Hillary Clinton amonesta duramente a China por su pol¨ªtica de derechos humanos
Las delegaciones oficiales logran sus primeros acuerdos en la conferencia de Pek¨ªn
Hillary Rodham Clinton, cuya asistencia a la Conferencia sobre la Mujer se tambale¨® previamente por la siempre espinosa cuesti¨®n de los derechos humanos en China, dio finalmente un fuerte tir¨®n de orejas a sus anfitriones desde la tribuna de oradores. "Es indefendible que muchas mujeres de organizaciones no gubernamentales no hayan sido admitidas o no hayan podido formar parte activa en la misma" dijo tras destacar que "es una violaci¨®n de los derechos humanos negar a las mujeres el derecho a planificar sus propias familias".
Hillary Clinton consigui¨® aplausos encendidos en su discurso dedicado casi por entero a la defensa en general de los derechos humanos. Advirti¨® que hab¨ªa llegado el momento de romper el silencio en Pek¨ªn, y que el mundo oiga que "no es aceptable por m¨¢s tiempo discutir separadamente los derechos de la mujer de los derechos humanos".Fue la primera gran ovaci¨®n, que vino seguida de una eficaz plegaria: "Las voces de esta conferencia y de las mujeres de Huer¨² deben ser o¨ªdas alta y claramente: es una violaci¨®n de los derechos humanos que a las ni?as se les niegue la comida o se las mate simplemente por ser ni?as" (aplausos). "Es una violaci¨®n de los derechos humanos que las mujeres y las ni?as sean vendidas como esclavas de la prostituci¨®n...". "Es una violaci¨®n de los derechos humanos que las j¨®venes sean brutalmente mutiladas...". Y en ese contexto conden¨® la actitud de China frente a las ONG, y la pol¨ªtica demogr¨¢fica de este pa¨ªs de 1.200 millones de almas que s¨®lo permite un hijo por pareja.
La delegaci¨®n estadounidense, en una rueda de prensa posterior a la intervenci¨®n de la primera dama, lim¨® asperezas asegurando que las relaciones con China est¨¢n mejorando notablemente, porque el deterioro viene dado a veces por la ausencia de una comunicaci¨®n m¨¢s clara y frecuente. La jefa de la delegaci¨®n, Madeleine Albright, asegur¨® que ambos pa¨ªses est¨¢n ahora dispuestos a "trabajar juntos".
G¨¦nero y sexo
La primera jornada, ayer, de duro trabajo proporcion¨® un avance casi inesperado. Despu¨¦s de decenas de reuniones y discusiones enconadas sobre la conveniencia de acu?ar un nuevo t¨¦rmino, el de "g¨¦nero" en lugar de "sexo", se solvent¨® sin ni siquiera sufrir las esperadas resistencias del Vaticano. Para los sectores m¨¢s progresistas, hablar de sexo para distinguir a hombres y mujeres es un t¨¦rmino que indica una condici¨®n predeterminada, mientras que el g¨¦nero es m¨¢s flexible y acorde con los cambios. Para el Vaticano, hablar de g¨¦nero era abrir la puerta a una tercera opci¨®n: la homosexualidad.Contra todo pron¨®stico, sin embargo, el Vaticano ayer apenas puso objeciones. Y eso que no a todo el mundo gusta la nueva acu?aci¨®n, aunque por motivos diferentes. "He hablado de g¨¦nero porque parece ser que es el t¨¦rmino que se impone", dijo Cristina Alberdi tras su alocuci¨®n en el pleno como portavoz de la UE. "La verdad es que yo siempre he hablado de igualdad hombre y mujer y me resultaba m¨¢s c¨®modo". El caso es que este acuerdo puede hacer caer muchos de los corchetes (texto sin aprobar) que hab¨ªa en el texto referido al g¨¦nero.
La representante de la Santa Sede, por primera vez una mujer, la norteamericana Mary Ann Glendon, intervino ayer para referirse a la "tergiversaci¨®n" que se hace de la doctrina de la Iglesia en el tema de la mujer. Glendon critic¨® las medidas de control demogr¨¢fico de China, y que en esta cumbre se marque el acento en los problemas de salud relacionados con la sexualidad. Gertrude Mongella, secretaria de esta conferencia, advert¨ªa ayer que no se dar¨ªa un solo paso atr¨¢s de lo conseguido en El Cairo, donde se defendieron institucionalmente los derechos reproductivos y sexuales de la mujer, pero tambi¨¦n el Vaticano avis¨® previamente de su intenci¨®n de reabrir el tema.
Mientras tanto, en el plenario se suceden las actuaciones de algunas invitadas estelares, que realmente atraen la atenci¨®n, como la reina Fabiola, que defendi¨® a las mujeres rurales y pidi¨® castigos severos para la prostituci¨®n forzada y conden¨® la pornograf¨ªa, o la de la hist¨®rica feminista estadounidense Bella Abzug, que defendi¨® con ardor los principios que sustenta esta conferencia, tocada con un estrafalario sombrero de paja y lazo rosa.
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