Homenaje por contrato
Diecisiete a?os despu¨¦s, el Real Madrid organiz¨® el pasado jueves un homenaje a un jugador de su plantilla baloncestista. A Txetxu Biriukov le correspondi¨® el honor de recuperar una costumbre habitual en otras ¨¦pocas y que se rompi¨® en el a?o 78 con el homenaje conjunto a Luyk y Vicente Ramos.El supuesto acontecimiento fue todo un compendio de falsedades, desinter¨¦s, apat¨ªa y falta de imaginaci¨®n. Un homenaje ha de ser una fiesta donde por encima de todo presida la emoci¨®n, el agradecimiento y una buena dosis de cari?o hacia el homenajeado. En un par de horas debe haber tiempo suficiente para que primero el club y luego los aficionados, tengan posibilidad de despedir a uno de sus jugadores carism¨¢ticos, a un hombre que ha sudado la camiseta durante buena parte de su vida. Nada de esto ocurri¨® en el homenaje a Biriukov.
No era el momento, ni el lugar, ni las formas, ni el fondo. Hecho a toda prisa, casi sin contar con el interesado que se enter¨® por la prensa cuando estaba de vacaciones, dio la impresi¨®n de tratarse de un tr¨¢mite contractual adquirido por el Real Madrid (cuando est¨¢s m¨¢s de 10 a?os en el primer equipo tienes derecho bien a un homenaje, bien a una cantidad de dinero). Resultaba m¨¢s econ¨®mico hacer una presentaci¨®n del equipo en Madrid, disfrazarla de homenaje trayendo al CSKA de Mosc¨². ?Por qu¨¦ a Biriukov y no Antonio Mart¨ªn, que ha estado tantos a?os como Txetxu? Sencillamente, no estaba en su contrato.
No debe extra?ar que el Madrid no reparase en que si el homenaje se hubiese realizado unos meses despu¨¦s, Biriukov podr¨ªa haberlo disputado, aspecto fundamental en un evento de este tipo. No debe sorprender por tanto que el acto se limitase a un placa va placa viene, g¨¦lido como una noche de invierno en la plaza Roja. Ni un detalle de cari?o, ni un atisbo de originalidad, ni rastro de una palabra de agradecimiento. Todo se hizo casi a hurtadillas. Eso s¨ª, el presidente del club, el mismo que no tuvo un minuto para llamarle cuando le comunicaron que no seguir¨ªa en el Madrid, baj¨® a la cancha para darle, como no, una placa. Para mayor sonrojo, el ¨²nico momento setimental de la noche lo tuvo que poner el CSKA al regalarle un uniforme completo del Ej¨¦rcito ruso. Al menos hubo alguien que dedic¨® un par de neuronas para dar sentido a un homenaje que nos hizo exclamar a todos los que no lo recibimos en su momento (Corbal¨¢n, Romay, Brabender, Rull¨¢n, Mart¨ªn, Crist¨®bal, etc¨¦tera): ?Qu¨¦ suerte hemos tenido!
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