Bhutto hace en la apertura de la Conferencia de Pek¨ªn una encendida defensa del Islam

"La pobreza es un serio obst¨¢culo para el avance de la mujer en muchos pa¨ªses; particularmente en los que est¨¢n en desarrollo. Esto es debido a la prolongada dominaci¨®n colonialista y a la existencia irracional desigual del orden econ¨®mico mundial". As¨ª lo expuso ayer el presidente chino, Jiang Zemin, favorito en la sucesi¨®n de Deng Xiaoping para continuar su pol¨ªtica liberalizadora, en la apertura de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer. A ella asisten 185 pa¨ªses que ayer hicieron los primeros contactos de esta magna reuni¨®n que parte con un amplio desacuerdo en todos los temas a abordar.

"La Comunidad Internacional ha hecho grandes esfuerzos por promover la igualdad de los g¨¦neros", dijo Jiang Zemin, en una frase aparentemente inocua que esconde, sin embargo, un nuevo punto de desencuentro. Y es que la susceptibilidad en el tema de la mujer es tan extremada que en las negociaciones previas ha habido duros enfrentamientos por fijar el uso de sexo frente al de g¨¦nero. Los m¨¢s liberales defienden la palabra usada por Zemin, porque el t¨¦rmino sugiere un concepto flexible, acorde a las circunstancias, mientras que sexo, dicen sus detractores, es una condici¨®n predeterminada m¨¢s inflexible, que evita contemplar, por ejemplo, la homosexualidad. As¨ª est¨¢n las espadas de afiladas.Por lo dem¨¢s, Jiang Zemin fue un perfecto anfitri¨®n que, adem¨¢s de regalar a los asistentes un espect¨¢culo preol¨ªmpico de cantos y bailes, con parodia taurina incluida, se comprometi¨® en continuar la lucha por la igualdad -de los g¨¦neros- porque, entre otras cosas, "la liberaci¨®n de la mujer es parte de la independencia y la liberaci¨®n del pueblo", y porque "China tiene la pesada responsabilidad de mejorar el estatus de una cuarta parte de las mujeres del mundo".

Tanto las delegaciones, como las organizaciones no gubernamentales y los medios informativos est¨¢n aqu¨ª representados por una aplastante mayor¨ªa de mujeres que casi nunca permanece impasible ante las declaraciones. Menos a¨²n ante Benazir Bhutto, la primera ministra de Pakist¨¢n, que hizo una acalorada defensa del Islam. Bhutto, a la que los sectores fundamentalistas amenazaron el a?o pasado, s¨®lo por acudir a la cumbre de El Cairo, ha preferido ser ahora de las primeras en intervenir -quiz¨¢s antes de que se caliente el ambiente con los temas m¨¢s espinosos- y lo ha hecho en seguimiento de esa cruzada suya con la que intenta convencer al mundo occidental de que la religi¨®n isl¨¢mica no es freno para la mujer. "Es s¨®lo propaganda y desinformaci¨®n la que difunde la idea de que las mujeres somos en los pa¨ªses isl¨¢micos ciudadanas de segunda categor¨ªa", dijo Bhutto, que clamaba: "Esto no es verdad. Y el ejemplo de las mujeres que gobernamos por elecci¨®n de los ciudadanos lo demuestra".

Llevaba Bhutto una t¨²nica -casi h¨¢bito- azul celeste, y un velo blanco que la vehemencia de su cabeceo deslizaba hacia atr¨¢s, aunque esta curtida pol¨ªtica se lo recolocaba siempre en el momento oportuno. "No es la religi¨®n la que relega a la mujer", dec¨ªa, "sino los prejuicios, sociales y la dominaci¨®n masculina. Hoy, muchas mujeres sufren violencia dom¨¦stica. Hay que decir no a ¨¦sta violencia y dar la bienvenida al control de la natalidad y al acceso de las mujeres al poder. A lo largo de mi vida he visto cambiar muchas cosas. Espero ver muchas m¨¢s todav¨ªa".

Tras Bhutto intervinieron Vigdis Finnbogadotti, presidenta de Islandia, y Beguni Khaleda Zia, primera ministra de Bangladesh, entre otras. Pero ¨¦sta no ser¨¢ una reuni¨®n de estadistas mundiales como ocurri¨® en la pasada reuni¨®n de la ONU en Copenhague. Es una cuesti¨®n que est¨¢ muy de acorde con la participaci¨®n real de la mujer en lo que la ONU llama "la toma de decisiones". Los portavoces de la ONU aseguraron ayer que en esta reuni¨®n apenas habr¨¢ jefes de Gobierno, porque no se trata de una "cumbre", sino de una ?conferencia". Pero anunciaron la presencia para hoy de dos primeras damas: Hillary Rodham Clinton y Bernardette Chirac.

Las dos reuniones m¨¢s importantes fueron primeros contactos en los que no se tom¨® decisi¨®n alguna. Los ministros de los Quince, entre los que estaba la titular de Asuntos Sociales Cristina Alberdi, intentaron ayer una mayor cohesi¨®n interna para hacer valer despu¨¦s su predominio -es el mayor donante en cooperaci¨®n-. Las ayudas a la cooperaci¨®n se volver¨¢n a tocar en Pek¨ªn, como en tantas otras cumbres de la ONU, bajo la convicci¨®n de que ¨¦stas deben favorecer la carrera por la igualdad de oportunidades.

Ayer casi todos los ponentes expusieron con distintas palabras la misma idea que ya se abre camino: el desarrollo de la mujer no s¨®lo favorece el desarrollo general de un pa¨ªs, sino que, adem¨¢s, es rentable desde el punto de vista puramente econ¨®mico.