreta el personaje de Jim Lovell, el astronauta que mir¨® dos veces la cara de la Luna sin poder llegar a pisarla. Hanks ha pasado largos ratos con Lovell hablando de sus experiencias. "Para m¨ª, ¨¦l es m¨¢s que un triunfador", afirma el actor, "es tremendamente interesante, porque roz¨® la Luna con la punta de los dedos pero no pudo tocarla, ?no es lo que en el fondo nos pasa a todos?".

Hasta 1960, los astronautas norteamericanos fueron la imagen perfecta de la estabilidad emocional y la felicidad conyugal. Era la cara m¨¢s sana de Am¨¦rica. Cuando la aventura espacial comenz¨® a declinar se produjo el primer divorcio. "La primera separaci¨®n de un astronauta tuvo lugar ese a?o. Fue una noticia espectacular. Luego vino la oleada de divorcios. Algo normal, porque el entrenamiento espacial requiere hasta 18 horas diarias de dedicaci¨®n. Tanto Lovell como Haise mantienen hasta hoy sus matrimonios intactos. Y es que ellos, al igual que yo, creen profundamente en la familia como proveedora insustituible de estabilidad emocional", afirma Hanks.

Cuando Lovell supo que ser¨ªa Tom Hanks quien revivir¨ªa su historia, no pudo reprimir un cierto sentimiento de melancol¨ªa, "porque a partir de ahora las nuevas generaciones recordar¨¢n la cara de Hanks en vez de la m¨ªa".

El mundo del rock es el nuevo reto que espera a Hanks, reci¨¦n llegado de la Luna. En su pr¨®xima pel¨ªcula interpretar¨¢ el papel de un rockero de los a?os sesenta en una banda imaginaria.